El adjetivo que mejor define la poesía de Cristina Rivera Garza, una de las escritoras más relevantes de la literatura mexicana actual, es «indómita». Porque quiebra los géneros con un sinfín de formas que van desde los posteos o los tuits hasta los textos comunales, los telegramas y las bitácoras, pero también porque rompe la sintaxis y hasta el mismo lenguaje. Estas profundas fisuras señalan ausencias: de cuerpos —más de cien mil personas han desaparecido en el lapso de dos décadas en México— y de palabras.
Sus versos salvajes tejen nodos territoriales y afectivos, evocan corporeidades, juegan con la autoficción, construyen múltiples voces, tienden vasos comunicantes con su narrativa y están atravesados por las obsesiones que vertebran su obra: la violencia y la muerte, la enfermedad y el amor, el sueño y la razón. Son poemas que convierten a sus lectores en «traductores-detectives-cómplices» y que viven más allá de la página.
Jacob Frank, el protagonista de esta novela, parece por sus peripecias un personaje ficticio que solo la mente de una novelista podría concebir. Sin embargo, resulta que existió, y su vida está históricamente documentada. La Premio Nobel Olga Tokarczuk parte de las andanzas de este personaje real para construir una novela impetuosa, deslumbrante.
En la segunda mitad del siglo XVIII, el joven judío Jacob Frank se reinventó una y otra vez; recorrió dos imperios, el de los Habsburgo y el Otomano; profesó tres religiones; se autoproclamó Mesías; soliviantó a las autoridades; reunió discípulos y creó una secta que abogaba por romper tabúes y practicaba, según algunos rumores, ritos orgiásticos y bacanales; buscó la trascendencia espiritual en pleno Siglo de las Luces; cuestionó el orden establecido y fue perseguido y acusado de hereje...
En 2003, Joan Didion tuvo que afrontar la repentina muerte de su esposo y la larga enfermedad de su única hija. Con una fascinante distancia emocional, la autora narra su reacción a la tragedia y al duelo en un libro que desborda honestidad y que ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo.
Recuperamos esta obra en una edición muy especial, con ilustraciones inéditas de Paula Bonet, una de las artistas más reputadas en España. Didion pone las palabras y Bonet plasma su esencia, resultando en un viaje detallado por el dolor, la pérdida y la supervivencia en una conmovedora fusión artística.
«Este libro reúne, por primera vez, la correspondencia entre los cuatro principales novelistas del Boom latinoamericano: Cortázar, Fuentes, García Márquez y Vargas Llosa. Los dos últimos recibieron el Premio Nobel, y los dos primeros lo merecían; a nadie hubiera sorprendido que lo obtuvieran. Esta conversación entre cuatro amigos brillantes y exitosos nos ofrece un acceso sin precedentes a sus relaciones personales y colectivas, con todos sus encuentros y desencuentros, y nos abre una ventana privilegiada a la literatura y la política latinoamericanas, especialmente durante un periodo crucial de su historia moderna, entre 1959 y 1975.
»Las cartas del Boom narra el momento de máximo auge de este cuarteto, en el que los creadores parecían empezar a escribir menos solos para tocar en conjunto como parte de una misma literatura, y ahonda en ese reconocimiento y esa regeneración de un pasado en común.
»Encontrar cuatro grandes escritores en un contexto histórico casi sin paralelo, comunicándose durante varios años para dialogar sobre novela, literatura, historia latinoamericana, sus propias biografías y la dinámica de sus ideas dentro de ese contexto, es absolutamente único. Las páginas de este libro cuentan esa historia».
Los editores
La historia de Gen es la de un superviviente que nos muestra, a través de su mirada, cómo su mundo se convierte en un infierno. Con tan solo seis años, conoce el sufrimiento de los que pierden a un ser querido a manos de la guerra; o de los que, como Natsue, la niña que conoce pocos días después del ataque, han quedado desfigurados por las quemaduras. Gen, su madre y su hermana Tomoko, nacida de forma prematura a causa del estrés postraumático, deberán aprender a vivir en una ciudad en la que solo parece tener cabida la desesperación. La desgarradora tragedia de Gen se inspira en la experiencia del propio autor, que en agosto de 1945 también era un chiquillo de seis años incapaz de comprender lo que ocurría.
Esta monumental obra es una oda a todos aquellos que sobrevivieron, un homenaje a los que perdieron la vida y un recordatorio de los horrores que el hombre es capaz de crear. Pies descalzos no solo trata los terribles efectos de la bomba atómica, sino que también muestra los dilemas éticos a los que debe enfrentarse una familia humilde cuyo único deseo es poder vivir en paz en el marco de una cultura conservadora, militarizada y entregada a una causa bélica.
Con fidelidad sobrecogedora, Alexandr Solzhenitsyn describe en Archipiélago Gulag el régimen de terror que imperaba en los campos de internamiento y de castigo soviéticos durante el pasado siglo xx. Gracias a su obstinación por restituir aquello que la historia quiso borrar, Solzhenitsyn devolvió la palabra a los 227 prisioneros que le brindaron sus testimonios directos y a los millones de personas «a las que les faltó la vida para contar estas cosas», para dejar constancia de uno de los episodios más lúgubres de nuestro tiempo. Escrito entre 1958 y 1967 en la más completa clandestinidad, el primer boceto de la obra fue descubierto por el KGB en septiembre de 1973. En 1974 se publicó en Occidente, como medio de presión desde los países democráticos europeos, y hasta 1990, cuando se publicó parcialmente en la revista «Nóvy Mir», Archipiélago Gulag estuvo vedado a los lectores rusos. Este segundo volumen recoge tres de las siete partes que componen la obra completa («Campos de trabajo y exterminio», «El alma y el alambre de espino», «El penal»), y en él se describen barbaridades como la construcción del Belomor (el canal que comunica el mar Báltico con el mar Blanco) y las argucias a las que debían recurrir los prisioneros para poder sobrevivir.