Compositor e intérprete de gran carisma, Gaël Faye irrumpió en la escena literaria con Pequeño país, una ópera prima traducida a cuarenta idiomas con la que cautivó a más de dos millones de lectores. Ocho años después, Faye ha vuelto a enamorar al público y la crítica con El jacarandá, una novela vibrante y sensible que cuenta, a partir de cuatro generaciones de una familia ruandesa, la terrible historia de un país que intenta reconstruirse.
Versalles, 1994. Aunque crece en un entorno feliz, el pequeño Milan sufre con el obstinado silencio de su madre ruandesa sobre sus orígenes y su familia. Ese desconocimiento sólo se irá diluyendo poco a poco, primero con las imágenes del genocidio y luego con la llegada del joven y malherido Claude, al que acogerán durante unos días.
Cuatro años más tarde, cuando Milan visite Ruanda por primera vez junto a su madre, su estancia allí supondrá para él una experiencia tan honda que acabará cambiando su vida para siempre. Desde ese momento, y a lo largo de dos décadas y sucesivos regresos, Milan irá contando «su Ruanda» con una sinceridad conmovedora: el pasado colonial, las heridas aún abiertas del conflicto y la reconciliación, pero también las animadas veladas en la capital, los nuevos amigos y las escapadas al lago Kivu; y en Kigali conocerá un día a Stella, una niña que intenta desentrañar los secretos familiares a la sombra de un jacarandá, un árbol capaz de florecer tras la tormenta.
Tejida a partir de hechos reales, El jacarandá nos cuenta la emotiva historia de un país que intenta dialogar y perdonar. Con una gran sensibilidad y una elegancia infinita, Gaël Faye ha escrito un himno a la vida que resalta la fuerza de la amistad y el poder de resiliencia del ser humano.
Para Byeon Siu, no existe otra cosa más importante que mantener las apariencias de cara a su madre: un perfil alto en sus estudios, una carrera universitaria, hacer que cada paso cuente y asegurar su futuro. Sin embargo, su vida meticulosamente organizada se ve sacudida cuando se topa con Enzo Luna, el hermano mayor de su mejor amiga, Zoe. Enzo y ella jamás se han llevado bien, por lo que Siu siempre ha mantenido las distancias con él. Pero, con su carisma despreocupado, un talento natural y su popularidad abismal, Enzo desafía todas las normas que Siu se ha impuesto.
A pesar de su resistencia inicial, Siu se encuentra atrapado entre su ambición y la atracción que siente por él. Un extraño giro del destino hace que ambos deban pasar más tiempo juntos y Siu empieza a darse cuenta de que Enzo no es solo el chico despreocupado que aparenta ser. Detrás de su sonrisa encantadora y su actitud relajada, hay inseguridades y sueños que resuenan con los suyos propios, revelando un mundo que hasta ahora le había estado prohibido.
Cuando las cosas empiezan a encajar y los secretos del pasado emergen, un solo deseo bastará para cambiarlo todo. Y será ahí cuando una nueva historia dará comienzo.
Chiamaka es una escritora de viajes nigeriana que vive en Estados Unidos. Sola durante la pandemia, rememora sus antiguos amores mientras lidia con decisiones pasadas y arrepentimientos. Zikora, su mejor amiga, es una abogada brillante que ha triunfado en todo… hasta que una traición la deja devastada y la obliga a recurrir a quien menos imaginaba. Omelogor, la prima audaz y franca de Chiamaka, es una figura poderosa en el mundo financiero de Nigeria, pero empieza a cuestionarse si realmente se conoce a sí misma. Y Kadiatou, la empleada doméstica de Chiamaka, cría con orgullo a su hija en Estados Unidos, hasta que un golpe devastador pone en peligro todo por lo que ha luchado.
En Unos cuantos sueños, Adichie dirige su mirada aguda y compasiva hacia estas mujeres en una novela luminosa y trascendental que aborda la esencia misma del amor. ¿Es la felicidad verdadera algo alcanzable, o solo un estado pasajero? ¿Y cuánta honestidad necesitamos con nosotros mismos para amar y ser amados? Una reflexión profunda sobre las decisiones que tomamos —y las que se toman por nosotros—, sobre las madres y las hijas, sobre un mundo cada vez más entrelazado. Dream Count late con una urgencia emocional y con observaciones certeras del corazón humano, escritas con un lenguaje de una belleza y potencia conmovedoras. Una confirmación más de que Chimamanda Ngozi Adichie es una de las voces literarias más poderosas y vibrantes de nuestro tiempo.
Sonia Nasir, de 38 años, actriz británica de origen palestino, viaja a Israel para visitar a su hermana, que da clases en la universidad de Haifa. No tarda en conocer a otros personajes, entre ellos a Mariam Mansour, directora teatral que quiere poner en escena una versión árabe de Hamlet en Ramala (Cisjordania). Cuando Mariam se entera de que Sonia es una veterana de las tablas, la enrola para que figure en el reparto de su producción.
El regreso a su tierra natal, sus desplazamientos por la geografía local (Haifa, Gaza, Belén, Jerusalén), el contacto con los actores, los recuerdos militantes de su padre y su tío, y la sombra imborrable de las Intifadas suscitan en Sonia una cadena de emociones que, en combinación con las vivencias del momento presente, la obligan a plantearse un dilema que no esperaba: qué es ser palestino y vivir en conflicto permanente con el Estado de Israel. La misma representación de Hamlet irá adquiriendo matices cada vez más cercanos al problema de fondo. El fantasma del difunto rey de Dinamarca acabará identificándose con el fantasma de la ocupación.
Entra el fantasma, segunda novela de Isabella Hammad, es un inteligente relato en zigzag de la Palestina actual. Una apasionante historia de diáspora y desplazamiento que elude la fácil diatriba política y apuesta por las relaciones familiares y artísticas como espacio de resistencia compartida.
Medea me cantó un corrido es la deslumbrante nueva obra de Dahlia de la Cerda, tras el éxito apabullante obtenido en México con Perras de reserva y Desde los zulos. La autora crea un paisaje literario único, característico de su estilo original, donde las protagonistas se enfrentan a situaciones límite, inmersas en un fuego cruzado entre la violencia del crimen organizado, el Ejército y los conflictos de padres, familias o parejas provenientes de estos entornos. Sin embargo, como dice una de ellas parafraseando a Sartre: «No somos lo que hicieron de nosotras, sino lo que hacemos con lo que hicieron de nosotras». Por fortuna, en esta ocasión contarán con la ayuda de Medea, el personaje mitológico, que aparecerá «toda vestida de negro, con unas trenzas africanas muy perritas» para auxiliar a las protagonistas, ya sea en abortos o en el término de relaciones abusivas similares a la que ella vivió con Jasón. En estas páginas conviven situaciones delirantes y sumamente divertidas que discurren en compañía de una banda sonora de fondo plagada de corridos tumbados, cumbias, y ritmos de perreo. Dahlia de la Cerda se sirve de un lenguaje propio, música y humor negro para compartir con sus lectoras la existencia de las memorables protagonistas que habitan esta historia.