J. M. G. Le Clézio ha abierto su caja negra para revelarnos qué le impulsó a escribir. Primero, la imagen de los muros sobre el Mediterráneo que los alemanes levantaron en Niza para impedir a la población el acceso al mar y, después, la guerra, el hambre y las enfermedades propiciaron una singular sensibilidad para captar todo lo que ocurría. Entonces llegó su primera novela, escrita cuando tenía solo diez años: contaba la historia de un niño africano que dejaba Europa. Por entonces Le Clézio vivía en Nigeria, donde su familia se había reunido con el padre, al que él no conocía y que le ayudó a descubrir un nuevo continente, así como un nuevo destino.
Conviviendo con niños africanos, en una naturaleza diferente, rica y frágil, forjó su gusto por la libertad y comenzó a perfilar una particular relación con el mundo, una mirada dirigida a los desfavorecidos y un deseo de que la escritura se transforme en acción. Una «identidad nómada», en suma, sobre la que el Premio Nobel de Literatura se sincera en estas páginas de gran intensidad, íntimas y esenciales.
En 1972, el joven director de teatro francés Georges Werler fue a ver a Milan Kundera a Praga y a su regreso consiguió, pese a los controles de la frontera, introducir en Francia el manuscrito de su obra de teatro Jacques y su amo. Kundera la había escrito después de la invasión soviética, cuando toda su obra, pasada y futura, había quedado borrada de las letras checoslovacas. En esta muy libre variación sobre Diderot, Kundera rinde un homenaje al escritor y filósofo francés que le ayudó a sobrevivir en un periodo tan difícil.
Tres historias de amor se entrecruzan durante el viaje que emprenden Jacques y su amo: la del amo, la de Jacques y la de Madame de la Pommeraye; tres historias que se entremezclan polifónicamente, donde cada una es, a su vez, variación de la otra, y juntas conforman una comedia sobre los problemas existenciales de la pasión amorosa, los celos, la venganza y el destino.
A partir del gesto encantador de una mujer, surge el personaje de Agnes, alrededor de la cual aparecerán su hermana Laura, su marido Paul, y el mundo contemporáneo, que idolatra a la tecnología y a la imagen. Y es que tal vez el hombre no sea sino su imagen, reflexiona Rubens, a quien solo le quedan dos o tres fotografías mentales de la más excitante de sus amantes. En esta novela polifónica, las aventuras de los personajes imaginarios se mezclan con la historia de dos candidatos a la inmortalidad, Goethe y Bettina von Arnim, mientras la reflexión sobre el nacimiento del homo sentimentalis en la historia de Europa se alterna con perlas ipecias parisienses del singular profesor Avenarius, para quien la realidad actual solo es objeto de juego.
En 1532, Francisco Pizarro y sus hombres cruzan los Andes en busca de riquezas y de gloria. Ignoran lo que les espera, las hazañas que acometerán, pero sus actos van a provocar la caída del Imperio inca, un episodio inaugural de la conquista del mundo entero. Contar la historia es acompañar a estos mercenarios que buscaron fortuna y fama lejos de casa y se embarcaron en una aventura violenta y azarosa; pero también es escuchar el ruido que hace un mundo que se derrumba: el del Imperio inca, que contempla con asombro y terror a esos extranjeros. Con sorprendente fuerza, Éric Vuillard muestra cómo estos episodios épicos, extravagantes y brutales son el primer acto de una tragedia que es la nuestra, y en la que el oro, la religión, la cartografía y la pólvora serán los protagonistas.
Smaug, por cierto, parecía dormido cuando Bilbo espió una vez más desde la entrada. Estaba a punto de dar un paso adelante y en ese momento alcanzó a ver un repentino y delgado rayo rojo bajo el párpado caído del ojo izquierdo de Smaug.
El mago Gandalf y una compañía de enanos han llevado a Bilbo muy lejos de la vida cómoda y despreocupada de Bolsón Cerrado, y el hobbit se encuentra
de pronto comprometido en una peligrosa aventura: robar el tesoro de Smaug el Magnífico, un dragón enorme y muy peligroso. Aunque interviene de mala gana, Bilbo sorprende a todos por su habilidad e inventiva.
Escrito por J.R.R. Tolkien para sus hijos, El hobbit tuvo un éxito inmediato cuando se publicó en 1937. Esta edición especial de 1997, ilustrada por Alan Lee, conmemora el sexagésimo aniversario de un gran clásico que se ha establecido a sí mismo como uno de los libros más influyentes de nuestro tiempo.