Raquel lleva toda la vida loca por Ares, su atractivo y misterioso vecino. Lo observa sin ser vista desde su ventana y es que, muy a su pesar, no han intercambiado ni una triste palabra. Lo que Raquel no sabe es que eso está a punto de cambiar...
Ares comenzará a cruzarse en su camino hasta en los lugares más inesperados y descubrirá que, en realidad, Raquel no es la niña inocente que creía.
Ahora, Raquel tiene muy claro su objetivo: conseguir que Ares se enamore de ella. Por supuesto, no está dispuesta a perderlo todo por el camino, y mucho menos a sí misma...
Una edición única de la novela best seller A través de mi ventana, con ilustraciones en acuarela de Naranjalidad y contenido inédito especial.
En este primer tomo empieza a adquirir forma la figura de la mujer como narradora oral y como receptora, pasando por el importante papel que juega el lenguaje en la consumación de la Conquista y por Bernal Díaz del Castillo, privilegiado cronista que lo mismo enarbola la pluma que las armas, hasta llegar a la figura central de los estudios de la autora: Sor Juana Inés de la Cruz, heredera de la callada tradición de las anónimas monjas escritoras. Glantz demuestra cómo la conquista de la escritura femenina se gesta en el más insospechado rincón del mundo: el claustro. En este fértil recorrido crítico la también novelista ha sabido desentrañar insospechados secretos de la época y sus letras, por ejemplo, del papel decisivo de las mujeres -concretamente las monjas-, que si bien no serían reconocidas como "escritoras", contribuirían a la definitiva comprensión de los aspectos social, cultural, político y religioso de su tiempo.
«Pasar entre las formas como un animal entre la hierba, quedando tan solo la fragancia en su pelaje. Aspiro a ser el humilde aprendiz de ese animal.» Así define Chantal Maillard (Bruselas, 1951) la labor de escritura que arrancó hace casi tres décadas y con la que ha fundado un territorio híbrido, abierto, fronterizo, entre la poesía y la filosofía, el ensayo y la reflexión diarística, lo personal y lo colectivo, lo humano y lo no humano… La obra de Maillard aspira a encarnar el trabajo de la conciencia y al mismo tiempo a curarnos de nuestra ceguera como especie, nuestro orgullo desmedido. Este volumen, que reúne la obra estrictamente poética compuesta en lo que llevamos de siglo, de Matar a Platón (2004; Premio Nacional de Poesía) en adelante, es una lección de vida y pensamiento, capaz de iluminarnos y darnos consuelo, alivio. Lo dice ella misma: «Escribo
para que el agua envenenada pueda beberse».
Mejor hoy que mañana narra el devenir de una familia mixta de un barrio de Johannesburgo desde los años noventa hasta finales del 2009. Terminado el apartheid, la mayoría de ciudadanos no han visto cumplidas sus esperanzas de un mundo mejor: la democracia y la abolición de la segregación racial no han hecho brotar lo mejor de cada persona, sino que, por el contrario, la corrupción y las desigualdades sociales se han convertido en el nuevo caballo de batalla del país. Sin embargo, la esperanza y la seguridad de que puede construirse un mundo mejor se abren siempre paso entre las líneas de esta novela, la más reciente de una escritora excepcional.
Después de La caída de los gigantes y El invierno del mundo llega el final de la gran historia de las cinco familias cuyas vidas se han entrelazado a través del siglo XX. La familia estadounidense, la alemana, la rusa, la inglesa y la galesa participan en los acontecimientos sociales y políticos que marcaron las agitadas décadas de los sesenta a los noventa, y son testigos de ellos.
Desde el sur de Estados Unidos hasta la remota Siberia, desde la isla de Cuba hasta el vibrante Londres de los años sesenta. El umbral de la eternidad es la historia de aquellas personas que lucharon por la libertad individual en medio del conflicto titánico entre los dos países más poderosos jamás conocidos.
«Esta es la historia de mis abuelos y de los vuestros, de nuestros padres y de nuestras propias vidas. De alguna forma es la historia de todos nosotros.» Ken Follett
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradiciones. Pero este tiempo -por una vez sucesivo, y no circular-, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcilla que la mano del maestro moldea y con las que fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los jugos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
«Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió desde que entró en la casa todavía en penumbras, adonde había acudido de urgencia a ocuparse de un caso que para él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años. El refugiado antillano Jeremiah de Saint-Amour, inválido de guerra, fotógrafo de niños y su adversario de ajedrez más compasivo, se había puesto a salvo de los tormentos de la memoria con un sahumerio de cianuro de oro.
Encontró el cadáver cubierto con una manta en el catre de campaña donde había dormido siempre, cerca de un taburete con la cubeta que había servido para vaporizar el veneno.»