Durante una madrugada de 1995, Shy, un chico de dieciséis años, decide escapar del reformatorio para delincuentes juveniles Última Oportunidad. Cargando con una mochila llena de piedras y «una pesada bolsa de lamentos», se adentra en la oscura campiña inglesa. La música que sale de su walkman se mezcla con sus intensas pesadillas nocturnas, con los sonidos de una noche que parece encantada, y con las voces de su madre, de su padrastro, de profesores, de gente a la que ha hecho daño y de gente que, a pesar de todo, intenta quererle. Harto de una vida llena de dificultades y altercados, se dirige hacia un futuro incierto sobre el que pesa una enorme pregunta.
Shy es el impactante viaje, a través de una sinfonía poética que solo Max Porter podía componer, a la mente y al cruel universo de un adolescente atormentado. En esta bella y conmovedora novela, número uno instantáneo en la lista de los más vendidos en Reino Unido, se dan la mano la culpa y la rabia, la imaginación y los fantasmas, la infancia y la pérdida de la inocencia, en una historia que trata sobre perderse en la oscuridad y darse cuenta de que quizás uno no estaba tan solo.
Un padre y su hijo se ven por primera vez después de muchos años. El padre tiene algo que contarle antes de que sea demasiado tarde: la historia de una niña que yace en la cama de un hospital a pocos kilómetros de distancia. La pequeña es valiente y lo bastante inteligente como para saber que no vencerá al cáncer.
Ahora, en una fría noche de invierno, el padre tiene la inesperada oportunidad de hacer algo extraordinario que podría cambiar el destino de una niña a la que apenas conoce. Pero antes de poder hacer el trato de su vida, debe averiguar cuánto ha valido realmente la suya, y sólo su hijo puede darle esa respuesta.
El protagonista de esta historia, Orlando, un muchacho aristócrata de la corte de Isabel I no solo vive con intensidad una dilatada época que va des de la época isabelina hasta nuestros días, sino que tras un profundo sueño, se despierta encarnado en mujer. La agilidad con la que la autora teje este juego es una muestra excelente de un sentido del humor que pocas veces asociamos a la personalidad de Virginia Woolf y una exploración sobre la condición femenina que influirá en posteriores estudios de género.
El castillo de los destinos cruzados, que su autor consideraba uno de sus mejores libros, se publicó originalmente en 1973, tras un elaborado proceso de escritura por medio de métodos combinatorios que le llevó cinco años. Las dos narraciones que lo componen ―El castillo y La taberna― fueron concebidas a partir de un mismo juego formal: las posibles interpretaciones de dos diferentes mazos de tarot, cuyas cartas se reproducen como anotaciones al margen a lo largo del libro. Para la primera de las narraciones, el punto de partida es el tarot Visconti ―con sus delicados miniados que reflejan el refinamiento renacentista―, que genera una serie de historias cortesanas que aluden al Orlando furioso de Ariosto, protagonizadas por personajes de «bella apariencia y vestidos con atildada elegancia». Y para la segunda, el tarot de Marsella, de trazos más toscos, y que requiere personajes más burdos y un lenguaje más popular.
Viena, 1895. Durante una visita turística clandestina a la Cripta de San Esteban aparece el cuerpo de un hombre con el rostro deformado por el horror. En un momento en el que los fantasmas y el espiritismo se imponen como moda, el difunto se empeñaba en desenmascarar a los impostores que ganaban dinero estafando a la gente crédula. Leopold von Herzfeldt será el encargado de investigar el caso junto a la joven Julia, con quien mantiene una relación a espaldas del cuerpo de policía. Mientras, el sepulturero Augustin Rothmayer decide investigar la desaparecen tantos niños y qué tiene que ver un viejo cuento infantil prtagonizado por el Grajo Nocturno pensado para asustar a los más pequeños.
Un nuevo integrante de la colección Minotauro Asiático.
Pese a su corta edad, Kisa está acostumbrada a luchar. Vive en un mundo infestado de monstruos, donde las personas se refugian tras fortificaciones repartidas en diferentes comunidades, cada una de ellas con una función diferente. Kisa pertenece a la de los «hábitos esmeralda», los únicos capaces de aniquilar las bestias que campan a sus anchas en el exterior. Sin embargo, sus compañeros la desprecian porque es incapaz de dominar su poder y la usan de señuelo.
Pero todo cambiará cuando conozca a Ikuro durante un enfrentamiento con los monstruos: el muchacho la salvará del peligro y juntos descubrirán que tienen mucho en común, como las burlas de sus vecinos. ¿Podrán cambiar su destino?