Princesa, esto no es una carta para vos (¿que te puedo decir que ya no te haya dicho, de bueno y de malo?), sino que, como otras veces, utilizo tu imagen de interlocutor privilegiado para desarrollar mi monólogo de búsqueda, buscando precisamente que tu imagen me ayude a no salirme demasiado de la razón".
Entre 1987 y 1989, mientras Mario Levrero vivía en Buenos Aires, trabajando en revistas de crucigramas para conseguir el dinero suficiente que le permitiera comprar lo que más anhelaba: tiempo para dedicarse a escribir, inició un romance con Alicia Hoppe, quien había sido la mujer de un viejo amigo y, más tarde, su medica personal, que lo acompañó durante años en sus devenires psicosomáticos. En ese momento, ella residía en Colonia, y estas cartas son testimonio del inicio y crecimiento de ese amor adulto y, tambien, registro literario de las obsesiones, temores e ilusiones de un singular escritor, con un poder de observación y análisis extraordinario.
Inglaterra, 1881. El joven médico Simeon Lee acude a la llamada de su primo enfermo en la isla de Ray. El pastor Howes está convencido de que ha sido envenenado por su cuñada Florence, quien, tras ser acusada de matar a su esposo, vive encerrada en una habitación con paredes de cristal en la biblioteca de la mansión.
California, 1939. Todo apunta a que el escritor Oliver Tooke se ha suicidado, pero su amigo Ken Kourian no lo tiene claro, por lo que se sumerge en una investigación que lo lleva al secuestro del hermano de Oliver cuando ambos eran niños. Para descubrir la verdad, Ken deberá descifrar las pistas escondidas en la última novela de su amigo, Relojes de cristal, un libro con dos relatos capicúa sobre un joven médico llamado Simeon Lee.
¿México? Podría ser. Pero también podría ser su revés. Así como el tiempo podría ser éste o cualquiera y los personajes quienes son, además de quienes fueron y serán. En estas páginas, llenas de asombro y belleza, pérdidas y hallazgos, la realidad es un eterno deshacerse y rehacerse. Vestigia, cuyo pasado parece impenetrable, necesita recordar para entender su dolor; Hincapié desea cambiar su relación con los otros, pues no tolera vivir con el temor a que dejen de estar; el Niño, que irrumpe como relámpago, quiere dotar de sentido a las palabras y a las cosas, asomándose al silencio y al vacío, y Lucía, que persigue la lengua de los muertos, busca desentrañar qué hay tras la presencia y la ausencia.
Emiliano Monge, uno de los autores mexicanos más reconocidos —Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska y English Pen Award—, nos atrapa con una historia sobre la desaparición y la aparición, tanto de seres como de cosas, y descifra todo un territorio de contradicciones, haciéndonos ver lo que no sabíamos ver, mientras oculta aquello que creíamos que estaba ahí. Una novela única, para leer y releer.
Theo y Kit han compartido muchas cosas: una gran amistad, ligues secretos, una relación de pareja y, ahora, rumbos distintos. Tras romper en pleno vuelo de camino al viaje por Europa con el que siempre soñaron, sus vidas se separaron definitivamente.
Lo único que aún les une es el vale para el tour europeo que no hicieron hace cuatro años. Con el viaje a punto de caducar, a Theo y Kit les parece una idea genial hacer el viaje ahora. En solitario. Por su cuenta.
Sin embargo, cuando suben al autobús de la agencia en Londres descubren que han pensado lo mismo, y ahora les esperan tres semanas de convivencia sin escapatoria posible. Eso sí, con paisajes impresionantes y sabores exquisitos en las ciudades más románticas de Francia, España e Italia. Pero no pasa nada, porque definitivamente han superado lo que ocurrió.
El 7 de marzo de 1687, un grupo de judíos conversos mallorquines, temiendo ser detenidos por la Inquisición, decidieron embarcarse rumbo a tierras de libertad. El mal tiempo frustró su huida, fueron apresados y, finalmente, treinta y siete de ellos condenados a la hoguera en cuatro autos de fe en la primavera de 1691. Esta novela recrea cómo vivieron y murieron los criptojudíos mallorquines en el siglo XVII, en un mundo en el que se cruzan inquisidores, aristócratas, comerciantes, campesinos, bandoleros y prostitutas como la inolvidable Beatriu Mas.
Un hallazgo puede cambiar nuestra existencia y, a veces, hasta el sentido de nuestra vida.
Fermín Bustarga encuentra, entre los legajos del Archivo Municipal donde trabaja, un mensaje que surge en el tiempo como la botella que arriba a la playa. El hallazgo será el acicate de una larga y comprometida indagación llena de encuentros y descubrimientos, donde poco a poco se verá prisionero de la red que tanto tiene que ver con sus propias quimeras y ensoñaciones.
De lo real y cotidiano a lo extraordinario y extravagante hay un camino que se pierde por los territorios más secretos y alucinados de la ciudad donde vive: como si al otro lado de los paisajes convencionales latiese un universo desquiciado, lleno de desmedidas pasiones, plagado de aventuras y misterios. El delirio de la creación artística, la imaginación devastadora, la realidad como limitación y cárcel de nuestro cuerpo y nuestro espíritu, la ansiedad y el desafuero de los vividores, el sentimiento del fracaso, son pautas de reflexión en el destino de Fermín, que se mira en el espejo turbio de sus emociones.
El expediente del náufrago es una de las fábulas más personales e importantes de Luis Mateo Díez. En ella, personajes y atmósferas confluyen con inusitada intensidad en una invención tan humorística como patética.