Realmente me pareció entretenida, conmovedora e interesante por los valores que nos inculca. Digna de una lectura obligatoria para niños y adolescentes. Una lectura ecológica. No aburre ni cansa, muy dinámica, adecuada para leerla de una sola sentada. Es bastante detallista a la hora de describir el espacio geográfico donde transcurren los hechos y cómo viven los habitantes de La Ceibita y otros puntos geográficos que sirven de escenario.
Los personajes son algo cómicos, reflejan mucho la ignorancia, lo ingenuo, el miedo y las creencias en mitos, en leyendas e historietas que solían hacer los padres o la gente de la vecindad como una manera de entretenimiento, pero que también los adultos compartían en grupos, que, aunque no eran parientes, compartían de manera casi familiar.
En resumen: es una novela corta, de solo cuatro capítulos, que busca dejar varias enseñanzas al niño y a los adolescentes, como dije al principio para desmenuzarla en una sola sentada, apta para el cine.
El dragón es uno de los seres más extraordinarios que han poblado los mitos y leyendas de todo el mundo. En casi todos los relatos de la creación, camuflados con nombres autóctonos, hay, por lo menos, un dragón.
Pero, ¿son todos iguales? ¿Es verdad que hay dragones sin alas? ¿Todos escupen fuego? ¿Cuántas extremidades tienen? ¿Pueden tener más de una cabeza? En cada región, las descripciones del dragón usan al animal más poderoso de la zona. En la india, por ejemplo, tienen garras de tigre, mientras que en América son de águila, y en Japón poseen cuernos de ciervo.
Gracias a su amistad con el inspector Dupin y con el gobernador del estado de Massachusetts, la máxima autoridad en Boston, el joven Poe ha conseguido el dinero para viajar a Irlanda con sus dos hermanos. Quieren encontrar a su auténtico padre, quien, según las pistas que tienen, vive en Dublín. Lo que no esperaban cuando iniciaron el viaje, llenos de ilusión, era que la travesía en barco se convertiría en una peligrosa aventura, incluyendo un robo y un asesinato.