¡Ñee! ¡Hola, gente! ¡Soy Pacheco Cara Floja! Y en este nuevo libro quiero contaros cómo salvé la Tierra de una gran amenaza intergaláctica...
Todo empezó cuando maté a aquel mosquito molesto de un golpe de remo. Bueno, el caso es que no era un mosquito, era un ser de otro planeta... ¡Qué demonios! ¿Cómo iba yo a saber que por haber acabado con ese bicho fastidioso una panda de alienígenas se iban a enfadar tanto?
La única forma de salvar al planeta Tierra de la destrucción es viajar a Proteus y donar una muestra de mi ADN. Pero... ¿qué es lo que oculta Kran, el temible líder de Proteus? ¿Por qué el planeta parece una burda copia de todo lo que hay en la Tierra? ¿Podré boicotear sus malvados planes y (lo más importante) salvar mi pellejo?
¡Descúbrelo en esta nueva aventura del gran Pacheco!
El concepto de tiempo a veces es difícil de entender para los más pequeños. Desde un solo minuto hasta un siglo completo: tu corazón late, los árboles crecen y los seres humanos viven toda una vida.
¿Cuánto tarda en crecer una manzana? ¿Cuánto tiempo pasan los osos hibernando? ¿Cuánto tarda la luz del Sol en llegar a la Tierra? ¿Cuántas veces late tu corazón en un minuto?
Este emocionante libro te enseñará que hay un tiempo para cada cosa.
Daniela tiene casi 15 años y no conoce a su padre, ni siquiera sabe quién es ni dónde se encuentra. Su madre guarda absoluto secreto sobre aquella etapa de su vida en que la tuvo, a pesar de las insistentes preguntas y reclamos de su hija. Esta, a veces, reza en voz baja una versión propia del Padre nuestro, a la espera de alguna revelación. Cuando se mudan a la capital, Daniela hará nuevos amigos como Linda y Ángel. Por ellos, durante un fin de semana en Punta Cana, llegará la sorprendente respuesta al gran misterio de su vida.
El equipo benjamín de Villanueva de la Pineda, la Pandilla Pichichi, se ha quedado sin entrenador justo antes del final de la liga escolar. Juancar Adura los ha dejado tirados en el último momento y, sin entrenador, no puede haber equipo el año que viene. Pero si consiguen demostrar lo que valen, ¡segurísimo que alguien acepta entrenarlos! Solo hay un problemita: aunque le echan muchas ganas, ganar, lo que se dice ganar... no es lo suyo. De hecho, van los últimos de la clasificación.