Arrakis: un planeta desértico donde el agua es el bien más preciado y, donde llorar a los muertos es el símbolo de máxima prodigalidad.
Paul Atreides: un adolescente marcado por un destino singular, dotado de extraños poderes y, abocado a convertirse en dictador, mesías y mártir.
Los Harkonnen: personificación de las intrigas que rodean el Imperio Galáctico, buscan obtener el control sobre Arrakis para disponer de la melange, preciosa especia y uno de los bienes más codiciados del universo.
Los Fremen: seres libres que han convertido el inhóspito paraje de Dune en su hogar, y que se sienten orgullosos de su pasado y temerosos de su futuro.
La revolución está en el aire
1792. Un gobierno despótico está decidido a convertir Inglaterra en un poderoso imperio comercial. Y, desde el otro lado del mar, suenan tambores de guerra mientras Napoleón Bonaparte comienza su ascenso al poder y prepara un violento plan para convertirse en emperador del mundo.
Kingsbridge se asoma al abismo
Los nuevos avances industriales se imponen de manera implacable, sacudiendo las vidas de los trabajadores de las prósperas fábricas textiles de Kingsbridge. Las máquinas abren un mundo de oportunidades ligado, sin embargo, a la crueldad más despiadada.
Una nueva tiranía surge en el horizonte
Y a medida que el estallido de un conflicto parece cada vez más cerca, la historia de un pequeño grupo de personas -la decidida hilandera Sal Clitheroe, el idealista David Shoveller y Kit, el brillante hijo de Sal- se convertirá en el símbolo de la lucha de toda una generación que desea progresar y pelea por un futuro sin opresión...
Más allá de la transformación insólita de Gregor Samsa en un escarabajo, La metamorfosis es la representación de la soledad y el aislamiento del hombre moderno, por eso esta obra sigue vigente hoy, tras un siglo después de su publicación. Majestuoso en su simplicidad, pero realista y cruel a la vez, este texto sigue suscitando miles y miles de páginas acerca de su misteriosa interpretación.
Una de las obras poeticas más importantes y conocidas de la literatura universal.
La vida de Charles Baudelaire estuvo marcada por los excesos y fue acusado de atentar contra la moral pública, lo que le convirtió en un poeta maldito. Enfrentado y atraído durante toda su vida por lo divino y lo diabólico, sus poemas encuentran la belleza y lo sublime en la realidad más trivial y lo “no bello”, imprimiendo así una nueva estetica en la poesía moderna.
Si el hombre es una noche, una nada vacía, y se obstina en locutar, en convertirse en correa de transmisión y vocero sin sueldo de una vida sin poesía, ¿cómo se puede responder? Frente a los secretos públicos de la tecnocracia, a la planificación del desastre, al correr sin cuento de las opiniones ajenas, a la carrera de armamentos, Peter Handke levantó con los textos recogidos en Cuando desear todavía era útil una noche distinta, propia y, sin embargo, abierta a todos, que miraba al hombre a los ojos y le devolvía imágenes detenidas: fotografías enemistadas con la fotografía y palabras rescatadas del hábito y del gesto vacío, de la noche del mundo. Hay un poema azul, y una divagación sobre el miedo, y un homenaje a un escritor distinto, y un paseo por el inhóspito París de la Défense, y un discurso que no lo es, y un poema a la irracionalidad y la felicidad.
Rainer Maira Rilke es uno de los creadores más determinantes de la literatura del siglo XX. Las nuevas dimensiones del lenguaje y de la forma, explorada y fijadas con su poesía, han ejercido una influencia concluyente. En plena crisis sentimental, tras su fracasado matrimonio, marchó a París donde conoce al escultor A. Rodin en 1905, con quien trabaja como secretario y del que aprende la severa concepción de la creación artística, la disciplina moral y la observación objetiva. En 1907 preparó una exposición de Cézanne, con quien también hizo una gran amistad y del que aprendió a fijar con precisión las imágenes de las cosas, para restituir a la realidad la plenitud del sentido; siempre atormentado por las ambigüedades e inexactitudes de las palabras y de las cosas y encerrado en su propia interioridad, los conceptos artísticos de Cézanne y Rodin fueron determinantes en su poética.