Una obra vasta y atrevida sobre los secretos de familia y los misterios del universo.
Es 1986, ha habido una explosión en la central de Chernóbil, y Syvert Løyning, de diecinueve años, acaba de volver del servicio militar. En casa, en el norte de Noruega, lo esperan su madre y su hermano. De su padre, de quien tomó el nombre, y que murió cuando él era pequeño, solo le queda el recuerdo. Un recuerdo que, a medida que las noticias de Chernóbil se vuelven más inquietantes, no hará más que crecer: un día su padre se le aparecerá en sueños, despertando una curiosidad que hasta entonces no había tenido, y que se volverá más intensa tras el hallazgo de unas cartas que apuntan hacia la Unión Soviética.
Muchos años después, con la Unión Soviética ya desaparecida, la bióloga evolutiva Alevtina Kotov también va al encuentro de su familia: es el ochenta cumpleaños de su padrastro, el hombre que la crió, y ella y su hijo se disponen a celebrarlo con él. Al contrario que para Syvert, su padre biológico no es un recuerdo lejano: es un completo enigma, que Alevtina nunca se ha molestado en desentrañar. Pero en las clases que da en la Universidad de Moscú no reconoce a la científica que pudo haber sido, y la frustración que siente la llevará a indagar en territorios nuevos. Cuando se adentre en los de su origen, un hilo se tenderá entre espacios y tiempos, uniendo la Noruega de los ochenta y la Rusia de hoy en un despliegue de revelaciones.
Tirana memoria relata la historia de Haydée, escrita de su puño y letra en el diario que teje y desteje mientras espera a que su marido, Pericles Aragón, salga de la cárcel, y a que su hijo Clemen escape del país. Allí confluyen lo personal y lo político, la atmósfera de creciente violencia y la angustia de la protagonista, inseparables del trauma de la dictadura.
Desmoronamiento retoma a Clemen Aragón en el momento de sus nupcias con Teti, la única hija de un matrimonio hondureño de clase alta, los Mira Brossa, que harán todo lo posible para frustrar la unión. Un retrato demoledor de dos estirpes enfrentadas, espejo de las entonces conflictivas relaciones entre Honduras y El Salvador.
En La sirvienta y el luchador acompañamos a María Elena, la sirvienta de los Aragón, con la que Clemen tuvo un enredo. Ante la desaparición de uno de los descendientes de la familia, en los inicios de la guerra civil, María Elena se enfrasca en su búsqueda, junto a El Vikingo, un exluchador convertido en torturador que tiempo atrás fue su pretendiente.
COMO DE QUINCEY Y TANTOS OTROS, he sabido, antes de haber escrito una sola línea, que mi destino sería literario. Mi primer libro data de 1923; mis Obras completas, ahora, reúnen la labor de medio siglo. No sé qué mérito tendrán, pero me place comprobar la variedad de temas que abarcan. La patria, los azares de los mayores, las literaturas que honran las lenguas de los hombres, las filosofías que he tratado de penetrar, los atardeceres, los ocios, las desgarradas orillas de mi ciudad, mi ciudad, mi extraña vida cuya posible justificación está en estas páginas, los sueños olvidados y recuperados, el tiempo... La prosa convive con el verso; acaso para la imaginación ambos son iguales.
Felizmente, no nos debemos a una sola tradición; podemos aspirar a todas. Mis limitaciones personales y mi curiosidad dejan aquí su testimonio.
J.L.B.
EL ESCRITOR VIVE, la tarea de ser poeta no se cumple en determinado horario. Nadie es poeta de ocho a dos y de dos a seis. Quien es poeta lo es siempre, y se ve asaltado por la poesía continuamente. De igual modo que un pintor, supongo, siente que los colores y las formas están asediándolo. O que un músico siente que el extraño mundo de los sonidos —el mundo más extraño del arte— está siempre buscándolo, que hay melodías y disonancias que lo buscan. Para la tarea del artista, la ceguera no es del todo una desdicha: puede ser un instrumento.
J.L.B.
La patria, los azares de los mayores, las literaturas que honran las lenguas de los hombres, las filosofías que he tratado de penetrar, los atardeceres, los ocios, las desgarradas orillas de mi ciudad, mi ciudad, mi extraña vida cuya posible justificación está en estas páginas, los sueños olvidados y recuperados, el tiempo... La prosa convive con el verso; acaso para la imaginación ambos son iguales.Felizmente, no nos debemos a una sola tradición; podemos aspirar a todas. Obras completas 4 (1975-1988).
La mejor novela de fantasía jamás escrita Érase una vez un mago que se llamaba Merlín que preparó a un joven apodado Verruga para un futuro inimaginable en el que se aliaría con los caballeros más célebres del mundo, conocería a una mítica reina y sería coronado como Arturo, rey de Camelot. Esta es una fascinante historia de aventuras, amor, traición y magia que ha cautivado a lectores de todas las edades.