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LOS VIGILANTES

El bosque no figura en ningún mapa de Irlanda. Cada vez que un coche lo bordea, se avería... Y el de Mina no es una excepción. Entre los árboles, la joven encuentra un extraño búnker donde se hallan otros tres desconocidos. Dentro hay una pared de vidrio y una bombilla que se enciende al anochecer, cuando los vigilantes salen a la superficie. Es fácil saber que han llegado: sus gritos siempre resuenan alrededor del edificio. Las criaturas se dedican a acechar a sus humanos cautivos. Pero ¿qué son? ¿Qué les hacen cuando los atrapan fuera del búnker? Y lo más importante: ¿cómo se puede escapar de un sitio donde los dispositivos electrónicos no funcionan y no es posible orientarse? A. M. Shine es uno de los principales autores irlandeses del terror actual. Los vigilantes, ambientada en un misterioso bosque al oeste de Irlanda, es su novela más famosa y su adaptación cinematográfica la ha dirigido Ishana Shyamalan con M. Night Shyamalan de productor.
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SE TU MISMO

A mediados de los años noventa, Hua Hsu tenía dieciocho años, diseñaba fanzines, se pasaba el día en tiendas de discos y vestía de segunda mano. Ken estaba obsesionado con Dave Matthews, Pearl Jam y la ropa de Abercrombie & Fitch. Uno era hijo de inmigrantes taiwaneses. La familia de ascendencia japonesa del otro llevaba ya generaciones asentada en los Estados Unidos. Lo único que tenían en común era que, independientemente de cómo se relacionaran con ella, la cultura americana no parecía tener hueco para ninguno de los dos. Pero, en contra de sus prejuicios, crean una amistad construida a base de largas conversaciones entre cigarrillos, viajes en coche al 7-Eleven, momentos triviales atrapados en fotos analógicas y una búsqueda constante de la propia identidad. Y entonces, apenas tres años después de conocerse, Ken muere asesinado. Sé tú mismo no es solo unas memorias de juventud, es un testimonio vital y estético de la angustia adolescente, la experiencia del inmigrante y la necesidad humana de pertenencia. Decidido a reflexionar sobre las escisiones y los parches que se crean en nuestro recuerdo, Hua Hsu escribe en búsqueda de todo aquello que tratamos de reconciliar mediante la literatura.
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PERDER EL JUICIO

Pensamos que no seríamos capaces de cometer un crimen, hasta que lo hacemos. Los seres humanos piensan que saben de qué son capaces. Creen que no podrían escapar de los policías, que nunca le harían mal a un niño. Yo no podría matar a mis padres; hagan lo que hagan, me dieron la vida. O yo no llegaría jamás hasta la violación. No sería capaz de acelerar al volante en un puente con mis hijos en el auto y caer al vacío. Pero todo eso lo decimos antes; no somos capaces, es cierto, nos resulta impensable el crimen, hasta que pasamos al acto. Perder el juicio cuenta la historia de un robo, de una apropiación, de un incendio provocado. Esta obra es el viaje de un secuestro donde la vida es vista como el armado de una evasión. Como dice Harwicz, se escribe una novela cuando se está en desacuerdo con el sentido de las palabras, cuando dejar de mentir es imposible.
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SE MIA

Conocimos a Frank Bascombe en el ya lejano 1986 con El periodista deportivo y sus andanzas nos han ido mostrando las transformaciones de Estados Unidos en las últimas décadas. Reaparece ahora con 74 años y arranca su relato con esta frase: «Últimamente, me ha dado por pensar en la felicidad más que antes.» A continuación, hace un repaso sucinto de su vida: perdió a un hijo, a sus padres y a algún otro ser querido; ha pasado por dos divorcios; ha sobrevivido a un cáncer; recibió un disparo en el pecho y ha superado huracanes y una depresión. Ahora, al final de su vida, se ve convertido en cuidador de su hijo Paul, que padece ELA y está recibiendo tratamiento en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota. Cuando le dan el alta, padre e hijo deciden emprender un viaje hasta el emblemático monte Rushmore, evocando otro que Frank hizo de niño, con sus progenitores. Norteamérica −con Trump en el horizonte− desfila por la ventanilla del coche y se suceden los encuentros con personajes variopintos, mientras padre e hijo aprenden a conocerse. Frank pasa revista a su vida llena de altibajos y cambios, y trata de encontrar en ella algo de sentido y esperanza, atisbos de felicidad. Richard Ford retorna −con toda probabilidad por última vez− a su personaje más emblemático para construir otra monumental «gran novela americana».
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LOS RIELES

Las tres edades de Venturini. Una historia que completa la trilogía iniciada con Las primas y Nosotros, los Caserta. «Venturini tiene la capacidad de hacernos perder por completo el miedo al lenguaje.» Andrea Abreu «Una narradora inolvidable, honesta, punzante, capaz de relatar los claroscuros de una familia con una prosa tierna y deslenguada, insólita, llena de luz.» Elisa Ferrer Lo cotidiano y lo esotérico se dan la mano en la última novela publicada en vida por Venturini, un descenso a las secuelas que le dejó un accidente doméstico. El percance la llevó a una cama de hospital, y describe cómo tuvo que aprender a caminar y a hablar o a comer de nuevo, un particular paso por el infierno que incluye su encuentro con los seres que allí habitan. Como dice Mariana Enriquez: «si en Las primas es la niña pobre y monstruosa y en Nosotros, los Caserta, la chica brillante que buscaba el origen de su rareza en la genealogía, en Los rieles es la anciana escritora ante la muerte». Compuesta cuando Venturini tenía noventa años, comparte la escritura enfebrecida y desatada de las dos novelas previas, y el gusto por alterar el lenguaje para dotarlo de una simpleza que desarma al que se acerca. De paso, también la propia biografía, en la que, como un reflejo de esos espejos ondulantes, el relato devuelve una vida contrahecha, ajena y fabulosa a un tiempo. Una obra extravagante ―igual que la vida de la autora―, brillante y atroz, que rememora, desde la decadencia física de la vejez, algunos episodios peculiares de su juventud.
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HISTORIAS DE VIGATA VOL. 3

El hilo conductor de este tercer volumen de relatos ambientados en el imaginario pueblo siciliano de Vigàta es el amor: pasión, erotismo, celos e infidelidades son los ingredientes principales de estas ocho nouvelles, sazonadas con el inconfundible sentido del humor de Camilleri y que recuerdan a «Las mil y una noches» y al «Decamerón» de Boccaccio. Camas, sillones y catres son testigos de sustos, confabulaciones, intrigas y una irrefrenable voluptuosidad que atraviesa el libro como un torrente vital que hechiza al lector y lo desarma entre carcajadas. Por estas páginas desfilan divinidades paganas, santos, vírgenes y criaturas circenses puestas al servicio de una astuta y descarada providencia narrativa que, siempre imprevisible, se burla de las expectativas enredando y desenredando a placer. Entre los protagonistas, cuatro equilibristas suecas, las atractivas y fascinantes vikingas voladoras, que montan estruendosas motos como amazonas; un cazador cazado en el uso de sus indiscretas armas de seducción; una joven fervorosa que desea tanto la santidad que, para alcanzarla, termina por corromper y corromperse; o un tío ávido y de singular bajeza moral que cree poder lucrarse de la virginidad de su sobrina huérfana. Ocho historias mordaces y pícaras, pero también llenas de piedad y de ternura, para reflejar la vida inventada de Vigàta entre 1910 y 1950 que el maestro siciliano escribe en un estado de feliz y divertida creatividad.
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