Con su séptimo libro de poemas, Juan Bonilla entrega una obra de plena madurez donde se alternan los tonos elegiacos y una suerte de vitalismo desengañado que no renuncia a celebrar el esplendor del mundo, sin dejar de ver ni de señalar sus miserias. Desde el inicio,Los días heterónomos parte de la limitación provocada por la enfermedad para constatar su paradójica ampliación de campo, el acceso a una“luz distinta”que es descrita con la rica e imprevisible imaginería del autor, siempre alejada de los modos consabidos. Estructurados en cuatro secciones de nueve composiciones cada una, a las que se suman un prólogo y un epílogo en verso, los poemas recogidos en el libro recorren esos días en los que, en efecto, como sugiere el título,“no somos ley de nuestro propio estar”, pero también se acogen a la memoria, con gratitud no exenta de aristas, o proyectan una mirada crítica sobre la realidad cotidiana, de algún modo redimida por el don—“esa es su magia: / la poesía es fiebre y se contagia”—que la convierte en acuñación memorable:“Por encima del arte / que a Adonis hace fiero y bello a Marte, / cántico de la vida, / no le pidas que te cierre una herida, / más bien que te las abra / con eficaz palabra / helada en luz tan pura / que sea un simulacro de sutura”. En el proceso de edición, el autor ha añadido al original premiado por el Hermanos Machado, cinco poemas ya conocidos que encuentran su lugar natural en un libro que tiene mucho de balance o recuento, hecho de fragmentos o cristales rotos con los que fabrica un espejo donde se refleja un hombre dañado pero sereno y como de costumbre incisivo, batallador, dispuesto a seguir entonando“este himno de estar vivos”.
"Los días felices" es una pieza clave en el teatro de Beckett, que, continuando el proceso de depuración escénica de sus obras precedentes, presenta también características fundamentales de sus piezas posteriores. Winnie, torturada por una luz cegadora y semienterrada en un montículo calcinado, se arropa en un ritual de gestos cotidianos y encuentra siempre motivos, por insignificantes que éstos sean, para considerar sus días felices.
2 DE MARZO DE 1810... HOY ME HE ENAMORADO.
Miranda Cheever apuntó ese secreto en su diario con solo diez años. Y es que la fascinación que el atractivo Nigel Bevelstoke, vizconde Turner, le despertó con un ligero beso en su manita selló su destino para siempre. Y eso no fue todo: le prometió que con el tiempo se convertiría en una mujer hermosa e inteligente, lo que terminó de conmover a la niñita que por entonces no mostraba ningún signo de llegar a ser una belleza. Diez años después, el tiempo ha tratado bien a Miranda, pero ha transformado a Nigel en un hombre solitario, incapaz de superar su terrible dolor, y que además juró no volver a casarse después de enterrar a su esposa. Sin embargo, Miranda no está dispuesta a olvidar aquel secreto que con letra infantil y temblorosa escribió en su diario: que algún día haría todo lo posible para conquistar al amor de su vida.
En este compendio está reunido el proyecto monumental de Ricardo Piglia, los tres volúmenes de Los diarios de Emilio Renzi. Escritor y alter ego que aparece y reaparece en sus novelas, fugazmente o con mayor protagonismo, surge de un juego de espejos que arranca del nombre completo del autor: Ricardo Emilio Piglia Renzi.
La publicación de estos diarios fue aclamada tanto por crítica como por lectores. Tras una espléndida trayectoria, que incluye novelas, cuentos y varios volúmenes de ensayos imprescindibles, Ricardo Piglia volvió la vista atrás y rescató los diarios escritos a lo largo de más de medio siglo, entre 1957 y 2015, a los que también incorporó algunos textos directamente vinculados a ellos.
«He sido cordialmente invitado a formar parte del realismo visceral. Por supuesto, he aceptado. No hubo ceremonia de iniciación. Mejor así».
La búsqueda en 1975 de la misteriosa escritora mexicana Cesárea Tinajero, desaparecida y olvidada en los años posteriores a la revolución, sirve de inicio a un viaje sin descanso que llevan a cabo dos jóvenes poetas latinoamericanos, Arturo Belano y Ulises Lima. Durante varias décadas y a través distintos países, su aventura transcurre marcada por el amor, la muerte, el deseo de libertad, el humor y la literatura. Símbolo de la rebeldía y la necesidad de ruptura con la realidad establecida, sus vidas representan los anhelos de toda una generación.
La obra de Bolaño conversa con el arte del ilustrador argentino Luis Scafati en esta edición especial ilustrada de una novela que ganó los premios Herralde y Rómulo Gallegos y está considerada una de las mejores novelas del siglo XXI por medios como The New York Times o El País.
Entre la narrativa detectivesca, la novela «de carretera», el relato biográfico y la crónica, Los detectives salvajes está considerada por la crítica y el público de todo el mundo como una de las mejores y más originales ficciones escritas en las últimas décadas. Uno de los mejores libros en español de los últimos 25 años según Babelia. «Todo lo que comienza como comedia indefectiblemente acaba como misterio.» Dos jóvenes poetas latinoamericanos, Arturo Belano y Ulises Lima, emprenden una aventura que transcurrirá durante varias décadas y cruzará distintos países. Símbolo de la rebeldía y la necesidad de ruptura con la realidad establecida, sus vidas representan los anhelos de toda una generación. La búsqueda en 1975 de la misteriosa escritora mexicana Cesárea Tinajero, desaparecida y olvidada en los años posteriores a la revolución, sirve de inicio a un viaje sin descanso marcado por el amor, la muerte, el deseo de libertad, el humor y la literatura.