Gran Bretaña, año 1468. El sacerdote Christopher Fairfax llega a una aldea remota enviado por el obispo de Exeter para celebrar el funeral del vicario que acababa de fallecer. El difunto, apasionado coleccionista de artefactos de otras épocas, murió accidentalmente mientras excavaba en los alrededores. Fairfaix se aloja en la vicaría y en los aposentos del religioso fallecido descubre una colección de objetos considerados heréticos, y textos de especialistas en el pasado que sugieren una verdad distinta a la doctrina de la Iglesia, que afirma que el hombre fue castigado con las cuatro plagas: epidemias, guerra, hambruna y muerte tras haberse rendido a la ciencia y a la tecnología. Solo la vuelta a la fe en Cristo salvó in extremis a la humanidad. Fairfax descubre que la torre junto a la que murió el vicario guarda numerosos vestigios de la civilización
perdida, y todas las pruebas apuntan a que alguien los depositó allí pensando en un futuro donde fuera posible reconstruirla. La lectura de los libros heréticos que ponen en duda el poder omnipotente de Dios y las causas del Apocalipsis, junto con las investigaciones que le sumergen en esa comunidad aislada harán tambalear la fe y las creencias del joven sacerdote.
Todas las civilizaciones se creen invulnerables.
La Historia nos advierte de que ninguna lo es.
En el efervescente Madrid de los años treinta, Tina sueña con convertirse en bibliotecaria. Junto con su amiga Veva, se adentrará en un mundo de cabarets y clubs feministas, libros malditos y viejos fantasmas. Así descubrirán la Biblioteca Invisible, una antigua sociedad secreta que vela por los libros prohibidos.
Pronto Madrid se convierte en una ciudad sitiada, donde la cultura corre más peligro que nunca. En medio de una guerra que lo arrasa todo, Tina vivirá una historia de amor clandestina que marcará el resto de su existencia mientras trata de proteger los libros no sólo de los incendios y las bombas, sino también de la ignorancia y los saqueadores.
Una novela emocionante e imprescindible sobre el amor a la cultura. Un sincero homenaje a quienes arriesgaron sus vidas para preservar el tesoro de nuestras bibliotecas.
Canfranc, 1944. La joven Valentina Báguena, colaboradora de la Resistencia contra las fuerzas de ocupación nazis en el sur de Francia, descubre que la guerra cambia por completo la forma de vivir, de pensar y, sobre todo, de amar cuando conoce al paracaidista alemán Franz Geist el mismo día en que un incendio destruye el pueblo de Canfranc. Tras la devastación producida por el fuego, los habitantes de este lugar serán víctimas, además, de una de las mayores estafas de la historia de España. Un hecho de dimensiones extraordinarias, pero casi desconocido hasta ahora.
El cielo sobre Canfranc es una novela que late desde el corazón del Pirineo para desplegarse después hacia sus otros escenarios aragoneses, gallegos y franceses. Rosario Raro vuelve con esta obra al territorio mítico de su exitosa Volver a Canfranc, para mostrarnos que, a veces, el tren equivocado puede llevarnos a la estación correcta.
El auge y declive de una gran pasión, el amor feroz de dos personas que parecían conjurarse en contra de una vida serena.
Partiendo de un episodio ocurrido en Madrid en 1939, la narradora de esta historia cuenta la apasionada y tormentosa relación de sus padres, y cómo la personalidad desmedida de él y el corazón débil de ella marcaron el pulso de la vida de toda la familia.
A corazón abierto es una novela que recorre nuestro país a lo largo de un siglo de grandes cambios y encierra un homenaje a una generación, la de quienes permanecieron en España en la inmediata posguerra, aquellos que, sin queja ni lamento, se concentraron en sobrevivir.
Desde la mirada empática y curiosa de una gran observadora que sabe transformar en ficción cada destello de la memoria, Elvira Lindo convierte a sus padres en personajes literarios para aproximarse a ellos con libertad, lucidez y sabiduría. Como si de una composición musical se tratara, cada capítulo es una demostración de gran técnica puesta al servicio del puro placer de narrar las luces y las sombras de un pasado convertido para siempre en gran literatura.
Han pasado seis meses desde la muerte de mi madre. No he sido capaz de afrontarla hasta que un desconocido, que ha aparecido en mi vida de manera sorprendente, me ha apremiado para que resuelva los asuntos pendientes. He de aceptar una herencia que, aunque resolverá mi vida, me atará definitivamente a la de mi familia. No estoy segura de que perder mi independencia sea lo que quiero. Además, esto no implica simplemente firmar unos papeles en el notario, no. Primero he de instalarme en su casa durante tres meses y seguir las instrucciones que me ha dejado en seis cartas. ¿Por qué tanto misterio? ¿Quién es Paul Dombasle, el hombre que, también fallecido, me ha traído hasta París para hacerme un regalo extremadamente valioso? ¿Y mi madre? ¿Quién era realmente mi madre?
Con estas preguntas, comienza para Miranda Herrera un camino lleno de misterio, descubrimiento, peligro y «días rojos» —esos en los que de repente tenemos miedo y no sabemos por qué—, que la llevará, a través de las extraordinarias vidas de su madre y de su abuela, al amor sin ataduras ni convenciones que tantos se empeñan en negar.
La poesía ocupa un lugar central en la obra de Bertolt Brecht (Augsburgo, 1898-Berlín Este, 1956) y sin ella no cabe entender el alcance ni la grandeza de su proyecto creativo. Brecht escribió poemas desde su juventud hasta sus últimos días y ellos fueron la herramienta con la que interpeló al mundo y reaccionó a las circunstancias de su tiempo. Figura clave en la literatura alemana del siglo xx, fue reconocido como un poeta esencial incluso por quienes se sintieron muy lejos de sus actitudes vitales y políticas, como Elias Canetti o Hannah Arendt.