Con Bienvenida, la tortuga verde, va a Nueva York Maritza Florentino acerca a los niños al mundo de hoy, a la realidad que ellos están
viviendo. Y lo hace dando vida a valores que son necesarios para la convivencia y para ser felices, sabiendo que son más las cosas que nos unen que las que nos distancian.
Bienvenida, la tortuga verde va a Nueva York, es un cuento que celebra la modernidad. Un tiempo en el que existe una mayor conciencia sobre la diversidad y una más clara visión de la forma como el ser humano se enriquece a través del contacto con otras culturas.
¿Quién no tiene un pariente en el extranjero o un motivo para viajar? ¿Cuántas personas siguen a través de los medios digitales lo que
ocurre en el exterior como si fuera en su país?
Esta realidad, que se muestra en Bienvenida, la tortuga verde, va a Nueva York, constituye un marco excelente para la promoción de
valores que favorezcan el crecimiento individual y la más efectiva
inserción en la colectividad.
Bienvenida, la tortuga verde, va a Nueva York es un canto a la amistad, un recordatorio de la importancia del cuidado de los bienes comunes como el medio ambiente, un despertar a la valoración de los logros
ajenos sin disminuir el valor de los propios y una invitación a una vida donde resplandezcan la ilusión y el entusiasmo.
ES VALIENTE. ES ATREVIDO. ¡ESTÁ A PUNTO DE IR A DONDE NINGÚN OTRO GATO HA IDO NUNCA! Binky es un Agente Espacial, o eso es lo que él cree. En realidad, es un gato doméstico que nunca ha salido de la "estación espacial" familiar. Su misión será salir al espacio exterior (fuera de casa), explorar lugares desconocidos (el jardín) y luchar contra los extraterrestres (bichos). Mientras protege a sus humanos de los invasores extraterrestres, Binky empieza a construir un cohete y se prepara para su aventura galáctica. Pero el entrenamiento para el viaje espacial no es fácil... y suele producir bolas de pelo. Justo cuando está a punto de despegar con su copiloto Ted (ratón de peluche), Binky se da cuenta de que se deja algo muy importante... y no es el arenero para gravedad cero.¡Acompaña a Binky en sus aventuras para convertirse en Agente Espacial! Una nueva serie, escrita en mayúsculas, que encandilará a los fans de Narval.
Los caracteres del Imperialismo Norteamericano son los siguientes: tiene por objeto el sometimiento de Estados cuya independencia y soberanía ha reconocido y tiene el deber perfecto e imperativo de respetas (Labra, Waleffe); es una avaricia ciega por mercados, por minas, por la explotación y monopolio de todos los recursos naturales de todos los países débiles, por todo lo que produzca el oro, metal del que son insaciables; su forma es la penetración pacífica, prestando dinero, comprando tierras, fomentando empresas y revoluciones, creando la animosidad entre los demás Estados e impidiendo celosamente su federación. Américo Lugo
Dulce esperanza de los hombres sensatos, delicias agradables de la patria, apoyo futuro de su gloria, tú amable juventud, pródiga de sutileza de espíritu admirable, depósito de agradables alegrías, tú que vas a saborear copiosamente de ese don inestimable, exento de distinciones odiosas que el error inventa por accidentes efímeros, que el egoísmo sostiene y que la filantropía condena, entra con alegría en el augusto templo de Minerva que se abre ahora para recibirte: aprende en filosofía a razonar con juicio, a buscar naturaleza. Andrés López de Medrano
Apetezco [sic] más que nunca, por verme al lado de ustedes y por salir de todos estos enredos políticos de aquí, que están cada día peores, poniendo al país en un estado de miseria y de terribles angustias, matándose los unos a los otros, parientes y amigos, esta situación está de salirse huyendo todo el que puede. Buenaventura Báez 1876
¡Dominicanos! ¡Vosotros tenéis tierra, pero ya no tenéis Patria! Triunfaron aquí las groserías del atavismo que, desde antes de nacer, pregonaron por el mundo la subasta de vuestra desmedrada independencia. Vuestra historia es un amasijo de ignominias. Vuestra bandera, un trapo. Como un día Madrid, y como antes los grotescos "libertadores" de Occidente, aquí manda hoy Washington. Eugenio Deschamps
¿Qué derecho podían invocar los gobernantes norteamericanos para atropellar así la libertad de un pueblo soberano? ¡Ninguno! se hacían culpables de un gravísimo delito, que atentaba contra nuestra nación. Contra América y contra el resto del mundo. El principio de No Intervención, base fundamental de las relaciones entre los pueblos civilizados, fue tan brutalmente desconocido que aún se escucha por toda la vastedad del planeta el eco de la más dura repulsa contra los invasores. Francisco Alberto Caamaño Deñó 3 de septiembre de 1965
Si apeláramos ambos a un juicio imparcial de las naciones cultas, y preguntáramos cuál es el verdadero pirata, entre el General Luperón que montaba el vapor Telégrafo, procuraba salvar la integridad territorial del suelo que lo vio nacer, o el Presidente Grant, que envía sus vapores a ampararse de Samaná, sin previa autorización del Congreso Americano, la solución no sería a mi ver muy difícil. Señor Presidente: S. E. ha abusado de la fuerza para proteger la más baja corrupción. Y si es cierto que es humillante para el pueblo dominicano tener mandatarios tan traidores, no es menos indecoroso para el gran pueblo americano el que su Gobierno consienta en tan ruines achicamientos. Para ambas naciones el hecho es afrentoso. Gregorio Luperón (Carta al Presidente Ulysses S. Grant de los Estados Unidos).