¿Qué sucede cuando descubres que has vivido una mentira y decides poner punto final a tu «felices para siempre»?
No te pierdas Soy una mamá, que reúne los tres volúmenes de la serie: Soy una mamá, Soy una mamá divorciada y alocada y Soy una mamá divorciada, alocada y de nuevo enamorada.
Me llamo Estefanía, soy madre de tres hijos y estuve felizmente casada. Mi día a día era siempre el mismo: me levantaba, atendía a mis pequeños, los llevaba al cole, desayunaba con mis amigas, hacía la compra, sacaba a mi perra y me iba al trabajo. Todo era perfecto y yo me sentía una mujer feliz. Pero, tras veinte años de matrimonio, todo se trastocó cuando me enteré de que ese marido al que tanto veneraba me estaba engañando con otra.
La primera novela de Victoria Martín narra con desvergüenza e ironía la historia de cuatro amigas que tendrán que enfrentarse a una vida que no es la que esperaban.
Bárbara trabaja como asistente de guion en un programa de entretenimiento repleto de hombres que se creen tremendamente graciosos, es adicta a los ansiolíticos y está obsesionada con el dinero. Vive con su amiga de toda la vida, Maca, una aspirante a actriz que solo acumula rechazos en su currículum. Un día recibe una invitación de Elena, antigua compañera del colegio, para acudir a una de esas fiestas donde anuncian el sexo del bebé explotando un globo, cortando una tarta o lanzando un cohete. Decide ir porque necesita poner en orden su vida, y participar del capitalismo más descarnado engullendo un cupcake en forma de bebé le parece la mejor manera de empezar. Pero tras la fiesta, Elena, desesperada y en la recta final de su embarazo, abandona a su marido y se muda con Bárbara y Maca, una noticia terrible para ellas que trastocará por completo sus vidas. Al grupo se unirá Fabiola, una influencer con una marca de joyas «sostenible» que hacen niños en Bangladés y que comparte en Instagram frases como «Si quieres, puedes» o «Hakuna Matata». Es decir, un adulto funcional siguiendo los consejos de Pumba, el jabalí de El Rey León.
Se reúnen en este volumen: El caldero de oro (1982), La orilla oscura (1985) y El centro del aire (1991). La primera es el relato de un tiempo mítico que reúne en sí el pasado y el presente, es la historia de quien regresa al pueblo de sus antepasados, abandonado y solitario, para encontrarse con un destino encerrado en su propia historia. La orilla oscura trata de la memoria y el sueño, el recuerdo y la evocación. El protagonista contempla cómo un viaje fluvial por la jungla sirve para que lo imaginario le lleve a esa otra orilla en la que la consciencia se convierte en un viaje hacia el propio origen. Por último, en El centro del aire dos hombres y una mujer, amigos de la niñez, descubren la posibilidad de que otra amiga no haya muerto en un accidente aéreo, como ellos creían, sino que se encuentre en algún lugar lejano, ocultando su verdadera personalidad.
DOS ESCRITORES, UNAS VACACIONES Y UNA APUESTA. TODO PUEDE SUCEDER EN UN VERANO.
January Andrews es escritora de novelas románticas y una soñadora empedernida.
Augustus Everett escribe novelas serias y cree que el amor verdadero es solo un cuento chino.
Pero January y Gus tienen mucho más en común de lo que creen:
LOS DOS ESTÁN ARRUINADOS. LOS DOS ESTÁN BLOQUEADOS. Y LOS DOS NECESITAN ESCRIBIR UN BESTSELLER ANTES DE QUE TERMINE EL VERANO.
Un libro profundo que levanta eternas preguntas de la humanidad: ¿quiénes somos?, ¿cuál es el significado de la vida?, ¿está determinado nuestro destino? Por Jostein Gaarder, autor de El mundo de Sofía.
Hans Thomas, un muchacho noruego de 12 años, emprende un viaje hacia Atenas en busca de la madre que le abandonó. El azar hace que se detenga en Dorf, un pueblo donde un viejo panadero regala al joven un libro diminuto.
A partir de ese momento, el muchacho inicia otro viaje paralelo: el de la imaginación. Sabrá de Frode, un marinero que naufragó y sobrevivió en una isla desierta, de su baraja de naipes y de cómo combatió su soledad haciendo que cada una de las 53 cartas tuviera vida propia. A Hans Thomas le surgirá una pregunta: ¿hasta qué punto podemos nosotros, a diferencia de los naipes, determinar nuestro destino?