En solo treinta segundos tu vida puede convertirse en una pesadilla
Si hay algo peor que una pesadilla es que esa pesadilla se repita. Y entre nuestros peores sueños, los de todos, pocos producen más angustia que un niño desaparezca sin dejar rastro.
Eso es precisamente lo que ocurre al principio de esta novela: en un centro comercial, en medio del bullicio de una tarde de compras, un depredador acecha, eligiendo la presa que está a punto de arrebatar. Esas pocas líneas, esos minutos de espera, serán los últimos instantes de paz para los protagonistas de una historia a la que los calificativos comunes, «trepidante», «imposible de soltar», «sorprendente», le quedan cortos, muy cortos.
Porque lo que hace Carme Chaparro en No soy un monstruo, su primera novela, es llevar al límite a sus personajes y a sus lectores. Y ni ellos ni nosotros saldremos indemnes de esta prueba. Compruébenlo.
CREES QUE LA CONOCES… PERO MIRA UN POCO MÁS DE CERCA.
Una madre de tres hijos que se queda en casa y tiene reservas limitadas de paciencia, energía y amor. Así es cómo Liz ve a Jess. Ambas se conocieron durante unas clases prenatales y durante más de diez años han mantenido su amistad mientras hacen malabares con sus hijos, maridos y carreras. Pero de pronto todo cambia: cuando la hija de Jess tiene un accidente, y Jess no puede explicarlo, Liz, como pediatra que le atiende, empezará a descubrir aquellos secretos cuidadosamente guardados y a cuestionarse todo lo que creía saber sobre su amiga y sobre sí misma.
Pequeños desastres es una exploración apasionante y brillantemente escrita sobre la maternidad, la amistad, el deber profesional y la culpa. Una novela que te perseguirá mucho después de terminar la última página.
Antes de que nadie se despierte, en una perfecta mañana de agosto, Elle se dirige a nadar en el espléndido estanque del Palacio de Papel, la casa en los bosques de Cape Cod donde su familia ha pasado los veranos durante generaciones. Desde el porche, Elle aún puede ver la mesa sin recoger de la cena; copas de vino vacías, cera de velas en el mantel, ecos de las risas de sus familiares y conocidos. Pero esta mañana es diferente: la noche anterior Elle y su mejor amigo de la infancia, Jonas, se escabulleron para tener un apasionado encuentro contra la pared exterior de la casa mientras sus parejas charlaban en el interior.
Décadas de recuerdos, secretos y mentiras han conducido a Elle hasta este día. Ahora, durante las siguientes veinticuatro horas, tendrá que elegir entre la vida que ha construido con su maravilloso marido, Peter, y la que imaginó con su primer amor, Jonas, si un trágico suceso no lo hubiera cambiado todo para siempre.
Llueve en la taza reúne más de treinta poemas del gran escritor danés Henrik Nordbrandt publicados entre 1969 y 2007.
Como señala Juan Marqués en el prólogo a esta edición: «Si hablamos de intimidad, ficción y talento, entramos ya de lleno en territorio de Henrik Nordbrandt, cuya estatura poética es tan inmensa como discreta: es un talento que no atropella, un talento que llega muy alto sin dejar de hacer sonreír. Uno se siente bien mientras lee a Nordbrandt, se tiene la sensación de estar siendo invitado a participar de un discurso civilizador y pacífico, de una poesía que resulta amable incluso cuando quiere ser dura, de unas palabras justas».
Un mechón de pelo y nueve palabras: «Esta era ella. Este, su pelo. Yo, su asesino».
La aparición de un mechón de pelo junto a un inquietante anónimo provoca la reapertura del caso Alicia, la joven asesinada hace quince años en un monte de Cantabria; el hecho podría confirmar una terrible sospecha: ¿y si el autor del crimen no fuera el hombre encarcelado por ello hace más de una década? La eficiente y metódica inspectora Herreros se verá obligada a liderar la investigación entre un Bilbao opresivo y un Madrid frenético mientras seguimos los pasos en primera persona del inspector Brul, su jefe y mentor, el hombre que mantuvo una relación con la víctima meses antes del suceso.
Finales del siglo XVI. Un asesino acecha la Universidad de Salamanca.
Salamanca, 3 de febrero de 1498. Un estudiante es asesinado en extrañas circunstancias y el maestrescuela de la Universidad le encarga al pesquisidor Fernando de Rojas que lo investigue. Para ello este contará con la ayuda de un avispado mozo llamado Lázaro de Tormes. En su aventura, deberán adentrarse en los bajos fondos y en los más diversos lugares de una ciudad donde nada ni nadie es lo que parece, hasta llegar a descubrir los entresijos de unos crímenes que hunden sus raíces en rencores del pasado y amenazan con desatar una guerra. Por su compleja y apasionante trama, desfilan personajes inolvidables, como fray Antonio de Zamora, y figuras históricas, como Isabel la Católica o Lucía de Medrano.