Dos escritores, unas vacaciones y una apuesta.
Todo puede suceder durante un verano.
January Andrews es escritora de novelas románticas y una soñadora empedernida.
August Everett escribe novelas serias y cree que el amor verdadero es sólo un cuento chino.
Pero January y Gus tienen mucho más en común de lo que creen:
Los dos están arruinados. Los dos están bloqueados. Y los dos necesitan escribir un bestseller antes de que termine el verano.
La vida tiende a ser así: una gota, una gota, una gota, una gota, y luego nos preguntamos, perplejos, cómo es que estamos empapados.
Estela deja a su madre en el sur para trabajar en la casa de una familia en Santiago de Chile y allí se queda los siguientes siete años, limpiando y criando a una niña acosada por la ansiedad, cuya muerte conocemos al comienzo de la novela.
Como en una tragedia griega, la tensión crece en cada página, con cada personaje o elemento: la perra callejera, las ratas, la confesión inconfesable del «señor», la aparición de Carlos, el veneno, la pistola, hasta un desenlace tan poderoso como inevitable.
Karl Marx dejó tras de sí un impresionante legado teórico y una descendencia extensa. Dejó también un vástago adicional, hijo de la criada de la casa, al que nunca quiso reconocer y que entregó a su compañero, Engels. A través de otra hija bastarda de Marx, fruto de la aventura con una aristócrata rusa, Clara Obligado retrata toda una educación amorosa y sexual —no hay variante que no encuentre su preciso y sugerente relato—, y conforma el fresco detallado de una época espléndida. ¿Y si la aristocracia rusa en el exilio, en lugar de hacer la revolución política, hubiera iniciado una revolución sexual? ¿Y si la Historia, en lugar de contarse en masculino, se hubiera contado en femenino?
La hija de Marx es un prodigio literario lleno de imaginación, documentación rigurosa (modelos de consoladores incluidos), erotismo e ironía; una crónica aguda y suntuosa de los destinos de aquellas mujeres que rodearon a los revolucionarios, utopistas y reformadores del cambio de siglo.
Floresta de Prosa y Verso fue publicada como serie cerrada coleccionable entre enero y junio de 1936 por un grupo de jóvenes estudiantes de la entonces innovadora Facultad de Filosofía y Letras de Madrid. Reunió en sus páginas la creación primeriza de un numeroso grupo de jóvenes escritores junto a la colaboración de maestros y autores consagrados que presidió cada uno de los números: Juan Ramón Jiménez en dos ocasiones, Azorín, Lorca, Aleixandre. El resultado fue un conjunto misceláneo y muy representativo de la diversidad y complejidad del panorama literario del momento. Revista de espíritu abierto e integrador, colaboraron en ella jóvenes republicanos, liberales y progresistas, junto a conservadores, monárquicos y falangistas de primera hora. Entre los que sobrevivieron y mantuvieron tras la guerra su actividad literaria, se hallan figuras destacadas del exilio, como Francisco Giner de los Ríos o Joaquín Díez-Canedo –que dirigieron en México a partir de 1945 la colección de poesía Nueva Floresta,
Lo que no vi se hará palabra por palabra tímido tremor entre los versos. Lo que no sentí se hará número en la estrofa: el nudo ligero de tus manos el sitio de delicias escondido donde el tobillo ataja el cuerpo el lugar más oscuro de los muslos la dulce dureza de tus nubes. Dos minutos quedan decías de salida Ernesto en las quebradas. Como los primeros fuiste el último sudor, niño, pájaro de vuelta. Buscaré en mi boca, lejos el azoro de tu humedad multiplicante cuando esté seca buscaré, la noche ya llegada la apurada claridad de tu simiente.
Lola Acosta viaja de Madrid a Londres tras la pista de su padre biológico, Peter Russ, la mayor estrella de la música española de los noventa, que desapareció veintitrés años atrás al inicio del concierto más importante de su carrera. Su investigación irá revelando cómo el suceso transformó a todo su entorno: el hermano del cantante, la exnovia, el mánager, los amigos, el padre, la madrastra... Poco a poco, Lola descubrirá qué le sucedió a su padre hasta conocer una verdad que quizá hubiera estado mejor escondida.
Una historia adictiva que habla de los pecados de juventud, las relaciones sentimentales prohibidas, la crueldad de los celos y la envidia y la épica del amor a través de una trama tejida con mucha habilidad y narrada mediante una prosa sencilla y virtuosa.
Una magnífica novela plagada de intrigas y secretos que explora los claroscuros del amor y la familia con la música como hilo conductor y la nostalgia de los noventa como telón de fondo