Danielito sale a buscar una iguana, para exhibirla o venderla, y así ganar algún dinerito para él y su familia. En el camino tendrá un encuentro con Zaratustra, un viejo muy extraño, y sus planes cambiarán por completo. Se trata de una fantástica y creativa historia sobre las iguanas y su conservación.
Tras salir airosa de su primera expedición, Stella Copodestrella Pearl está ansiosa por embarcarse en otro viaje a algún lugar ignoto. En su anterior expedición, no solo conoció lugares nuevos y derrotó a enemigos temibles, también entabló amistad con jóvenes y valientes exploradores como ella y descubrió sus orígenes como princesa del hielo.
Esta vez, sin embargo, no será ella quien llame a las puertas de la aventura, sino al revés. De hecho, la aventura ronda ya su jardín en la forma de un buitre gigantesco y temible, que rapta a Félix y lo lleva a la cueva de la temible bruja Jezzybella, quien años atrás asesinó a los padres de Stella. Ella y sus amigos deberán ir a su rescate a la Montaña de la Hechicera, aunque nadie ha conseguido jamás ir allí y volver para contarlo...
Emily y su madre siempre tenían suerte, hasta que se les acabó: hace tres años que su madre murió de cáncer y nada ha ido bien desde entonces.
Todo cambia cuando Emily encuentra la lista de deseos para el verano que su madre escribió cuando tenía su edad, y emprende un viaje para marcar cada casilla y enfrentarse al miedo de perder la conexión con su madre. Pero la lista le acerca cada vez más a su nueva amiga Blake... de maneras que su madre quizá no podría entender.
Trudi ha comenzado a ir al colegio. Cada día va emocionada por ver a las otras aves, y, en especial, por escuchar lo que su profe les va a explicar, y cada día regresa a casa contenta y llena de cosas para contar. Hasta que un día, Trudi regresa totalmente alicaída y con una pregunta para sus padres: «¿Por qué no me dijisteis que los avestruces como nosotros no pueden volar?» Por supuesto, ser un ave y no poder volar parece la más terrible de las tragedias. Lo que Trudi no sabe es que su maestra, la gallina Cococorina, tampoco puede volar igual que el resto.