La historia de dos diplomáticos que, guiados por sentimientos humanitarios, acabaron conviertiéndose en héroes.
El periodista Diego Carcedo, premio Espasa de Ensayo por Entre Bestias y Héroes, ahonda en la heroica peripecia de dos diplomáticos, el español Eduardo Propper de Callejón y el portugués Aristides de Sousa Mendes, ambos cónsules en Burdeos durante la II Guerra Mundial.
Este libro es una auténtica encrucijada en la que se dan cita el ritmo de una interesante novela, la mejor divulgación histórica y una necesaria investigación periodística. De la mano de un periodista español anónimo, al que su periódico de Madrid envía como corresponsal a Burdeos a principios del verano de 1940, el lector se sumerge en una ciudad tomada por miles de personas huyendo caóticamente del avance nazi.
En esa turbamulta, los judíos encontraron dos inesperados aliados en los cónsules de España y Portugal quienes, anteponiendo sus principios a los dictados de sus respectivos gobiernos, el de Franco en Madrid y el de Salazar en Lisboa, se dedicaron incansablemente a facilitar la huida de miles de judíos. En ese momento, su actuación les acarreó duras consecuencias personales. La posteridad, sin embargo, honra su memoria.
Corre el año 1977 y Hannnah y Wes Jarrett, un respetable hombre de negocios y miembro de una de las familias más poderosas de Detroit, viven felices junto a sus hijos de cinco y ocho años en su casa de las afueras. Ismelda, su criada, hace que en el hogar todo sea más llevadero. Pero su vida y la de sus vecinos se ve sacudida por la presencia en la ciudad de un asesino al que los medios han apodado Babysitter: ya ha raptado y torturado a seis niños y ha dejado sus cuerpos en la carretera en posturas llamativas, como si durmieran.
En una fiesta filantrópica de la familia Jarrett, Hannah conoce al señor R., un hombre extraño y oscuramente carismático con el que inicia una peligrosa aventura. Mientras tanto, el esquivo asesino en serie, que parece formar parte de la élite de Detroit, sigue acumulando víctimas y llevando a la desesperación a la ciudad.
París, 1889. La ciudad se prepara para la gran Exposición Universal y la Argentina opulenta participa con un fastuoso pabellón al gusto francés, sin saber que en las inmediaciones un aventurero belga planea exhibir en una jaula, como animales salvajes, a un grupo de indios onas capturados en Tierra del Fuego, y presentarlos como «antropófagos patagónicos». Uno de ellos, el muchacho Kalapakte, logra huir y, deambulando a la sombra de la recién erigida Torre Eiffel, conoce al joven anarquista Karl, quien participó en su construcción. Juntos emprenden una particular odisea por Europa y las tierras americanas, un regreso repleto de aventuras y peligros que ponen en evidencia las miserias y contradicciones de un siglo que termina y otro que recién empieza.
En esta ocasión, Krauss nos habla de masculinidades más o menos cuestionadas y cuestionables, de la dicotomía entre la promesa de ternura y la amenaza de la violencia que encierra la figura del hombre, y la fina línea que separa ambas facetas.
Bellos, tersos y un punto melancólico, estos relatos ofrecen una imagen depurada y sin fisuras sobre la brecha emocional que separa a hombres y mujeres.
Frida Liu es una madre soltera de 39 años propensa a la ansiedad. En Filadelfia, donde vive, la denuncian por dejar a su hija sola durante un breve período de tiempo. Los Servicios de Protección Infantil del Estado, cada vez más empoderados, se llevan a su hija Harriet y ponen en vigilancia la casa de Frida. Despues de una serie de visitas supervisadas, un juez considera que Frida no es apta como madre, temporalmente.
Su única esperanza es seguir compartiendo la custodia de Harriet con su ex (y la cariñosa novia de el) y aprobar los exámenes impuestos por el nuevo y preciado programa gubernamental. Se trata de un programa interno de doce meses, una escuela situada en un campus universitario abandonado, que ha de ayudar a Frida (ya otras malas madres de todo el país) a convertirse de nuevo en madres aptas.
El chico acuario es independiente y natural.
El chico piscis es sensible y espiritual.
El chico aries es enérgico e impulsivo.
El chico tauro es estable y sensual.
ANNA YA NO ES LA MISMA
Lleva ya un tercio de su experimento del Zodiaco y ha aprendido más sobre ella misma que sobre los hombres que ha conocido. Sin embargo, los recientes sucesos familiares han dado un giro vertiginoso a su vida.
ANNA TIENE EL CORAZÓN ROTO
El amor no se puede controlar y ha llegado para poner a prueba el experimento. Pero en una ciudad como Los Ángeles nada es lo que parece y las mentiras se pueden ocultar tras una buena actuación.
ANNA VA A LUCHAR
No puede rendirse ahora. Tras un intenso desengaño amoroso, tiene que recomponerse y encontrar su propio camino. Aunque, durante todo el experimento, siempre haya una persona poniendo su corazón patas arriba y tentándola a romper las reglas.