Un romance lleno de pasión y ambientado en una oficina. Un héroe gruñón decidido a salirse con la suya y una heroína osada que empieza a preguntarse si bajo los increíbles chalecos de su jefe se oculta un corazón de oro.
Dominic: La despidieron por mi culpa. Tenía un mal día y lo pagué con una persona inocente en una pizzería. Pero Ally Morales no tiene nada de inocente, y lo demuestra durante el primer día en su nuevo trabajo... en mi oficina... después de que mi madre la contrate a mis espaldas. Puede que su personalidad alegre ilumine la redacción de la revista, puede que me guste que discuta conmigo delante de todos y puede que sus ojos marrones y su lengua afilada se hayan adueñado de todas mis fantasías, pero ella es solo un puzzle que quiero resolver. Y si consigo que dimita, quizá tenga vía libre para conocerla... Después podré dedicarme a restaurar el buen nombre familiar y olvidarme de esa morena a la que le encanta bailar y beber cerveza.
En marzo de 1948, Fintan Allen, que apenas tiene doce años, sube temeroso con su madre, la italiana Maou, a bordo de un buque que zarpa de Francia con destino a Onitsha, a orillas del río Níger. Allí les espera Geoffroy Allen, un ingles que trabaja para la compañía comercial UnitedAfrica y que partió a Onitsha movido por sus fantasiosos deseos de recorrer Egipto y Sudán para buscar las huellas de Meroe, el "último reino del Nilo". Mientras Maou cree que el reencuentro con su marido será el comienzo de una epoca feliz, Fintan desconfía de ese desconocido que es su padre y de lo que le aguarda en ese remoto continente. Lo cierto es que Çfrica ha abrasado a Geoffroy "como un secreto, como una fiebre", y que este ha quedado cautivado por las creencias y la historia de varios de sus antiquísimos pueblos. Y Maou y Fintan descubren, cada uno a su manera, un mundo nuevo, poblado por personajes singulares, como Okawho, Oya o Sabine Rodes. Ninguno de los tres, no obstante, se siente a gusto entre los blancos que componen la colonia, lo que les acarreará graves problemas. Veinte años despues, Fintan, profesor en Bristol, comprenderá que todo lo que vivió y vio en Çfrica lo marcó para siempre.
Varios años después de publicar La invasión (1967), Ricardo Piglia reescribió los relatos que integraban el libro siguiendo la máxima de Hemingway, según la cual todo lo que se saque de un relato no hará más que mejorarlo. A las diez narraciones primitivas se sumaron otras cinco, aparecidas en revistas literarias, y dos más que escribió durante el proceso. Piglia partió de la misma situación inicial, consciente de que «la misma historia con otros protagonistas es otra historia (y sin embargo en un sentido es también la misma)». Lo es, en efecto, ya que en todos los relatos emergen los temas que conforman su imaginario: la revisión crítica de la historia de Argentina, la frontera entre ficción y realidad, o las tramas metaliterarias donde sus autores de cabecera aparecen como un personaje más.
La vida de Laura ha dado un giro de ciento ochenta grados.
Ya nadie la llama Karma. Ha dejado El Corte Inglés y, con los treinta, ha llegado el momento de lanzarse a probar suerte en el mundo del teatro junto con su inseparable Roberto.
Laura rehará su vida y descubrirá qué significa para ella el sexo de una noche, el amor romántico y la necesidad de ser ella misma.
Un compendio de trece relatos que nos acercan a la obra de Ralph Ellison, autor imprescindible de la literatura estadounidense del siglo XX.
Vuelo a casa recoge trece relatos escritos a lo largo de un periodo de casi veinte años, de 1937 a 1954. En ellos el lector asiste a la evolución de un estilo y de un pensamiento que culminaría y se consagraría definitivamente con la publicación, en 1952, de El hombre invisible.
Tinta estas páginas con agror la discriminación y el distanciamiento insalvable de blancos y negros, sea cual sea su situación financiera o su posición institucional. Como una denuncia esgrimida con crudeza y concisión, pero también con tristeza, estos relatos surgen con fuerza y tremenda actualidad en el panorama literario contemporáneo. Ellison refleja en ellos el carácter exclusivo de una sociedad a la que le costó, y aún le cuesta, abrirse al mundo.
En As Boiras, un pueblo turístico del Alto Aragón, ha aparecido el cadáver de Emma Lenglet, la hija de un influyente senador francés. El modus operandi del asesino es morbosamente parecido al que empleó el «Carnicero del Valle» tres décadas atrás. Justamente, hace un mes que Marzal Castán, el psicópata que cazó y desangró a seis adolescentes a mediados de los noventa, ha sido excarcelado para recibir curas paliativas y ha vuelto al Pirineo.
El comisario Kevin Girard, uno de los mejores agentes de la policía francesa, especializado en psicópatas, acaba de llegar a As Boiras para cooperar con la Guardia Civil, pues sospechan de la existencia de un copycat: un admirador que está imitando aquellos viejos crímenes y no se contentará con una sola víctima.