Enrique y Elisa aman las ranas, pero su mamá las detesta. Un sábado Enrique amanece muy enfermo. Temiendo que un mosquito le haya ocasionado dengue, su familia procura bajarle la fiebre, con un baño de agua fría. Todo estará bajo control siempre y cuando a su madre no se le ocurra mirar entre las poncheras que hay en el baño. Podría saltar una rana.
La muerte de la abuela propicia el encuentro entre dos niños, uno citadino y otro pueblerino, ante la mirada adulta recelosa. Ese último le muestra qué tiene su caja de limpiabotas y cómo se lustran los zapatos. Maravillado por el proceso, el niño de la ciudad da un recorrido con la caja y por un momento ambos niños son iguales. Al partir, ¿Qué se lleva cada uno?
El parque Colibrí y todos sus habitantes cuentan con Gaetano y su abuelo Papou como guardianes. Papou ha contado a su nieto todas las maravillas de la naturaleza a través de ese pequeño bosque. Una mañana el parque y sus criaturas corren peligro, pero un requeteplan del abuelo y los brincaminos salvan a todos los seres vivos del Colibrí.