La pequeña jirafa ha nacido sin manchas y le preocupa mucho que los otros animalitos se rían de ella en la escuela. Sin embargo, en su clase también hay una cebra sin rayas, una serpiente corta, un león sin melena, un búfalo muy bajito o una suricata miope, ¡y no pasa nada porque pueden jugar todos juntos!
Hugo es el único cocodrilo del pantano que no sabe llorar y está muy acomplejado. Claro que todos los demás van a intentar ayudarle con trucos como darle pena, hacerle enfadar ¡o pelar cebollas! No va a ser tan fácil hacer llorar a este cocodrilo... ¡Hasta que descubra que hay muchos tipos de lágrimas!
¿Es posible que todo un león salvaje tenga miedo? ¡Claro que sí! A cualquiera le pueden asustar las sombras en la oscuridad de la noche, las brujas, las tormentas o las alturas. Menos mal que el león tiene de amiguito al más valiente de la selva: el diminuto ratón. ¡Juntos podrán superarlo todo!
¿Qué ocurre cuando un pingüino tiene frío? En el Polo hay animalitos indiscretos que le criticarán por eso, pero por suerte sus papás tienen un regalo para él: un abrigo amarillo con seis botones. Botón a botón, el pequeño Juanito irá creciendo por dentro y por fuera hasta superar su problema gracias al poder del amor y la amistad.
Saludar cuando uno llega y despedirse cuando uno se va, pedir las cosas por favor y dar las gracias, pedir perdón, cuidar la higiene, tener buenos modales en la mesa, ceder el asiento en el autobús, ser siempre cortés y puntual... La buena educación no es una misión imposible para los más pequeños y los animalitos de este libro van a demostrarlo.
Enseñar a los niños a compartir empieza por los juegos y los juguetes, la merienda, el paraguas, los lapiceros o un libro. Pero esos primeros pasos deben encaminarse a algo aún más importante para un corazón generoso: compartir todas las cosas especiales que no son materiales, como las ideas, la atención plena, el conocimiento y, sobre todo, el amor.