Una tarde de mayo de 1982, Carol Dunlop y Julio Cortázar emprenden un viaje por la Autopista del Sur, de París a Marsella, embarcados en Fafner, la furgoneta Volkswagen roja transmutada en el mítico dragón wagneriano.
Desde el juego como último aliento de vida, Carol y Julio, la Osita y el Lobo, planean el viaje como si de una investigación científica se tratara. Navegantes de su tiempo, establecen un férreo reglamento que no deberán romper: no abandonar nunca la autopista y parar en dos áreas de descanso cada día. Toda la aventura quedará reflejada en un detallado cuaderno de bitácora donde registrarán no solo el itinerario, sino también la flora y la fauna fantásticas que van encontrándose a lo largo del camino, y las acechanzas y las amenazas más temibles: brujas, agentes secretos y ominosos camiones de procedencia ignota empeñados, inútilmente, en hacer fracasar tan azarosa empresa.
La realidad y los sueños se entrecruzan en esta «interminable fiesta de la vida», relatada con una prosa que oscila entre la comicidad y una ternura desgarradora, para concluir con la melancolía de la experiencia que se presiente única cuando llega a su término.
Cuando parece que la tranquilidad ha vuelto a reinar en el country La Maravillosa, Pedro Chazarreta aparece degollado, sentado en su sillón favorito, con una botella de whisky vacía a un costado y un cuchillo ensangrentado en la mano. Todo hace suponer que se trata de un suicidio. Pero pronto aparecen las dudas. ¿Acaso algún justiciero habrá querido vengar la muerte de la mujer del empresario, asesinada tres años antes en esa misma casa? ¿Será ésta la última muerte?
El Tribuno, uno de los diarios más importantes del país, deja de lado por unos días su enfrentamiento con el gobierno para cubrir a fondo la noticia. Al escenario del crimen envía a Nurit Iscar, una escritora retirada, y a un periodista joven e inexperto. Y aunque el antiguo jefe de la sección Policiales, Jaime Brena, ha sido desplazado por sacar los pies del plato, decide involucrarse en el caso y ayudar a su reemplazante y a Nurit, a quien admira en secreto.
Una novela atrapante en la que la autora de Las viudas de los jueves vuelve a desplegar todo su talento narrativo para contar la investigación de un crimen y trazar un retrato de su país. Lectora aguda de la realidad y de los comportamientos sociales, Piñeiro echa luz sobre las relaciones entre el periodismo y el poder y sobre los cambios que se han producido en los medios de comunicación, y nos enfrenta a un mundo de límites y controles en el que, a pesar de todo, siempre existe la posibilidad de tender puentes y apostar de nuevo.
En la mañana del primer día del año 1992, un hombre aparece muerto en el baño de una hostería en Villa Carlos Paz, Argentina. Todos los huéspedes, aún somnolientos después de los festejos de la noche anterior, deberán esperar pacientemente para prestar testimonio ante las autoridades.
A partir de una conversación entre dos personajes que aguardan su turno para declarar, se despliega el verdadero corazón de esta novela: la peripecia de Jacinto Arnau. Desde una infancia humilde en Montevideo, hasta sus años de juventud al servicio de Susana Soca en un París invadido por los nazis, esta es la historia de un hombre que conoció los límites mismos de las pasiones humanas, allí donde el amor y el odio más visceral se encuentran y se confunden.
Con un admirable dominio de recursos narrativos, Claudia Amengual construye una novela lúcida, inteligente y atrapante. El lugar inalcanzable es una historia cuyas resonancias permanecen en el lector mucho más allá de las fronteras de la lectura.
Dragones y apariciones rondan las calles inundadas de Nueva Orleans tras el huracán Katrina. En un universo paralelo, una sociedad utópica evita ser intoxicada por las ideas de nuestro mundo. En el sur de Jim Crow, una madre negra debe salvar a su hija de una hechicera que la condenaría a una vida de servidumbre. Y en la historia nominada al Premio Hugo, «La ciudad que nació grandiosa», un chico de la calle lucha para dar a luz al alma de una vieja metrópolis.
El accidente sufrido por su padre junto a su nueva pareja y el asesinato de Gonzalo, el pretendiente que la abandonó en vísperas de su boda, son otra motivación para iniciar una vida propia bajo un nuevo nombre: María González. María sospecha que su madre tuvo relación con esas muertes y, por ello, como detective improvisada, irá descubriendo toda una red de mentiras que implican a su familia, prototipo de aquella burguesía madrileña que enterró y nunca reconoció su apoyo al franquismo con la llegada de la Transición.
En El matarife, Sándor Márai -uno de los grandes escritores del siglo XX- reflexiona con brillantez y hondura hasta qué punto un ser humano puede modificar su propia naturaleza sometido a los estragos de una guerra despiadada y cruel.
El indolente Otto Schwarz es un ejemplo escalofriante de abyección salvaje: para él, matar animales en un desolladero berlinés o soldados enemigos en el frente no supone una gran diferencia, sino una suerte de vocación. Sándor Márai ha sabido concentrar en un solo personaje el irreprimible trastorno psíquico que condujo a la Primera Guerra Mundial, con la irónica distancia y la fría concisión de un cronista, como algo perteneciente a una nueva y aterradora normalidad de la que es imposible salir indemne.