DAVID HERNÁNDEZ SEVILLANO nació en Segovia (España) en 1977. Ha publicado siete poemarios entre los que destacan Razones de más, Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández 2009, y El peso que nos une, XXV Premio de Poesía Hiperión. «El reloj de Mallory detiene el tiempo en la escalada hacia las cumbres de la cotidianidad. Una lectura sin oxígeno que oxigena los símbolos transidos al filo de lo invisible, poesía que se enfrenta al riesgo con el sencillo objetivo de conquistar lo que creíamos conquistado: el amor, la felicidad, la cima de cada día. David Hernández Sevillano es ya un escalador experimentado cuyo campamento base se sitúa a una altura a la que muchos querrían aspirar. Imposible no leer en el reloj sin manecillas de George Mallory una metáfora de la futilidad de la poesía, imposible no leer en el misterio de su cuerpo momificado la fatalidad de la poesía, imposible no imaginar en su empeño último la felicidad de toda la poesía.»
El inicio de la saga que ha cautivado a 1.500.000 de lectores. La historia de cuatro mujeres que, entre dos guerras, lucharon sus propias batallas.
Hamburgo, 1919. La joven Henny desea convertirse en comadrona y junto a su amiga Käthe, comunista convencida, acaban de iniciar su formación en la clínica de mujeres Finkenau. Otras dos mujeres las acompañan en el camino. Ida, hija de un importante hombre de negocios en bancarrota, el cual tiene la intención de casarla con un rico heredero, y Lina, una joven maestra humilde que quiere sacar a su familia
adelante. Las cuatro amigas, se hacen inseparables a pesar de sus diferencias y de las situaciones a las que deberán enfrentarse. Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, sus vidas tomarán rumbos totalmente opuestos y su amistad se verá comprometida. Hijas de una nueva era, narra la historia de cuatro mujeres
del primer tercio del siglo xx, las cuales lucharon sus propias batallas con la fuerza de su amistad, el amor y la valentía.
El nuevo libro de la exitosa serie de Rebecka Martinsson.
Un grupo de cazadores mata a un oso en los bosques cercanos a Kiruna. Cuando abren el vientre del animal, encuentran un dedo humano entre las vísceras. Unos meses más tarde, hallan a una mujer asesinada en su casa. Ha sido brutalmente agredida con una horqueta hasta la muerte. Markus, su nieto de siete años, ha desaparecido. La fiscal del distrito, Rebecka Martinsson, que en un principio se iba a hacer cargo de la investigación, es retirada del caso. Por su cuenta y riesgo empieza a indagar en el asesinato de la mujer: la muerte parece perseguir a esta familia, y Rebecka no está dispuesta a que su último miembro, el joven Markus, corra la misma suerte. Para ello, deberá sumergirse en el pasado de los personajes y de sus antepasados. Hay pocas cosas que provoquen mayor indignación que la violencia contra un niño. Cuando el pequeño Markus desaparece la fiscal Martinsson es capaz de actuar al margen de la ley para encontrarlo.
Un escueto párrafo en el periódico anuncia el hallazgo de unos restos antiguos de un bebé en una zona en construcción de Londres. Muy pocos lectores siquiera le echarán un vistazo.
Para tres mujeres, sin embargo, la noticia es imposible de ignorar.
Para la primera, es el recuerdo de lo peor que le ha pasado en la vida.
Para la segunda, la peligrosa posibilidad de que su secreto más oculto sea revelado.
Para la tercera, la periodista Kate Waters, la primera pista en una carrera para descubrir la verdad.
Secretos guardados durante años, enterrados bajo tierra y en el fondo del corazón, saldrán a la luz para cambiar tres vidas para siempre.
Cuando Rebeca dejó la colonia Monte Laurel pensó que también dejaba atrás lo peor de su adolescencia: el sobrepeso, el bullying, el recuerdo de su madre fallecida. Ahora, cuatro años más tarde, no puede creer que tenga que regresar al lugar en el que tanto daño le hicieron y verse obligada a participar en el juego que su hermano y dos chavales más han construido en el instituto: un inocente pasaje del terror de resultados, sin embargo, inexplicables. Quienes lo han probado ya no han vuelto a salir. Nadie sabe qué pasa tras aquella puerta, pero todos los vecinos quieren confirmar el rumor que se ha extendido por toda la colonia: el pasaje sabe algo de todos ellos, de cada vecino, incluso lo ya olvidado, aquello que fue enterrado bajo el barro para que nunca más volviese a emerger a la superficie.
El rayo ha perfumado ferozmente nuestra casa. Tenemos sed, tenemos prisa por golpear con el hueso de una flor en la tiniebla. Hay un árbol talado en esta historia. Contemplamos el cielo. No hay señales. ¿Es de día? ¿Es de noche? Murió la araña que medía el tiempo, solo hay un viejo muro y una nueva familia de sombras. 'Destiempo, III'
El rayo ha perfumado ferozmente nuestra casa. Tenemos sed, tenemos prisa por golpear con el hueso de una flor en la tiniebla. Hay un árbol talado en esta historia. Contemplamos el cielo. No hay señales. ¿Es de día? ¿Es de noche? Murió la araña que medía el tiempo, solo hay un viejo muro y una nueva familia de sombras. 'Destiempo, III'