La pasión amorosa, observada con lucidez por una de las autoras francesas más reconocidas de la actualidad.
«A partir del mes de septiembre del año pasado, no hice otra cosa que esperar a un hombre : que me llamara y que viniera a verme»; así empieza la historia sobre la pasión de una mujer culta, inteligente, económicamente independiente, divorciada y con hijos ya mayores, que pierde la cabeza por un diplomático de un país del Este «que cultiva su parecido con Alain Delon» y siente especial debilidad por la buena ropa y los coches aparatosos. Si el tema que da lugar a esta novela es aparentemente trivial, no lo es en absoluto la vida que lo alienta. Muy pocas veces antes se había hablado con tan descarnado descaro, por ejemplo, del sexo masculino o del deseo que idiotiza, que trastoca. La escritura aséptica y desnuda de Annie Ernaux consigue introducirnos, con la precisión de un entomólogo que observa un insecto, en el febril, extasiado y devastador desvarío que cualquier mujer —¿y cualquier hombre?—, en cualquier lugar del mundo, ha experimentado sin duda al menos una vez en su vida.
Javier Mallarino es una leyenda viva. Es el caricaturista político más influyente del país, «un hombre capaz de causar la revocación de una ley, trastornar el fallo de un magistrado, tumbar a un alcalde o amenazar gravemente la estabilidad de un ministerio, y eso con las únicas armas del papel y la tinta china». Los políticos le temen y el gobierno le hace homenajes. Después de cuatro décadas de brillante carrera, puede decir que tiene el país a sus pies. Pero todo eso cambiará cuando reciba la visita inesperada de una mujer que le obligará a revaluar toda su vida, a poner en entredicho su posición en este mundo.
Un agudo análisis del pensamiento de Lévi-Strauss por una figura imprescindible de la literatura contemporánea.
«La lectura de Lévi-Strauss me descubrió tantas cosas y despertó en mí tales interrogaciones que, casi sin darme cuenta, hice algunos apuntes. Este texto es el resultado de mi lectura.» Con estas palabras, el Nobel de literatura Octavio Paz emprende una lúcida reflexión sobre la obra del prestigioso antropólogo francés, que celebra ahora su centenario en vida.
En la aldea medieval de Lapvona, el pequeño Marek vive en la más absoluta pobreza con su padre Jude, viudo, devoto y agresivo. Cojo, con la cara deforme y una concepción distorsionada de la realidad, Marek solo halla consuelo en su temor de Dios y en sus visitas a Ina, una anciana con saberes ocultos que vive alejada del mundo. Cuando una muerte violenta lo sitúa en el epicentro de la vida palaciega, Marek pasa a convertirse en un auténtico aristócrata dentro de la corte del corrupto y ensimismado señor feudal que gobierna Lapvona. Sin embargo, su nuevo estatus se verá amenazado por la llegada de una misteriosa mujer embarazada, de rasgos sospechosamente similares a los suyos.
Un detective busca a una mujer desaparecida. Un hombre busca el rastro de un fantasma. Modiano deslumbra con su nueva exploración de la memoria.
Un aprendiz de detective llamado Jean Eyben recibe el encargo de la agencia Hutte, para la que trabaja, de seguir el rastro de una mujer. La mujer se llama Noëlle Lefebvre, y el joven investigador la persigue infructuosamente. Treinta años después, retoma por su cuenta ese caso y continúa las pesquisas.
En esos dos periodos de tiempo, Eyben va en busca de un fantasma. Recorre las calles por las que ella transitó, trata de encontrar alguna carta, localiza una agenda, habla con personas que la conocieron, husmea en su tal vez agitada vida sentimental. Y lo que van aflorando son pistas difusas, ecos del pasado: un Chrysler descapotable, un tal Sancho, un verano, un lago, un aspirante a actor... Sombras, retazos de memoria, recuerdos que el tiempo distorsiona o borra. ¿Quién es Noëlle Lefrebvre, la mujer en fuga, la mujer desvanecida? ¿Y quién es Jean Eyben, el hombre que sigue su huella, el hombre que vive obsesionado por su ausencia?
Marina tenía la vida que creía desear. Ordenada. Segura. Gris. Hasta que aquella noche que tenía que ser perfecta cayó el telón y todo voló por los aires.
Noah vivía el presente. Despreocupado. Sin futuro. Con sus propias normas. Hasta que la solista de Al Borde del Abismo les dejó minutos antes de la actuación y tropezó con unos ojos verdes en un callejón.
Deberían haber sido algo pasajero. Puntual. Un segundo en las manecillas de un reloj.
Llegaron los ensayos, el olor de la lluvia, los deseos que se sienten en la piel y la gira. Llegaron el miedo y las ganas.
Porque que algo no sea perfecto no significa que no sea jodidamente especial.
Porque a veces el corazón sigue sus propias reglas.
Porque un segundo se convierte en infinito cuando logras detener el tiempo.
Una banda de música. Dos polos opuestos que deben arriesgarlo todo.
Un amor tan efímero como un beso, pero tan eterno como una balada de rock.