Los Diarios (I -18-10-1939 a 31-07-1949- y II -12-08-1956 a 16-06-1958) de José Lezama Lima, junto a Cartas a Eloísa y otra correspondencia, constituyen los fragmentos más íntimos de su escritura. En ambos se aprecian las dos grandes pasiones del habanero universal: la amistad y el insaciable apetito por la cultura, no para acumular sino como apropiación estimulante para sus muchas y laberínticas ideaciones.
Nada le es ajeno: lo inmediato ni lo lejano. Transcurren por las páginas de los Diarios las anotaciones y relumbrones que, más tarde, se transfigurarían en la encarnadura de su obra poética, ensayística y narrativa. Alerta, Lezama anota el aguijón, la semilla, el mimbre que su mano transforma.
María Zambrano supo ver en Lezama la “Araña que rodea a la tierra y teje desde dentro la tela que contiene y envuelve el caos […] araña que extraía de su propia sustancia el hilo inasible, la intangible memoria que reproduce en los aires el laberinto que hace permisible habitar el lugar justo del guardián de los ínferos mirándolos sin desafío con la necesaria fijeza.”
Primera edición en España de la poesía del cubano J. M. Heredia (1803-1839). Al cumplirse los 200 años de su nacimiento se hacía imperiosa la necesidad de rescatar este valioso fondo. La poesía de Heredia es el máximo exponente del aliento inicial del romanticismo en Hispanoamérica.
Esta colección de cuentos es la mejor oportunidad de aproximación al universo Faulkner. Perlas de especial rareza que evocan desde el mítico territorio de Yoknapatawpha hasta la ciudad de Nueva YorkEn agosto de 1950, dos meses antes de recibir el Premio Nobel, William Faulkner publicó esta colección de cuentos, que fue galardonada un año después con el National Book Award. Un volumen que él mismo dispuso y que obedece a la búsqueda de una armonía en la que las piezas no desentonen y se modulen como una entidad propia. Una aproximación a la crueldad, brutalidad y ternura del ser humano, una muestra más de la genialidad de William Faulkner y una perfecta puerta de acceso al universo de este maestro indiscutible de la literatura moderna norteamericana. «Faulkner indagó en las sombras con emoción y talento difícilmente comparables.» Javier Marías
El 13 de agosto de 1476, Cristóbal Colón naufraga en aguas de Portugal. El futuro almirante acaba de cumplir veinticinco años. Milagrosamente, alcanza la costa sano y salvo, y se refugia en Lisboa, en casa de su hermano menor, Bartolomé, que ejerce el oficio de cartógrafo. Durante años, los dos hermanos trabajan juntos para preparar el viaje con el que Cristóbal sueña desde la adolescencia: llegar a Cipango (Japón) y el imperio del Gran Kan. Pero en lugar de seguir la ruta habitual, la de la seda, hacia el este, pretenden surcar el océano Atlántico rumbo al oeste. Y al hilo de este relato que narra, desde un punto de vista inédito, cómo fue posible la fabulosa aventura de descubrimiento de América, desfilan, entre muchos otros, un maestro cartógrafo, un rinoceronte, un fabricante de viudas, una prostituta, el siempre fascinante Marco Polo, fray Bartolomé de Las Casas y unos temibles perros devoradores de indios.
En la obra de Thomas Mann, los cuentos están en pie de igualdad con las grandes novelas. En este primer volumen, que abarca desde sus comienzos en 1893 hasta su madurez en 1912, aparecen algunas de las obras maestras del género, como «Tonio Kröger», «Tristán» y «Sangre de Welsungos», en los que destacan ya las reflexiones de Mann sobre el proceso creativo y sus indagaciones en los deseos reprimidos de la burguesía. No faltan las estampas sobre el ambiente literario de fin de siglo, las exploraciones de figuras históricas, los estudios clínicos de personajes ni las aproximaciones a temas simbólicos de la gran tradición germánica.
Todos somos nuestro futuro fantasma. Lo llevamos adentro como germen de lo que seremos. Ésta es la novela de lo que fueron en su tiempo, y son mientras leemos, seis amigos desorbitados, habitantes de una casa de huéspedes frente a un parque de jacarandas en una Ciudad de México minuciosamente evocada aquí, en los años sesenta del siglo pasado. Los jóvenes de aquella casa viven su presente a la intemperie. No son héroes más que de la brevedad de sus años. Su modesta epopeya consiste en el ejercicio de una salvaje fraternidad. Los envuelven el azar de la urbe naciente, la noche buscada y la antesala del amor eterno, que es el sexo fugaz. Fantasmas en el balcón es una novela sobre la nostalgia del tiempo que se nos va de las manos y nos lleva con él. Es una historia de fantasmas, como debe ser acaso la historia de toda alegría.