«¿Era la historia esa fantástica tergiversación de la realidad?»
Guatemala, 1954. El golpe militar perpetrado por Carlos Castillo Armas y auspiciado por Estados Unidos a través de la CIA derroca el gobierno de Jacobo Árbenz. Detrás de este acto violento se encuentra una mentira que pasó por verdad y que cambió el devenir de América Latina: la acusación por parte del gobierno de Eisenhower de que Árbenz alentaba la entrada del comunismo soviético en el continente.
Tiempos recios es una historia de conspiraciones internacionales e intereses encontrados, en los años de la Guerra Fría, cuyos ecos resuenan hasta la actualidad. Un suceso que involucró a varios países y en el que algunos verdugos acabaron convirtiéndose en víctimas de la misma trama que habían ayudado a construir.
Él fue un quarterback del equipo de fútbol americano de los Chicago Stars.
Ella intenta convertir su propia agencia de detectives enuna empresa de éxito.
¿Su primer trabajo? Seguirlo a él.
Por el momento, limitémonos a decir que las cosas no irán bien, nada bien.
Piper Dove es una mujer con un sueño: convertirse en la mejor detective de Chicago. Su primer trabajo será seguir a Cooper Graham, antiguo quarterback de los Chicago Stars. El problema es que él se ha dado cuenta de que ella lo sigue, y eso le disgusta bastante. Sin embargo, Piper no tarda en encontrarse trabajando para el propio Cooper, que la contrata para que vigile a los empleados de su nuevo y exclusivo club nocturno.
Por otra parte, es posible que la vida de Cooper corra peligro, y Piper está empeñada en protegerlo, tanto si él lo desea como si no.
Ojalá no se estuviera ocupando también de un grupo de princesas del Medio Oriente, una criada paquistaní que ansía la libertad, un adolescente problemático y una vecina anciana que exige que encuentre a su marido, que no puede estar más muerto. Y además está CooperGraham, un legendario héroe del deporte que siempre consigue lo que desea... incluso si lo que desea es una intrépida detective empecinada en demostrar que es tan dura como él.
Berlín, 1926. Sophia solo tiene veinte años pero su vida ya parece haberse hecho pedazos: su primer amor ha terminado en escándalo, su familia no quiere verla y ella ha tenido que abandonar sus estudios de química en la universidad. Tras viajar a París para empezar de cero, un día se encuentra frente al deslumbrante escaparate del nuevo salón de Helena Rubinstein, una ambiciosa empresaria cuyo nombre está en boca de todas las damas parisinas. Sophia tiene entonces una revelación: intentará crear una crema prodigiosa que deslumbre a madame Rubinstein y la convenza de admitirla en su imperio de la belleza.
Impresionada por el talento de Sophia, Helena decide ofrecerle un empleo, siempre que esté dispuesta a seguirla a su oficina de Nueva York y a volcarse totalmente en el trabajo. Sophia se verá así envuelta en el gran proyecto de crear nuevos y revolucionarios cosméticos para Helena Rubinstein en su feroz competencia con su rival Elizabeth Arden. Pero Nueva York también está llena de tentaciones y Sophia, que creía haber terminado con los hombres, se encontrará trabajando con Darren O'Connor, un diseñador de mirada magnética que podría hacer tambalear el solemne pacto de fidelidad hecho con Helena...
La historia de Gen es la de un superviviente que nos muestra, a través de su mirada, cómo su mundo se convierte en un infierno. Con tan solo seis años, conoce el sufrimiento de los que pierden a un ser querido a manos de la guerra; o de los que, como Natsue, la niña que conoce pocos días después del ataque, han quedado desfigurados por las quemaduras. Gen, su madre y su hermana Tomoko, nacida de forma prematura a causa del estrés postraumático, deberán aprender a vivir en una ciudad en la que solo parece tener cabida la desesperación. La desgarradora tragedia de Gen se inspira en la experiencia del propio autor, que en agosto de 1945 también era un chiquillo de seis años incapaz de comprender lo que ocurría.
Esta monumental obra es una oda a todos aquellos que sobrevivieron, un homenaje a los que perdieron la vida y un recordatorio de los horrores que el hombre es capaz de crear. Pies descalzos no solo trata los terribles efectos de la bomba atómica, sino que también muestra los dilemas éticos a los que debe enfrentarse una familia humilde cuyo único deseo es poder vivir en paz en el marco de una cultura conservadora, militarizada y entregada a una causa bélica.
Zinnia Gray, reparadora profesional de cuentos de hadas y la Bella Durmiente en receso, está por rescatar princesas que roncan. Una vez que hayas rescatado a una docena de doncellas y quemado cincuenta husos, una vez que te hayas emborrachado con veinte buenas hadas y te hayas besado con demasiados miembros de la familia real, empiezas a desear que algunas de estas chicas simplemente se controlen y tratar de resolver sus propios problemas narrativos.
Justo cuando Zinnia comienza a pensar que no puede manejar a una princesa más, se mira en un espejo y ve otra cara que la mira: la cara sorprendentemente hermosa del mal, que le pide ayuda. Porque hay más de una persona atrapada en una historia que no eligieron.
La Reina Malvada de Blancanieves ha descubierto cómo termina su historia a partir de lo que podría ser el libro de cuentos de hadas de Zinnia y está desesperada por un final mejor. Quiere que Zinnia la ayude y necesita hacerlo antes de que sea demasiado tarde para todos. ¿Zinnia aceptará la solicitud venenosa de la Reina y los salvará a ambos de los zapatos de hierro candente que los esperan, o intentará otro camino?
«Una de las voces más personales, controvertidas y exuberantes de la literatura actual en español».
Jurado del Premio FIL de Literatura
Entre ironías, burlas, improperios, maldiciones, blasfemias, este librito sin pretensiones hará reír a muchos e iluminará a montones. Trata modestamente de apresar el cambio frenético que se ha apoderado del mundo. Su autor vive en la Luna y desde allá dispara. Es un francotirador lunático que abre fuego contra el que sea: presidentes, papas, reguetoneros, raperos, médicos... Y con especial delectación contra las reverendas madres, perpetuadoras de la especie, su blanco predilecto. Apunta desde arriba el selenita contra sus soldaditos de plomo, dispara y van cayendo allá abajo unos tras otras. ¡Qué puntería! ¡Qué masacre!
«A un paso de que la humanidad desaparezca por el exceso de gente, el derretimiento de los polos, la crecida de los mares y la gran fiesta nuclear que viene, juzgo oportuno enrostrarle al hombre lo cruel y atropellador que ha sido con los animales y enterarlo de la dicha inmensa que me causa su castigo y próxima desaparición». Eso dice, eso anuncia, oigámosle.