Contra la religión es una crítica mordaz y divertida a la religión y sus prácticas. El autor cuestiona las creencias religiosas, la enseñanza de la Biblia y el concepto moderno de Dios. Twain presenta una visión alternativa sobre estos temas y pone en tela de juicio las creencias religiosas desde un punto de vista humorístico e irónico.
Chejov y Gorki: Anton Chejov (1860-1904) es sin duda una de las figuras literarias más influyentes de la posmodernidad. Su sensibilidad artística ha dejado tras de sí una producción teatral que ha marcado la escena del siglo XX, así como un legado de narraciones que se engrandece con el tiempo. Por su parte, Maxim Gorki (1868-1936) es uno de esos claros ejemplos de implicación entre arte y realidad; un hombre de acción que curtió su experiencia a base de oficios diversos, largos viajes y penurias de toda índole, bagaje que se reflejaría a la perfección en sus personajes y ambientes literarios, fiel correlato de una época convulsa. Como señala Rubén Pujante Corbalán en el postfacio, cuando Gorki y Chejov inician su correspondencia, en 1898, Chejov es ya un reconocido escritor y Gorki comienza solo a afianzar su producción literaria. Se entabla así una relación semejante a la de un maestro con su discípulo, una suerte de diálogo de aprendizaje que sus cartas reflejan a la perfección. Editorial Funambulista publica ahora por primera vez en español la correspondencia entre ambos escritores, una recopilación que es el testimonio de una amistad que aumenta y se fortalece con el devenir de sus protagonistas, una referencia ineludible sobre sus autores, sus obras y su tiempo.
George Sand y Gustave Flaubert se vieron por primera vez el 30 de abril de 1857. Fue en el foyer del teatro del Odéon de París: un apretón de manos y, posiblemente, unas palabras corteses sellaron el encuentro. A ese encuentro siguieron, en septiembre del mismo año, unas páginas en el Courier de Paris que declaraban públicamente la admiración de Sand por Madame Bovary. Y muy poco más, en esos años: apenas un encuentro documentado, en 1859, en el cuarto piso del nº 2 de la rue Racine, vivienda parisina de Sand en ese tiempo. Hasta ese momento, cualquiera -y, para empezar, los dos protagonistas mismos- podría pensar que la relación entre ambos era de carácter literario, en cualquier caso social, cortés y nada personal o íntima. Tras leer las cartas que se intercambiarían en los trece años siguientes descubrimos que la realidad fue después casi la inversa: Sand y Flaubert casi nunca coincidieron en lo literario, pero sus sentimientos no dejaron de acercarlos.
Considerada por la crítica como la primera obra maestra de Dostoievski, Crimen y castigo es un profundo análisis psicológico de su protagonista, el joven estudiante Raskólnikov, cuya firme creencia en que los fines humanitarios justifican la maldad le conduce al asesinato de una usurera. Pero, desde que comete el crimen, la culpabilidad será una pesadilla constante con la que el estudiante será incapaz de convivir.
El "Crotalón" (o "Crótalon"), diálogo atribuido a Cristóbal de Villalón, es una obra escrita a mediados del siglo XVI, coincidiendo con un momento de creciente tensión entre las ideas de la Reforma y las nacidas contra esta en Roma y en el Vaticano. El texto, que retoma el argumento de "El gallo" de Luciano de Samósata, nos presenta un agudo y satírico retrato de los vicios sociales, rematado por un último capítulo en que el diálogo se torna una novedosa diatriba contra el estado de cosas de la sociedad europea y española de su tiempo. La renovada interpretación que el autor hace de Luciano, sin separarse por ello de una sólida fundamentación evangélica, avala además una revisión de las costumbres morales y lo sitúa en la línea de los grandes reformadores de la Europa del Renacimiento.
En un artículo publicado en 1894 la novelista inglesa Sarah Grand acuñaba la expresión «Nueva Mujer» para referirse a las mujeres que, rebelándose contra el abnegado papel que les había tocado desempeñar en la era victoriana, empezaban a desafiar convencionalismos y normas sociales y luchaban por ser independientes profesional, política y emocionalmente. No necesariamente militante, aunque siempre enérgica, la Nueva Mujer dio pie a un nuevo prototipo de heroína en literatura: por primera vez pudieron leerse relatos protagonizados por mujeres escritoras, periodistas o detectives, que ejercían la medicina o administraban un banco; mujeres que abandonaban sin melodramatismos a sus maridos, incluso el mismo día de la boda, o que veían la muerte de éstos como una auténtica liberación; mujeres que conseguían que los hombres entablaran con ellas relaciones en pie de igualdad.
Hemos partido en esta selección de cuentos de Jacob y Wilhelm Grimm —más conocidos por su nombre conjunto de «Hermanos Grimm»— de la traducción histórica que realizó José Sánchez Biedma para la que fue la primera publicación de estos cuentos traducidos al castellano desde su original en alemán, que la casa Gaspar y Roig de Madrid publicó en 1867 con una selección de 46 de los ya muy famosos cuentos bajo el título Cuentos escogidos de los Hermanos Grimm.
Casi siempre ignorado por sus contemporáneos, el genio atormentado de Edgar Allan Poe no tardó en ser reconocido tras su muerte por autores de la talla de Baudelaire, Dostoievski, Jules Verne o Mallarmé. En la actualidad, sus cuentos son considerados como perfectas obras pioneras del terror psicológico y también de otros géneros como la narración detectivesca o la ciencia ficción. Además de recopilar todos sus relatos breves, este volumen se abre con una completa introducción al universo tenebroso y oscuro de Poe, y presenta la célebre traducción de otro maestro del cuento: Julio Cortázar.
En 1697, a la edad de sesenta y nueve años, Perrault publicó Historias o cuentos de tiempos pasados, con moralejas (Histoires ou contes du temps passé, avec des moralités). Los personajes que emplea son hadas, ogros, animales que hablan, brujas, princesas y príncipes encantados, entre otros. Esta colección incluía cuentos como Cenicienta, La Bella Durmiente y Caperucita Roja. Aunque muchos de estos cuentos ya existían, la versión de Perrault los popularizó y les dio un enfoque literario distintivo. Una característica de los cuentos de hadas de Perrault es la inclusión de moralejas al final de cada historia, el autor incluye una enseñanza moral referente al contenido de cada historia, para destacar los valores de estos.