Rana, ranita, ¡hechicería infinita!
Menta todavía es pequeña para hacer magia. Pronto entrará en la Escuela de Medianoche. ¡Solo es cuestión de tiempo! Pero Menta es una brujita muy impaciente...
Un día prepara una poción a escondidas y las cosas no salen como esperaba. ¡Socorro! ¿Podrá arreglar este lío mágico sola?
El gigante estornudó... ¡Y su casita saltó en mil pedazos! Una pequeña y obstinada araña se ofrece a ayudarle, pero el gigante la rechaza con desprecio y sale a buscar un nuevo hogar donde vivir. ¿Y qué hace la araña? No es de las que se dan por vencidas, tiene sus propias ideas para ayudar al gigante e incluso para conquistar su corazón…
Rana, ranita, ¡hechicería infinita!
Es viernes y, después del cole, Menta tiene un plan muy especial. ¡Su amiga Ana Sofía la ha invitado a una fiesta de pijamas!
Solo hay un problema: los padres de su amiga son superaburridos. ¡Vaya rollo! Pero Menta tiene una idea: ¡preparará una poción que les asegurará un poco de diversión!
Una joven lectora muy exigente no aceptará clichés en esta historia. No hay princesas en peligro, dragones y brujas malvadas. Ni violencia ni alcohol: no son buenos para los pequeños lectores. Pero los cuentos clásicos y de hadas están llenos de clichés y detalles políticamente incorrectos... y si quieres eliminarlos, puedes obtener resultados bastante extraños. Una historia que lo da vuelta todo para dejarnos con una gran sonrisa en la boca.
La pequeña jirafa ha nacido sin manchas y le preocupa mucho que los otros animalitos se rían de ella en la escuela. Sin embargo, en su clase también hay una cebra sin rayas, una serpiente corta, un león sin melena, un búfalo muy bajito o una suricata miope, ¡y no pasa nada porque pueden jugar todos juntos!