Enamorarme de él fue lo más sencillo que me ha pasado nunca. Sucedió al instante. Completamente. Irrevocablemente. Casarme con él fue un sueño hecho realidad. Seguir casada con él es la lucha de mi vida. El amor transforma. Nuestro amor es tanto un refugio en el que guarecerse de la lluvia como la más violenta de las tormentas. Dos almas dañadas entrelazadas en una sola.
Ambos hemos destapado y compartido nuestros más profundos y horribles secretos. Gideon es el espejo que refleja todas mis imperfecciones? y toda la belleza que no pude ver. Él me lo ha dado todo. Ahora, tengo que demostrar que soy la roca, el refugio que él es para mí. Juntos podemos enfrentarnos a aquellos que solo buscan malmeter entre nosotros. Pero nuestro mayor desafío puede residir precisamente en los votos que nos dan la fuerza para llevarlo a cabo. Comprometerse a amar solo fue el principio. Luchar por él nos hará libres? o nos separará para siempre.
Año 2034. Moscú se ha transformado en una ciudad fantasma. Los supervivientes se han refugiado en las profundidades de la red de metro y han creado allí una nueva civilización que no se parece en nada a las anteriores...
La estación Sevastopolskaya lleva varias semanas incomunicada. En ella aparece un misterioso brigadier, Hunter, que toma la responsabilidad de luchar contra un enigmático peligro que amenaza a toda la red de metro y emprende una arriesgada expedición por el sistema de túneles. Le acompañará Homero, un hombre viejo y experimentado que conoce como nadie la red de metro y sus leyendas, y que cree que su misión vital consiste en poner por escrito la historia del mundo subterráneo. Más adelante conocerán a Sasha, una joven de diecisiete años. Homero está convencido de que el héroe y la muchacha podrían ser los protagonistas ideales de su epopeya, pero antes tendrá que protegerlos de incesantes peligros.
Año 2033. Tras una guerra nuclear devastadora, amplias zonas del mundo han quedado sepultadas bajo escombros y cenizas debido a la radiación. También Moscú se ha transformado en una ciudad fantasma. Los supervivientes se han refugiado bajo tierra, en la red del metro. En cada una de las estaciones, convertidas en pequeñas ciudades Estado, sus habitantes se agrupan en torno a las más diversas ideologías, religiones o movidos por un único objetivo: impedir una invasión de las criaturas mutantes del exterior.
Artyom, un joven soldado, será elegido para penetrar en el corazón del Metro hasta la legendaria Polis y alertar a todos del peligro que acecha a la estación de la que procede, la VDNKh, y a toda la red metropolitana. De él dependerá el futuro de su hogar, del Metro y puede que de toda la humanidad.
A partir del gesto encantador de una mujer, surge el personaje de Agnes, alrededor de la cual aparecerán su hermana Laura, su marido Paul, y el mundo contemporáneo, que idolatra a la tecnología y a la imagen. Y es que tal vez el hombre no sea sino su imagen, reflexiona Rubens, a quien solo le quedan dos o tres fotografías mentales de la más excitante de sus amantes. En esta novela polifónica, las aventuras de los personajes imaginarios se mezclan con la historia de dos candidatos a la inmortalidad, Goethe y Bettina von Arnim, mientras la reflexión sobre el nacimiento del homo sentimentalis en la historia de Europa se alterna con perlas ipecias parisienses del singular profesor Avenarius, para quien la realidad actual solo es objeto de juego.
Julieta y su madre llegan a La Sabina a pasar las vacaciones. A sus once años esa aldea perdida le parece a Julieta el mejor lugar para dejar atrás problemas a los que no sabe poner nombre. Ese verano eterno lleno de primeras veces descubrirá que los cimientos del pueblo están hechos de secretos y recuerdos; los lindes del bosque, de cuentos y leyendas; y el corazón de las personas, de miedo, odio, amor y esperanza, los cuatro sentimientos que nutren sus sueños y también sus peores pesadillas.
En la boca del lobo surge de la mirada de una autora que ha destinado gran parte de su obra a observar la infancia en toda su riqueza, singularidad y vulnerabilidad, y muestra que las historias que compartimos, y las que nos contamos, pueden romper la maldición de una herencia envenenada.
Los límpidos versos de Manuel Astur, reminiscentes de la obra de Walt Whitman y Mary Oliver, pero también de la poesía clásica china, son un estremecido canto a la vida en que el mundo natural ejerce a un tiempo de cálido refugio e inevitable recordatorio de nuestra finitud. Destellos exógenos de una cruel belleza traen ecos del pasado al poeta, pero también vislumbres de una serenidad que lo reconcilia con la amarga caída del fruto siempre verde de la vida.