Entre los diversos avatares que el aura legendaria de Homero y su obra han conocido a lo largo de la historia de las letras inglesas, acaso los dos más asombrosos sean el Ulises de Joyce y el Omeros de Walcott. Como en la Ilíada («Omeros» es el nombre de Homero «en la antigua lengua de las islas», invocado por una muchacha griega, Antígona, exiliada en América), la historia comienza con la rivalidad por el amor de una mujer. No es una princesa sino una negra criada antillana, y quienes luchan por ella no son reyes sino pescadores, pero el rostro de Helena es de aquellos en que los dioses «consagran toda la belleza de una raza». Ella ama a Aquiles pero le deja por Héctor, y un día en que el pueblo se prepara para una fiesta, el amante desdeñado zarpa de Santa Lucía, y en un sueño iniciático y un viaje a través de siglos es devuelto a la tierra de sus antepasados, en la costa occidental de África. Y mientras Aquiles va tras sus raíces, otro personaje clave de la obra, Dennis Plunkett, el blanco, el colonizador, el eterno marginal en un pueblo que ama, también cumple su personal odisea: tras sucumbir al encanto de Helena (en otro tiempo la isla se llamó como la muchacha), se convierte, por amor a ella, en un experto en la historia del lugar, así como en sus batallas.
Los aliados han liberado Francia, y las tropas alemanas en retirada conducen a un numeroso grupo de colaboracionistas del gobierno de Vichy al castillo de Sigmaringen. Éste es el punto de partida de De un castillo a otro: más de mil personas angustiadas, sin norte ni futuro, se hacinan en un castillo laberíntico. Pero los castillos de Céline son realmente dolorosos, agitados por los espectros de la guerra, el odio y la miseria. Transparente en su autobiografía, casi a caballo entre la novela y la confesión, con aguda ironía y punzante humor, Céline nos describe a los alemanes en pánico, a una Europa que retumba, a los ministros de Vichy sin ministerio y al mariscal a punto de entrar en el Tribunal Supremo. Con su prosa arrolladora y sincopada, en completo desorden pero con vívida clarividencia, Céline nos narra como nadie el caos la derrota, los excesos y las miserias de la condición humana. Así, este De un castillo a otro, primer volumen de lo que el propio autor concibió como una historia magna, la Trilogía del Norte, es uno de sus libros más demoledores, y bien habría podido titularla el final de la noche, porque es una novela que nos interpela, nos sacude, nos golpea. Una literatura radical que se escribe con las vísceras.
Cuando el joven y talentoso caballero Collum llega a Camelot para competir por un lugar en la Mesa Redonda, descubre enseguida que ha llegado demasiado tarde: el rey Arturo murió hace dos semanas en la Batalla de Camlann, y solo queda un puñado de caballeros de la Mesa Redonda.
Y los supervivientes no son los héroes de la leyenda, como Lancelot o Gawain. Son los caballeros más excéntricos de la Mesa Redonda, como Sir Palomides, el Caballero sarraceno, y Sir Dagonet, el bufón de Arturo, quien fue nombrado caballero como una broma. A ellos se une Nimue, que fue la aprendiz de Merlín hasta que se volvió contra él y lo enterró bajo una colina.
Pero de ellos depende reconstruir Camelot en un mundo que ha perdido su armonía, una Britania abandonada por Dios a la que las hadas y los antiguos dioses están regresando, liderados por Morgana. Deberán reclamar Excalibur y hacer que este mundo en ruinas florezca de nuevo. Pero antes deberán resolver el misterio de por qué cayó el noble y valeroso Rey Arturo.
El nombre del viento (Crónica del asesino de reyes 1)
En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje legendario a quien todos daban ya por muerto: Kvothe... músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino.
Ahora va a revelar la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas itinerantes, los años malviviendo como un ladronzuelo en las calles de una gran ciudad y su llegada a una universidad donde esperaba encontrar todas las respuestas que había estado buscando.
El temor de un hombre sabio (Crónica del asesino de reyes 2)
El hombre había desaparecido. El mito no. Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, trotamundos, héroe y asesino, Kvothe había borrado su rastro. Y ni siquiera ahora que le han encontrado, ni siquiera ahora que las tinieblas invaden los rincones del mundo, está dispuesto a regresar. Pero su historia prosigue, la aventura continúa, y Kvothe seguirá contándola para revelar la verdad tras la leyenda.
La adaptación a novela gráfica de La trilogía de Nueva York, la aclamada obra maestra de Paul Auster, una interpretación posmoderna del género policiaco en la que el lenguaje es el principal sospechoso.
En 1994, Ciudad de cristal, la primera de las tres historias que forman parte de La trilogía de Nueva York, tuvo una adaptación a novela gráfica que se convirtió de inmediato en un clásico de culto aplaudido por la crítica y el público, y que fue publicada en más de treinta países. Durante años, sus lectores han estado pendientes de que las otras dos últimas partes fueran llevadas al cómic. Por fin, la espera ha terminado.
La trilogía de Nueva York de Paul Auster es literatura posmoderna disfrazada de ficción noir, donde el lenguaje es el principal sospechoso. Como una reinterpretación de la literatura detectivesca y de misterio, cada libro explora diversos temas filosóficos. En Ciudad de cristal, un autor de novelas de detectives investiga un asesinato y acaba descendiendo a la locura. Fantasmas presenta a un detective privado llamado Azul que vigila a un hombre llamado Negro por encargo de un cliente llamado Blanco. Y en La habitación cerrada, otro escritor sufre un bloqueo creativo y espera superarlo resolviendo la misteriosa desaparición de un amigo de la infancia.
Tras la trágica muerte de su padre, C.K. Cole, el apreciado escritor de literatura pulp y creador del popular personaje guerrero Othan, a Helen Cole la llaman de vuelta a la enorme e ilustre finca de su abuelo: la Casa Wyndhorn. Marcada por la muerte prematura de su padre, y perdida en un nuevo y extraño mundo, una Helen siempre abrazada a una botella de vino siembra el caos al llegar. Sin embargo, sus caóticas costumbres empezarán a suavizarse cuando descubra toda una vida de secretos ocultos en la miríada de salas y pasillos de la enorme mansión. Pues fuera de sus paredes, en el bosque, esperan las legendarias aventuras que antes había hallado en las historias de su padre.