¡Hola!
Me llamo Julia Mortimort.
Todas las familias son diferentes, pero mi familia es demasiado especial.
¡Son vampiros, zombis, niños lobo y fantasmas!
Hasta hace poco yo pensaba que era la única humana normal de la familia, pero hoy, en el cole, ha pasado algo que lo ha cambiado todo: he hecho volar una caca telepáticamente y la he estampado contra la cara de mi archienemiga.
Sí, tener poderes suena genial, pero hay un GRAN problema:
¡AHORA LAS BRUJAS ME BUSCAN PARA QUEDARSE CON MI MAGIA!
¡Hola, chavales!
Soy ACENIX,
y, si me meto en un solo lío más,
estare castigado ¡TODO EL VERANO!
MISIÓN:
¡no liarla más!
(O, mejor dicho...,
que no me pillen liándola).
DIFICULTAD:
¡EXTREMA!
(Pero no hay nada
imposible para mí).
¿Podre hacer frente a todos los obstáculos
sin destruir el colegio por el camino?
Hasta ahora, el instituto no ha sido lo que diríamos un camino de rosas para Greg Heffley. Así que cuando la ciudad amenaza con cerrar el edificio porque está en ruinas, a Greg no se le ve muy afectado.
Pero cuando se entera de que no lo enviarán al mismo instituto que a su mejor amigo, Rowley Jefferson, las cosas cambian. ¿Podrán Greg y sus compañeros salvar su instituto antes de que lo cierren para siempre? ¿O será este el inicio de un capítulo completamente nuevo para Greg?
Desde que sabe que es hijo de un dios y una mortal, Percy Jackson espera que el destino le depare continuas aventuras. Y su expectativa se cumplirá con creces. Aunque el nuevo curso en la Escuela Meriwether transcurre con inusual normalidad, un simple partido de balón prisionero acaba en batalla campal contra una banda de feroces gigantes.
A partir de ahí, las cosas se precipitan: el perímetro mágico que protege el Campamento Mestizo es destruido por un misterioso enemigo y la única seguridad con que contaban los semidioses desaparece. Así, para impedir este daño irreparable, Percy y sus amigos inician la travesía del temible Mar de los Monstruos en busca de lo único que puede salvar el campamento: el Vellocino de Oro.
Ante la llamada de socorro de su amigo el sátiro Grover, Percy acude inmediatamente en su auxilio. Y aunque va acompañado de Annabeth y Thalia, las dos semidiosas que son sus aliadas, ninguno imagina la sorpresa que los aguarda: una terrible mantícora pretende secuestrarlos y llevarlos ante el general enviado por Cronos, el diabólico señor de los titanes.
Sin embargo, gracias a la ayuda de las cazadoras de Artemisa, Percy y sus aliadas logran escapar y volver al campamento mestizo. Una vez allí, emprenderán la búsqueda del monstruo que puede provocar la destrucción del Olimpo, a pesar de que, según la profecía del Oráculo, sólo uno de ellos logrará resistir la maldición del titán.