Melancólico y algo fatalista, soltero y con una novia en Génova a quien ve muy de vez en cuando, y amante de la buena mesa, Salvo Montalbano es comisario de policía en Vigàta, un pequeño pueblo siciliano que, pese a no figurar en ningún mapa, encarna la esencia de la cultura mediterránea.
Los seguidores de la serie negra europea más aclamada encontrarán en esta edición tres casos en los que el entrañable comisario, sabio intérprete del arte de vivir, se supera a sí mismo y vuelve a emocionar a los lectores con su infalible perspicacia y su implacable sentido de la justicia. En La voz del violín, Montalbano no se da por vencido ni por convencido cuando muere el principal sospechoso del asesinato de una hermosa joven, esposa de un médico boloñés, cuyo cadáver aparece desnudo en el chalet de ambos.
Salvo Montalbano tiene cuarenta y cinco años, una novia en Génova y es comisario de policía de Vigàta, en Sicilia, un pequeño pueblo que, si bien no aparece en ningún mapa, es tan real como la vida misma.
Fiel amigo de sus amigos, amante de la buena mesa y sabedor de que la tierra ha girado y seguirá girando en torno al sol, Montalbano encarna la esencia de la cultura mediterránea. Su temperamento melancólico, su implacable sentido de la justicia, rayana en lo quijotesco, así como su infalible perspicacia, lo han convertido en un héroe verdaderamente popular, cuyas historias son devoradas con fruición por millones de incondicionales lectores en todo el mundo.
A Daphne siempre le había encantado la forma en que Peter, su prometido, contaba su historia. Cómo se conocieron, se enamoraron y regresaron a la ciudad natal de él, a orillas de un lago, para empezar una vida en común. Se le daba realmente bien explicarlo. hasta que se dio cuenta de que, en realidad, estaba enamorado de Petra, su mejor amiga de la infancia.
Y así es como Daphne empieza su nueva vida: en la hermosa Bahía de Waning, Michigan, lejos de su familia y amigos, pero con un trabajo idílico de bibliotecaria infantil (con el que a duras penas llega a fin de mes). Por eso, se plantea compartir piso con la única persona que podría entender cómo se siente: Miles Nowak, el exnovio de Petra.
Un coche se encuentra abandonado de noche en medio de la llanura pampeana con un bidón de gasolina al lado. De repente, el vehículo estalla en llamas y vemos que, en su interior, una mujer está sentada al volante, sin inmutarse. A su lado descansa un libro en cuya portada leemos: Las cosas que perdimos en el fuego. Con esta potente sucesión de imágenes empieza la maravillosa adaptación a cargo de Lucas Nine de la célebre recopilación de cuentos homónima de Mariana Enriquez, una de las voces más rompedoras y originales del panorama actual, que encuentra en esta escena el hilo visual que conecta los cuatro relatos seleccionados: El chico sucio, Pablito clavó un clavito, El patio del vecino y Bajo el agua negra.
Ella es la esposa que él nunca quiso… y la debilidad que no vio venir.
Implacable. Meticuloso. Arrogante.
Nada escapa al control del multimillonario Dante Russo, ya sea en su trabajo o en su vida.
Nunca planeó casarse… pero el chantaje lo obliga a comprometerse con Vivian Lau, la heredera de un imperio de la joyería e hija de su mayor enemigo.
No le importa lo hermosa o encantadora que sea. Hará todo lo que esté en su mano para liberarse de la extorsión y de su compromiso.
El único problema es que ahora que la tiene, no quiere dejarla ir.
Elegante. Ambiciosa. Cortés.
Vivian Lau es la hija perfecta.
Casarse con un Russo significa abrir las puertas de un mundo que ni su familia es capaz de comprar. Dante está lejos de ser el marido que ella imaginaba para sí, pero el deber es más fuerte que cualquiera de sus deseos.
Ansiar su tacto nunca fue parte del plan...
Y enamorarse de su futuro marido, tampoco.
Un viaje dialogado con amenidad y agudeza, muestra de la extraordinaria virtud del autor para razonar, transmitir y contagiar sus pasiones.
Juan Villoro es reconocido como uno de los grandes escritores latinoamericanos actuales. Periodista, novelista, cuentista, ensayista y cronista, reunió por primera vez sus ensayos literarios en Efectos personales (Premio Mazatlán 2001), al que siguió De eso se trata (2004), títulos que hoy reunimos en este volumen. Como también lo hiciera en la posterior La utilidad del deseo (2017), Villoro convierte aquí sus lecturas en relatos de la inteligencia. Ambas obras muestran a un narrador sumido en la aventura de leer; las anécdotas se suceden como en una novela y los comentarios surgen con el ingenio de una feliz tertulia.
Por estas páginas transitan una excepcional galería de personajes: Goethe atrapado en la geometría del amor; Cervantes, fundador de la road novel; Rousseau, que une su destino a la arriesgada noción de autor; Lowry en el intoxicado paraíso de Cuernavaca. También encontramos un testimonio de afinidades electivas: una reconstrucción de la convulsa estancia de Burroughs en México; la indagación del exilio póstumo de Bernhard; el jardín ilustrado de Monterroso; la vertiente más heterodoxa de Fuentes; el viaje sin aduanas de Pitol; la inteligencia distraída de Rossi. Junto a estos –y otros– tributos y retratos, hay espacio para el Villoro cronista y para el que explora los ritos de pasaje de la traducción literaria y el diálogo entre las literaturas de América y Europa.