El 26 de octubre de 1949 el reportero Gabriel García Márquez fue enviado al antiguo convento de Santa Clara, que iba a ser demolido para edificar sobre él un hotel de cinco estrellas, a presenciar el vaciado de las criptas funerarias y a cubrir la noticia. Se exhumaron los restos de un virrey del Perú y su amante secreta, un obispo, varias abadesas, un bachiller de artes y una marquesa. Pero la sorpresa saltó al destapar la tercera hornacina del altar mayor: se desparramó una cabellera de color cobre, de veintidós metros y once centímetros de largo, perteneciente a una niña. En la lápida a penas se leía el hombre: Sierva María de Todos los Ángeles.
«Mi abuela me contaba de niño la leyenda de una marquesita de doce años cuya cabellera le arrastraba como una cola de novia, que había muerto del mal de rabia por el mordisco de un perro, y era venerada en los pueblos del Caribe por sus muchos milagros. La idea de que esa tumba pudiera ser la suya fue mi noticia de aquel día, y el origen de este libro.»
Este es un libro sobre el ayer perdido vuelto a recuperar con las palabras. La nostalgia de la patria lejana divisada en las brumas de la memoria. Los pasos extranjeros del muchacho nicaragüense que escribe, ensayando su destierro desde niño. Y los pasos perdidos de los exiliados en las calles y plazas ajenas, cargando con su miseria y sus penas. Nómadas, inmigrantes ilegales. Nadies. Expatriados, desterrados, la garra de la lejanía clavada en el corazón. La lenta prisa del que camina en dirección opuesta. La búsqueda sin fin de la identidad perdida, las huellas dactilares borradas de las manos de la madre por la lejía. La carga de los recuerdos que no alivia sino la escritura cuando se toca fondo. ¿Cómo nombrar lo que no tiene nombre? De esta manera, con la poesía, tocando fondo.
Política, mafia y religión en una de las obras más especiales del inolvidable maestro de la novela negra.
Andrea Camilleri tiene veinte años y debe presentarse a un examen en Palermo. Un amigo de la familia que también tiene que ir a la capital accede a llevarle en su camioneta cuando, de repente, tres hombres armados detienen el vehículo: “¿Qué os apetece hoy?” les pregunta el conductor. "Dos cajas de salmonetes, dos de lenguado y dos de pulpo”. Es el precio que pagarán para tener un viaje seguro, un curioso “trato entre caballeros” y, también, la primera experiencia de Camilleri con la mafia.
Dos hermanos. Un oscuro secreto. Y el mayor imperio de perlas cultivadas en el Tahití colonial.
1890. Bastian y Hugo Fortuny parten a Tahití en busca de una oportunidad después de perder su trabajo como sopladores de vidrio en su Mallorca natal. Durante la travesía conocen a Laia Kane, la hija de un cónsul inglés corrupto en Menorca al que han desterrado a la isla de la Polinesia. Este encuentro marcará la vida de los hermanos Fortuny y de Laia para siempre.
1930. Denis Fortuny, el heredero del imperio de las perlas de lujo en Manacor, decide viajar a Tahití para averiguar el misterio que se oculta tras sus primeros años de vida.
Una historia épica de amor, superación, lazos familiares y secretos con el telón de fondo del Tahití colonial y el fascinante origen de las perlas cultivadas.
25 de noviembre de 1506. Un tipógrafo aparece muerto de forma violenta en una imprenta de Salamanca. El taller está revuelto y han desaparecido varios originales del célebre humanista Antonio de Nebrija. Este le encarga a su antiguo alumno, el pesquisidor Fernando de Rojas, que averigüe quién mató al cajista y recupere los manuscritos robados. La tarea no va a ser fácil, pues Nebrija cuenta con muchos detractores dentro del Estudio salmantino por sus numerosos enfrentamientos con otros catedráticos. Para colmo, el humanista será objeto de un proceso inquisitorial por haber osado enmendar la traducción latina de la Biblia. Esto hará que Rojas tenga que defenderlo ante el Santo Tribunal y plantar cara a los enemigos de la imprenta y de las nuevas ideas.
Ambientada en el fascinante mundo de las imprentas y librerías de comienzos del siglo XVI, con ella su autor ha querido rendir un apasionado homenaje al maestro Nebrija, haciendo de él un personaje inolvidable que seducirá a todo tipo de lectores.
En marzo de 1978, las Brigadas Rojas secuestraron al político democristiano Aldo Moro y, en mayo de ese mismo año, lo asesinaron, algo que conmocionó a toda Italia. Leonardo Sciascia, por entonces diputado del Partido Radical, participó en la comisión parlamentaria que investigó los hechos y, en agosto de 1978, escribió El caso Moro. A partir de las cartas escritas por Moro desde su cautiverio, Scascia lo interpreta con rigor y perspicacia y reconstruye una trama de pensamientos y hechos que es, hasta el momento, lo que mejor permite comprender ese terrible episodio de la historia italiana.