Escrita desde una celda con papel higiénico como único soporte, El diablo en la cruz se concibe como una declaración de intenciones en defensa de la lengua y la literatura africana, al mismo tiempo que se manifiesta como una feroz crítica a una sociedad víctima del neocolonialismo donde la explotación, el acoso sexual y la hipocresía están a la orden del día. El resultado es un retrato irónico y desnudo del sufrimiento de un pueblo que nunca ha renunciado a soñar con la libertad y que se atrevió a convertir este libro en un símbolo de esperanza.
Descrita por el propio autor como «una obra policíaca, aunque no lo parezca», Amberes fue redactada veintidós años antes de su primera publicación en 2002, y descubre al Roberto Bolaño más experimental y complejo.A caballo entre la narrativa y la prosa poética, Amberes se compone de 56 fragmentos, 56 balas perdidas cuyo objetivo permanece oculto al lector. Como pequeños fogonazos sin orden ni concierto que solamente insinúan la existencia de una luz más cegadora, los recuerdos y divagaciones que, en voz de distintos personajes -vivos y muertos-, llenan estas páginas, nos hablan de jorobados, drogas, prostitutas, películas, escritores sin palabras, asesinatos, asesinos y asesinados.Bamboleándose entre ficción y realidad, entre cordura y locura, el lector se enfrenta a un caso en un tablero con todas las piezas, pero sin ninguna garantía de que tenga solución.
Todos los días libramos una guerra interior. Son batallas contra las inquietudes, las contradicciones, las dudas y las pérdidas. Pero en cada uno de nosostros vive un guerrero de la luz. Un guerrero de la luz conserva el brillo en los ojos. No siempre es valiente y en ocaciones sufre por cosas inútiles y duda de sí mismo. Sin embargo, por eso precisamente es un guerrero de la luz. Porque se equivoca. Porque aceptas las derrotas. Porque se cuestiona a sí mismo. Porque alimenta la esperanza en medio del cansancio y el desaliento. Porque busca una razón y no se detiene hasta encontrarla.
El punto final a la saga protagonizada por Valeria y sus amigas. Valeria está con Bruno, pero ¿por qué no deja de pensar en Víctor? Valeria ha elegido no sufrir y Víctor ser sincero, ¿podrán ser amigos? Valeria titubea, calla, respira, siente... Valeria no sabe que su vida dará un giro en su próximo cumpleaños... Y desconoce que Lola, Nerea y Carmen... ... buscan su propio final de cuento, ¿o no?
Considerada la obra más madura de Lorca, La casa de Bernarda Alba cierra la llamada trilogía de la tragedia -formada también por Bodas de sangre y Yerma-. Su carácter realista y la opresión en el pecho que se siente ante la represión de unas mujeres atrapadas en un frío infierno de luto, celos, silencio y sueños truncados se ha interpretado como un presagio de los oscuros tiempos que se avecinaban y en los que el propio Lorca se convertiría en una víctima prematura.No obstante, la presente edición contrapone este texto tan magnífico como terrible a Los sueños de mi prima Aurelia, una comedia inacabada inspirada en la infancia del poeta y dramaturgo, que nos demuestra que no había abandonado la ironía y el sentido del humor.
Rigoberto, un maduro empleado de una compañía de seguros, combate su banal existencia con una rica imaginación que va plasmando en cuadernos. Todo lo que Rigoberto no se atreve a hacer, no se atreve a vivir por sí mismo, sus audacias y aventuras imaginadas, sus deseos ocultos, van quedando reflejados en estas anotaciones que lo distancian cada vez más de su vulgar existencia.
Los cuadernos son como un baúl del que se van extrayendo inesperados relatos, atesorados por el personaje con mayor celo que si fueran reales, y constituyen un refinado compendio de la imaginación erótica. Pero la particularidad de estas fantasías es que parten siempre de pinturas, obras literarias y piezas musicales conformando un verdadero y exquisito índice de la pintura y la literatura eróticas de todos los tiempos.
Como contrapunto al florido universo de don Rigoberto está el inquietante y perturbador ambiente que se forja alrededor de su hijo, Fonchito. Obsesionado con la vida y la obra del pintor austríaco Egon Schiele, el muchacho se sueña como la encarnación del pintor maldito y su misterioso mundo de niñas perversas y autorretratos angustiosos. Entre los dos personajes, la madrastra. Una mujer que es para ambos la figura principal de ese doble mundo de deseos y realidades. Una mujer a la medida de sus más exigentes fantasías.
Haruki Murakami atendió por fin a las peticiones de sus lectores y accedió a que se tradujeran estas dos obras tempranas, anteriormente sólo publicadas en japonés e inglés, y añadió un prólogo donde el escritor relata su génesis. Escucha la canción del viento (1979), ópera prima del autor, sigue las vicisitudes de un joven estudiante que, durante unas vacaciones en su ciudad natal, disfruta de la compañía de su mejor y original amigo, apodado «el Rata», una chica con cuatro dedos, el barman del Jay´s Bar y un escritor suicida (e inventado): Derek Heartfield. Tres años después, en Pinball 1973 (1980), ese mismo joven vive en Tokio, con dos gemelas idénticas, mientras el Rata continúa viendo pasar la vida en el Jay´s Bar, en una novela melancólica y de atmósfera poética, que contiene la mejores escenas de pinball de la historia de la literatura.
Una de las obras más importantes del Premio Nobel de Literatura, una novela política centrada en el enfrentamiento entre el islamismo radical y las ideas occidentales.
En mitad de una tormenta de nieve, Ka, un periodista turco recien llegado de un largo exilio político en Alemania, se desplaza a la remota ciudad de Kars, al nordeste de Turquía.
Lo que encuentra es un lugar conflictivo: han asesinado al alcalde y todo apunta a que los islamistas van a ganar las inminentes elecciones, hay un terrible temor al terrorismo kurdo y una ola de suicidios de chicas a las que se les ha prohibido llevar la cabeza cubierta a la escuela.
Cuando la tormenta se recrudezca y la nieve impida las comunicaciones con el exterior, el peligro de que la tensión estalle alcanzará cotas inimaginables.
Una noche de otoño, unos pescadores descubren un cadáver en la playa del Chivo, en La Habana. La víctima, Miguel Forcade Mier, ha sido asesinada con una saña brutal, casi inexplicable. Este crimen removerá una antigua trama de corrupciones y viejas ambiciones frustradas, ya que, en efecto, en los años sesenta Forcade había dirigido oficialmente las expropiaciones de bienes artísticos requisados a la burguesía tras la Revolución. Pero, después de acumular poder, influencia y, seguramente, no pocas envidias y resentimientos, en 1978 Forcade decidió, sin motivo aparente, sumarse al exilio de Miami. Sin embargo, poco antes de su asesinato, había vuelto misteriosamente a Cuba, casi como si hubiera querido recuperar algo muy valioso y cuya existencia sólo él conocía. Como el caso se presenta delicado, ¿quién mejor para dar con el asesino que el teniente investigador Mario Conde, viejo zorro en esos menesteres, al parecer sin nada ya que perder?