En noviembre de 1914, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, Stefan Zweig anotó en sus Diarios: "He tenido que escribir a Romain Rolland, necesitaba desahogarme con un amigo. Aquí nadie me entiende: carecen de la voluntad firme de ser justos". Y precisamente ese elevado sentido de la justicia, así como su fervorosa defensa del pacifismo y de los ideales humanistas, unió al futuro Nobel francés con su más fiel discípulo austríaco. Ambos se pronunciaron públicamente contra la contienda, denunciando en sus cartas las noticias falsas, el odio entre naciones y el egoísmo de los que guardan silencio.
1498. En pocos años, Santo Domingo se convierte en una espectacular urbe que crece inmersa en un bullicio constante. A su puerto llegan aventureros de toda Europa atraídos por las promesas de abundancia y, por primera vez, ha atracado un barco repleto de mujeres. Muchas han cruzado el océano para reunirse con sus maridos, casarse con conquistadores o forjar una nueva vida. Pero en esa expedición también viaja Jimena, quien ha embarcado con un propósito muy distinto.
Durante la travesía, la joven ha trabado amistad con otras tres mujeres y se han hecho un juramento. Cuando en la isla las aceche el peligro, no solo tendrán que demostrar su arrojo y tesón, sino también confiar en su promesa: ayudarse las unas a las otras para sobrevivir en la primera ciudad del Nuevo Mundo.
Un misterioso anuncio de una sola línea en una revista culinaria, sin número de teléfono ni dirección: ¡quienes deseen visitar la taberna Kamogawa tienen que confiar en un toque de magia para llegar hasta ella! Solo los asiduos y los curiosos, guiados por el destino, encuentran el camino hasta el pequeño edificio escondido entre las callejuelas de Kioto.
La pareja formada por el padre y la hija Kamogawa ha empezado a anunciar sus servicios como «detectives de la comida»: mediante ingeniosas investigaciones, son capaces de recrear un plato del pasado de sus clientes, guisos que bien podrían contener las claves de historias olvidadas y promesas de felicidad futura. ¿Les permitirán estos sabores redescubiertos cerrar la puerta a los remordimientos y empezar de nuevo?
Alicia Berenson, una exitosa pintora, descarga cinco tiros a la cabeza de su marido, y no vuelve a hablar nunca más. Su negativa a pronunciar palabra alguna convierte una tragedia doméstica en un misterio que atrapa la imaginación de toda Inglaterra. Theo Faber, un ambicioso psicoterapeuta forense obsesionado con el caso, está empeñado en desentrañar el misterio de lo que ocurrió aquella noche fatal y consigue un puesto en The Grove, la unidad de seguridad del norte de Londres a la que Alicia fue enviada seis años atrás y en la que sigue obstinada en su silencio. Pronto descubre que el mutismo de la paciente está mucho más enraizado de lo que creía. Pero, si al final ella hablara, ¿estaría dispuesto a escuchar la verdad? La crítica «El thriller perfecto. Esta extraordinaria novela hizo que me hirviera la sangre, literalmente no pude dejar de leerla. Me sumergí en la lectura y, once horas después, a las 5.47 de la mañana, la terminé absolutamente deslumbrado.» A. J. Finn (autor de La mujer en la ventana) «Inolvidable. Una mezcla de suspenso hitchcockiano, complot de Agatha Christie y tragedia griega.» Entertainment Weekl «Absolutamente brillante.» Stephen Fry «Magnífico. Este thriller psicológico intrigante y finamente hilado coloca a Michaelides entre los mejores escritores del género.» Publishers Weekly «Inteligente, imaginativo, excelente.» The Times (Mejor Libro del Mes) «Un debut con el ritmo y la agudeza de un verdadero maestro.» BBC Culture «Una novela tensa, convincente y meticulosamente trazada.» The Observer «Un impresionante thriller con un final digno de un clásico.» The Wall Street Journal «Oscuro, tenso y de lectura compulsiva.» Library Journal «Imposible dejar de leerlo, escalofriante e intenso, con un toque que hará que incluso al lector de suspenso más experimentado le recorra un sudor frío.» Booklist
La infancia en una ciudad de las afueras de Barcelona, la madurez en una ciudad alemana: un emocionante e irónico relato de iniciación en forma de memorias literarias.
¿Cómo contar los momentos que iluminaron nuestra infancia, o los que nos acomplejaron en nuestra adolescencia? ¿Cómo dar cuenta de algunos pequeños descubrimientos que luego fueron importantes? ¿O de las historias de terror que sirvieron de rito de paso? ¿Cómo transmitir la convivencia con cuatro generaciones de una misma familia? ¿Cómo explicar nuestra mirada y experiencia cuando hemos pasado la mitad de la vida en otro país y en otra lengua? Este emocionante libro de Rosa Ribas nos descubre que todo ello, y mucho más, puede contarse, y hallar sentido, cuando descubrimos la panoplia de recursos, géneros y precedentes que la tradición narrativa pone a nuestra disposición. Descubrimos así cómo contar solo con sutiles detalles las experiencias de una niña zurda, compadecer con risas las vivencias de una adolescente miope, o entender, con algunos equívocos lingüísticos, lo que significa para una adulta residir en otra cultura. A la vez que recorremos enseñanzas literarias adquiridas a lo largo de la vida, pero en realidad asistimos a un emocionante, irónico y doloroso relato de iniciación en forma de memorias.
Siempre supe que mi madre estaba loca. La novela más impactante de Hervé Le Tellier, autor de La anomalía.
Un destacado escritor francés se adentra en su propia historia en esta elocuente reflexión sobre las relaciones familiares disfuncionales.
Hervé Le Tellier no se consideraba a sí mismo como un niño infeliz. Y, sin embargo, entendió desde muy joven que algo andaba mal. Alcanzados los setenta años de edad y con la distancia emocional que facilita el paso del tiempo, Le Tellier se sintió capaz de escribir la historia de su familia.
Abandonado temprano por su padre y criado en parte por sus abuelos, se vio profundamente afectado por la relación con su madre, una mujer con problemas y con percepciones dañinas sobre el amor.
En este relato perspicaz y profundamente personal, Le Tellier intenta recordar tiempos difíciles sin ira ni arrepentimiento y, a veces, incluso con humor.