Hace treinta y cinco años, Mary Gaitskill debutaba como escritora en la escena literaria con un libro de relatos punzante y divertido, cargado de erotismo, que cosechó rápidamente las alabanzas de la crítica. El libro en cuestión era Mal comportamiento, la opera prima que catapultó a la autora como una de las voces más prometedoras del momento por su asombrosa capacidad de retratar la perversión sexual entre los seres humanos.
En esta colección de nueve relatos, hallamos las vidas de hombres y mujeres que se entrecruzan en la crueldad y la intimidad más profundas para hablarnos de la adicción a las drogas, del trabajo sexual, de la curiosidad y de la desesperación.
Al joven agente Jack Laidlaw no le gusta trabajar en equipo, pero tiene un sexto sentido para lo que ocurre en las calles. Su jefe atribuye la violencia a las rivalidades de siempre, pero ¿es así de sencillo? Cuando se inicia la guerra entre dos bandas de Glasgow, Laidlaw necesita averiguar quién eliminó al abogado Bobby Carter antes de que toda la ciudad estalle.
Rihanna, una joven trans de Marruecos es torturada hasta la muerte por sus secuestradores en las afueras de Barcelona. Marina regresa de un viaje y descubre que su amiga y compañera de piso ha sido brutalmente asesinada. Yusuf está asimilando el nacimiento de su hija cuando recibe una llamada: la joven no acompañada a la que ha estado apoyando en los últimos diez años ha muerto y hay más. Las desgracias nunca llegan solas. Los inspectores encargados de la investigación no tienen ninguna pista y no reciben colaboración de los conocidos de la víctima.
Marina y Yusuf no se fían y prefieren investigar por su cuenta. La Rihanna que ellos conocen no tiene enemigos, más allá de los problemas que acumulan todos los jóvenes no acompañados que han pasado por diferentes centros de acogida para acabar en la calle sin la tutela de ninguna administración.
Nueva Delhi, invierno, 3 de la madrugada. Un Mercedes que circula a toda velocidad invade la acera, atropellando y matando a cinco personas. Es el vehículo de un millonario, pero al volante solo encuentran a un criado en estado de conmoción, incapaz de explicar cómo o por qué ha cometido este crimen. Y tampoco puede prever el oscuro drama que está a punto de desencadenarse.
Entre mansiones lujosas, negocios depredadores y tramas políticas, tres vidas se entrelazan peligrosamente: Sunny es el rico heredero, un playboy que sueña con eclipsar a su padre; Ajay es su criado y hombre para todo; y Neda es la periodista inquisitiva que se debate entre su ética y sus deseos. Frente a una trama arrolladora alimentada por el placer, la codicia, la violencia y la venganza, estos tres personajes se encuentran atados entre sí por unos lazos que pueden servirles de redención o destruirlos para siempre.
Alguien quiere morir. Ya no es joven, y se pregunta para qué otro día más, por muy privilegiada, divertida y amable que aún sea su vida. Alguien quiere amar. No sabe con certeza si le corresponden, si sus sentimientos serán entendidos, si tiene siquiera derecho a expresarlos. Alguien viaja. Visita ciudades, playas, bares, fiestas exóticas, cabañas al borde del agua donde pasar la noche bebiendo y riendo. Alguien ilustra unos libros preciosos y alguien se ocupa de editarlos. Trabajan sin prisas, con admiración mutua, con cierta sensación decadente de existir en un mundo que desaparece. Alguien ha tenido un grave problema de salud, se levanta despacio, se tienta la ropa y decide aprovechar la segunda oportunidad. Alguien gusta, despierta deseo, está siempre de paso en la vida de los demás, sonríe, paga la cena. Alguien es el mejor amigo y la persona favorita de otro. Alguien quiere morir.
Ray Loriga narra los abismos de estos personajes, y compone una sinfonía sobre la amistad, el amor y el final de la juventud.
Después de que Meadow haya pillado a su marido en la cama con otra, sus amigas deciden prepararle una fiesta de cumpleaños de lo más especial. La celebración empieza con una serie de pruebas que parecen sencillas hasta que le toca tomarse un tequila del cuello del nuevo camarero. Y lo que comienza como un juego inofensivo termina convirtiéndose en una locura deliciosa.
Los días pasan y Meadow no consigue olvidar esa noche ni tampoco a Duncan, el seductor camarero, aunque tendrá que hacerlo si quiere recuperar su vida tranquila y ordenada.
Pero todo se complica cuando conoce al nuevo profesor de su hijo y se da cuenta de que las primeras impresiones engañan y de que hay locuras por las que merece la pena arriesgarse.