Inmaculada Pelegrín López (1969, Lorca, Murcia). Pasa varias horas al día mirando a través de un microscopio, tal vez por esto sus versos estén llenos de cosas mínimas. Todas las mañanas se sorprende cuando, al salir de casa, alguno de los perros que viven allí, se le acerca moviendo la cola, quizás sea el motivo por el que sus palabras se refieran al asombro de lo cotidiano. Le gusta contemplar el cielo y hacerse preguntas. El cielo nunca se repite, las preguntas tampoco. Se podría pensar que a través de la poesía busque permanecer alerta ante el milagro, porque si pasase desapercibido sería como si no hubiese existido. En su vida hace muchos números, seguramente habrá llegado a la conclusión de que somos estadísticamente imposibles y sin embargo somos. Es probable que escriba para advertirnos de tal contingencia.
Víctor Dilan es un escritor de éxito que campa a sus anchas por una España prosaica y vulgar. Devoto del sexo y poseedor de un don maligno, un luminoso regalo, un irresistible magnetismo que atrae irremediablemente a las mujeres hasta su cama, su vida da un giro tras su encuentro con Ester, la Bruja,«una incandescencia carnívora que vuelve locos a los hombres». Esta milagrosa aparición lo pone frente a un reflejo de sí mismo, más duro y más perverso, y es el inicio de una relación apocalíptica que lo conducirá a una ansiada y profética destrucción.
El lector, convertido en voyeur, descubre los recovecos más oscuros e íntimos de un puñado de personajes desbocados, procaces y entregados al sexo. Entrelazando diversos niveles de ficción, Manuel Vilas revisa de forma paródica la naturaleza del amor y el erotismo, que cobran una dimensión mística. Con banda sonora de Dylan (quien inspira el nombre artístico del protagonista) y una lúcida invocación de grandes obras como 2001.Una odisea del espacio oCumbres borrascosas, la historia de la locura de Víctor Dilan parece la más sincera y desgarrada de las confesiones.
«Nunca antes el dicho de «el que no arriesga, no gana» había tenido tanto sentido. María y Tomás son los protagonistas de una historia principalmente de amor donde el riesgo les hizo ganar.» María Pombo
María y Tomás han conectado a la primera. Pueden pasar horas y horas hablando sobre sueños o cómo cambiar el mundo. Cuando están juntos la magia flota en el aire, aunque ellos sean los últimos en enterarse. Pero ni la vida es un camino de rosas ni este libro es un cuento de hadas. Ellos lo descubrirán enseguida. Como también descubrirán el dolor, el temor, la amistad y, sobre todo, el amor.
Esta es una historia de decisiones difíciles, de hacerse mayor de golpe, de realidades que nunca se soñaron y de ilusiones que se cumplen a base de tesón. Pero también es una historia sobre el valor de tomar las riendas de tu propia vida.
Botas de colores para días de lluvia te invita a disfrutar del sol tras la tormenta.