«Juan Gabriel Vásquez ha mostrado con frecuencia su amistad con la poesía. Por eso quiero precisar que, aunque Juan Gabriel sea un gran novelista, lo que publica ahora no es un libro de poemas escrito por un novelista, sino un libro escrito por un poeta. Cuaderno de septiembre nació como una necesidad con la intención de que la poesía hiciese sus preguntas sobre los que decimos cuando decimos soy yo, sobre lo que dicen las cosas y sobre lo que saben de nosotros las palabras».
Hugo Mujica nació en Avellaneda (Buenos Aires, Argentina) en 1942. Si bien comenzó a escribir a los cuarenta años, actualmente es uno de los poetas latinoamericanos de mayor relevancia. Entre ensayos, cuentos y poesía, lleva publicados una treintena de libros, algunos de ellos traducidos a más de quince idiomas. En un río todas las lluvias es el libro mismo un río, en el sentido que Mujica le otorga: un lugar de la escucha, de lo que pasa, pero también de lo que ese pasar va revelando, va susurrando. Poemas en los que no hay ni nostalgias de un pasado mejor, ni desprecio a nuestro presente; poemas cuya reiterada exigencia es vivir, enfrentarse a la vida desnuda. Poesía que no teme a la finitud, sino que busca abrazarla, ahondarla hasta llegar a su raíz, hasta lo que tiene de sagrado. Una poesía que, además de río, es lluvias: un libro que fecunda y nos invita a ser lo que somos antes de haberlo creado.
Ariel Dorfman (Buenos Aires, 1942) es un escritor chileno cuyos libros han sido traducidos a más de cincuenta idiomas y sus obras teatrales, entre ellas La muerte y la doncella (1991) y Purgatorio (2011), representadas en más de cien países. Divide su tiempo entre Santiago de Chile y Durham, Carolina del Norte, donde es profesor emérito de Literatura en la Universidad de Duke. Entre sus novelas destacan Konfidenz (1994) y Allegro (2015). Margaret Atwood ha calificado sus poemas como «profundamente conmovedores; austeros y a la vez extrañamente radiantes», W. S. Merwin como «mapas de la imaginación, de la imaginación compasiva, una rara fuente de esperanza» y John Berger ha dicho sobre su obra: «Tenía que suceder algún día: un escritor, una víctima, un revolucionario, que puede ver a Dios en el vértigo de la experiencia. Tenía que suceder algún día, pero no necesariamente acompañado de la accesibilidad y grandeza de Dorfman. ¡Gracias a Dios!». En este nuevo libro, el autor explora las fronteras que unen y separan a los vivos y los muertos, haciendo hablar a Picasso, Dante, Blake, Colón y Hammurabi, además de dar voz a hombres y mujeres que tratan de resucitar con sus ardientes palabras a los amantes desaparecidos en el torbellino del más allá.
Canfranc, 1944. La joven Valentina Báguena, colaboradora de la Resistencia contra las fuerzas de ocupación nazis en el sur de Francia, descubre que la guerra cambia por completo la forma de vivir, de pensar y, sobre todo, de amar cuando conoce al paracaidista alemán Franz Geist el mismo día en que un incendio destruye el pueblo de Canfranc. Tras la devastación producida por el fuego, los habitantes de este lugar serán víctimas, además, de una de las mayores estafas de la historia de España. Un hecho de dimensiones extraordinarias, pero casi desconocido hasta ahora.
El cielo sobre Canfranc es una novela que late desde el corazón del Pirineo para desplegarse después hacia sus otros escenarios aragoneses, gallegos y franceses. Rosario Raro vuelve con esta obra al territorio mítico de su exitosa Volver a Canfranc, para mostrarnos que, a veces, el tren equivocado puede llevarnos a la estación correcta.
Gran Bretaña, año 1468. El sacerdote Christopher Fairfax llega a una aldea remota enviado por el obispo de Exeter para celebrar el funeral del vicario que acababa de fallecer. El difunto, apasionado coleccionista de artefactos de otras épocas, murió accidentalmente mientras excavaba en los alrededores. Fairfaix se aloja en la vicaría y en los aposentos del religioso fallecido descubre una colección de objetos considerados heréticos, y textos de especialistas en el pasado que sugieren una verdad distinta a la doctrina de la Iglesia, que afirma que el hombre fue castigado con las cuatro plagas: epidemias, guerra, hambruna y muerte tras haberse rendido a la ciencia y a la tecnología. Solo la vuelta a la fe en Cristo salvó in extremis a la humanidad. Fairfax descubre que la torre junto a la que murió el vicario guarda numerosos vestigios de la civilización
perdida, y todas las pruebas apuntan a que alguien los depositó allí pensando en un futuro donde fuera posible reconstruirla. La lectura de los libros heréticos que ponen en duda el poder omnipotente de Dios y las causas del Apocalipsis, junto con las investigaciones que le sumergen en esa comunidad aislada harán tambalear la fe y las creencias del joven sacerdote.
Todas las civilizaciones se creen invulnerables.
La Historia nos advierte de que ninguna lo es.
En el Madrid de los años noventa, una joven logra sobrevivir a lo que parece un brutal ataque de violencia de género. La prensa y la opinión pública hacen eco de la noticia y, durante días, no se habla de otra cosa. Incluso hay quien afirma que se lo estaba buscando. Cuando por fin despierta del coma, Minerva no recuerda absolutamente nada, ni siquiera a su agresor que, desde ese instante, se mezclará entre sus amigos más íntimos para convertirse en su sombra y permanecer a su lado durante años esperando, a pesar de los cambios sociales, el momento oportuno para finalizar su «autoencargo». Pero ¿las cosas han cambiado tanto como creemos? ¿Por fin la sociedad ha dejado de juzgar a las mujeres que sufren agresiones de este tipo?