Recuerda que la vida es un bonito regalo que no se debe desperdiciar. Porque cada segundo sin ser feliz, es un segundo perdido.
Briseida (Bris) y Álvaro se conocieron de niños, y junto con Peny, la hermana de Bris, y Andrea, el hermano de Álvaro, compartieron las mejores vacaciones de verano. Ibiza fue testigo de sus travesuras y del amor, tan mágico como inevitable, que nació entre los dos.
Sin embargo, muy pronto, demasiado, el destino enseñó sus malas cartas y a Bris le enseñó que debía centrarse en el presente. Su positividad y sus ganas de vivir le hicieron convertirse en una mujer fuerte, pero la maldad de la madre y abuela de Álvaro le rompió el corazón. Sin embargo, cuando el amor es verdadero, tiene la costumbre de buscar la manera de sobrevivir incluso en las circunstancias más desafortunad
Es el verano de 1976. Peggy Hillcoat tiene ocho años y pasa los días con su padre, James, un hombre obsesionado con la supervivencia que ha convertido el sótano de su casa en un refugio nuclear. Una noche, sin previo aviso, James secuestra a su hija y se la lleva a una cabaña en medio de un bosque inmenso. Alejados de toda señal de vida humana, James convence a Peggy de que el mundo entero ha sido destruido. Juntos aprenden a subsistir: construyen trampas para cazar, se lavan en el río, almacenan alimentos. Los inviernos son largos y crueles; los veranos, fugaces. En su aislamiento, incluso fabrican un piano de madera que no produce sonido alguno. Durante años, Peggy vive en esa cabaña con su padre, sin cuestionar su realidad. Hasta que, un día, encuentra unas botas. El descubrimiento la empujará a una búsqueda desesperada que revelará los secretos de su encierro y la verdad sobre la última noche que pasó con James. ¿Qué ocurrió realmente en aquel bosque? ¿Cómo logró escapar? Y, sobre todo, ¿por qué ha vuelto sin él?
Han pasado varios años desde que los Hernández, detectives en el barrio de Sant Andreu, tuvieron que cerrar su agencia. El mundo ha cambiado y la familia se ha disgregado: Mateo, el padre, trabaja en unas oficinas en la parte alta de Barcelona; Amalia, en una empresa especializada en seguridad, y Nora, que siempre quiso llevar una vida tranquila, da clases en una academia nocturna. Aunque no lo reconozcan, han compartido muchos casos en el pasado, algunos muertos y, por más que quieran evitarla, alguna cuenta pendiente, que Lola, la matriarca, les recuerda. También para que irremediablemente vuelvan a reunirse, y actúen juntos. ¿Abrirán de nuevo la agencia? Nuestros muertos es la esperada y brillantísima continuación de Un asunto demasiado familiar y Los buenos hijos, una serie policiaca que cuenta además la historia de una familia disfuncional. Secretos que se callan, la convivencia con algunas enfermedades mentales, y sobre todo la inteligencia para resolver asuntos muy actuales, se entremezclan en una parte muy reconocible de la Barcelona de nuestros días.
A pesar de no tener ni veinte años, el futuro de la humanidad recae sobre los hombros de Fallon Swift. Ella sabe que no puede fallar: debe ser implacable y utilizar toda su fuerza y su poder, aunque con ello siembre la destrucción a su alrededor, para que su gente sobreviva.
Junto a Duncan, un joven soldado y un líder nato, Fallon ha conseguido salvar a incontables cambiantes, elfos y humanos. Sin embargo, ahora debe ayudarles a sanar y a despertar la luz y la esperanza que anida en su interior. Porque, para cumplir con su destino, la Elegida necesitará a todo un ejército a sus espaldas.
Lena, una joven de Berlín, nunca se imaginó que su año como au pair en Estados Unidos, tras dejar aparcados sus estudios el primer año de universidad, empezaría de ese modo: en lugar de una ciudad cosmopolita y de ritmo frenético, aterriza en el minúsculo pueblo de Green Valley, en plenas Montañas Rocosas. A pesar del shock inicial, las cosas parece que van bien: los Cooper, su familia de acogida, son fantásticos, el pequeño del que debe ocuparse, Liam, es adorable, y el coqueto Bed & Breakfast que dirigen es tremendamente acogedor. Todo funciona a las mil maravillas hasta que Ryan Cooper, el hermano pequeño de Jack, aparece en escena y todo dará un vuelco: Ryan es el chico malo de Green Valley, la oveja negra de la familia Cooper quien, tras un grave accidente de esquí, tuvo que abandonar su carrera profesional. Ahora se muestra resentido con todos, sobre todo con Lena. Pero quizá es sólo la primera impresión, ya que del odio al amor puede haber un solo paso.