Cuando Jack Flowers, Alias Jack Fiori, se dejó caer por Singapur, no tardó en aprenderlo todo acerca de puertos y gentes que viven en los confines del mundo, como en aquella península al sur de Indochina y en aquellos buenos tiempos en que sus burdeles, casas de masaje y espectáculos eran el centro de diversión de toda Asia. A veces marinero, otras abastecedor de barcos, otras simplemente golfo y otras aún alcahuete, honesto y generoso, Jack podía ofrecer cualquier cosa a los turistas y jactarse de no defraudarlos jamás. Había sido el más joven bebedor del Bandung Club, pero ahora, ya cincuentón, es toda una institución en la ciudad. Mientras otros náufragos de la vida como él empiezan a temer una muerte sórdida en aquella tórrida isla tropical, Jack sigue esperando la realización del perfecto sueño mágico y, para ello, convierte la fantasía en realidad cotidiana, lejos de aquel puerto roñoso, lleno de cucarachas y tan cercano a esa guerra infame que lo corroe todo.
Bienvenidos a Knockemstiff, Ohio, una hondonada en medio de ninguna parte a la que a duras penas se puede otorgar la categoría de pueblo. Un lugar del que parece imposible huir y en el que la fatalidad, la desidia y la incapacidad de reescribir el propio destino es como si se transmitieran de padres a hijos. Una especie de agujero negro -y real, aunque hoy día el pueblo está prácticamente despoblado- en el que nunca ocurre nada y en el que, sin embargo, ocurre todo. Pero, por encima de cualquier otra cosa, Knockemstiff es -compartiendo cartel con la galería de personajes más descorazonadora que uno pueda imaginar- el protagonista omnipresente de esta colección de relatos plagados tanto de desazón como de un oscuro sentido del humor.
Tras ser víctima de un salvaje atentado, Laura pierde completamente la memoria. Solo el cariño de Carlos, el hombre del que se ha enamorado, le ayuda a percibir destellos de su misterioso pasado. Pero ¿quién es Laura? ¿Qué le sucedió? Durante una cena romántica, Carlos desaparece de forma inexplicable y sin dejar rastro. Una llamada al móvil de la joven le anuncia que, si quiere volver a ver con vida a su pareja, tendrá que aceptar un peligroso reto de insospechadas consecuencias: robar las reliquias del Apóstol en la catedral de Santiago.
Sin dudar un segundo, Laura se embarca en una misión imposible para cualquiera. Pero ella no es cualquiera.
Una impactante novela, de ritmo frenético y sorprendentes revelaciones, en la que Manel Loureiro conquista al lector y lo atrapa irremediablemente.
La publicación de Para acabar con Eddy Bellegueule proyectó a Édouard Louis como uno de los escritores jóvenes más destacados en el panorama de las letras francesas. La novela, de tintes marcadamente autobiográficos, se convirtió de un día para otro en un auténtico fenómeno de ventas y crítica, que se extendió a países tan dispares como Albania, Dinamarca o Estados Unidos. Dos años después, Louis vuelve con una historia sobrecogedora. La madrugada de un veinticinco de diciembre, cuando regresaba a casa tras cenar con sus amigos más íntimos, Édouard se encontró casualmente con un desconocido y lo invitó a su apartamento. Unas horas más tarde, en un acto de una brutalidad inusitada, el hombre lo violó e intentó estrangularlo.
Basándose en esta experiencia traumática, el autor ha realizado un audaz ejercicio de catarsis literaria no sólo para analizar y comprender los impulsos más viles y ultrajantes de los que es capaz el ser humano, sino también para explorar las múltiples facetas de la violencia. En un alarde de sinceridad extrema, Édouard Louis franquea la barrera del pudor y consigue algo que está al alcance de muy pocos creadores: hacernos sentir y pensar a la vez. Sin ningún tipo de restricción, su testimonio es profundamente emotivo e inteligente, por lo que merece figurar entre las obras más representativas de nuestro tiempo.
Han pasado 15 años desde que Gwendy Peterson dejó Castle Rock. Ahora tiene 37, vive en Washington D. C. y apenas recuerda a la adolescente que volvía a casa en verano a través de las Escaleras de los Suicidios.
Sin embargo, su caja de botones reaparece y Gwendy descubre que en Castle Rock han desaparecido dos chicas. El sheriff Ridgewick y su equipo trabajan a contrarreloj para encontrarlas sin saber a qué clase de enemigo se enfrentan. Pero Gwendy sí lo sabe, y es consciente de que solamente ella podrá traerlas de vuelta..., pero solo si utiliza la poderosa pero peligrosa caja de botones una vez más.
Regresa el maestro moderno del noir, en su más descarnada esencia, con una novela basada en el personaje real Freddy Otash, malévolo monarca de la clandestinidad en el Los Ángeles de los años cincuenta.
Freddy Otash es un expolicía en horas bajas. Liquidó a un asesino de polis a sangre fría, así que el jefe William H. Parker lo despachó. Ahora es un detective privado con mala reputación, un artista de la extorsión y sobre todo el matón jefe de Confidential, la revista sensacionalista que esparce cotilleos sobre las flaquezas de misántropas estrellas de cine y difunde trapos sucios de políticos papanatas y gente de la alta sociedad con inclinación por el sexo sucio. Jack Kennedy, James Dean, Montgomery Clift, Burt Lancaster, Liz Taylor, Rock Hudson... Freddy el Frenético los ha puesto en evidencia a todos. Era el Cacique del Cotilleo que tomó a Hollywood como rehén, y ahora, desde el purgatorio, ha venido a confesarlo todo.
Narrado con la voz brutalmente divertida de Freddy, Pánico es una virulenta revelación, sin ambages, de la corrupción y la paranoia, del pecado y la redención.