La determinación de una niña de doce años por llegar al fondo del crimen que se llevó a su hermano cuando ella era solo un bebé.
La novela que demostró que Donna Tartt tenía mucho más que decir.
Desde siempre, los Cleve han tenido la sana costumbre de rememorar juntos la historia familiar. Todos hablan de todo, pero nadie se atreve a recordar aquella tarde de verano en que el pequeño Robin apareció ahorcado en un árbol del patio trasero de la casa. La sorpresa y el dolor trastornaron a la señora Cleve, que desde entonces deambula como un fantasma por las habitaciones sucias mientras el padre cura sus males en brazos de otras mujeres y la abuela saca fuerzas de flaqueza para dominar tanta locura.
Harriet, la hermana menor de Robin, era un bebé cuando tuvo lugar la desgracia, y ahora es una niña de doce años con las rodillas llenas de rasguños y el ánimo peleón de quien acaba de estrenarse en la vida. Solo ella parece preocuparse por averiguar el nombre del asesino, pero ¿será capaz de resolver un caso que la policía ya tenía archivado?
Muy lejos de la sensiblería y muy cerca de la gran literatura, Donna Tartt nos devuelve al tiempo de nuestra infancia con Un juego de niños, una novela tan hermosa como esas largas tardes de verano en que da lástima crecer.
Siete participantes en un reality deben descubrir el secreto más oscuro de sus contrincantes.
Dicen que las cámaras no mienten, pero en este show no puedes creer todo lo que ves.
La televisión se instala en un pequeño pueblecito galés situado junto a un lago para grabar Al descubierto, un reto de supervivencia en el que participan personas procedentes de distintos lugares de Inglaterra y entre los que se encuentra también Ceri, la cartera local. Muy pronto se revela un dato inesperado: el verdadero objetivo del concurso es que los participantes revelen los secretos más íntimos de sus rivales y mantengan el suyo a salvo. Entre los concursantes cunde el pánico y, en un giro de guion inesperado que no formaba parte del espectáculo, uno de ellos desaparece. La agente de la policía galesa Ffion Morgan y su amigo Leo Brady de la policía inglesa saben que no pueden confiar en ninguno de los participantes y tienen que descubrir qué ocultan.
El nuevo y electrizantethriller de la autora deLa pareja de al lado.
«Un novela que enorgullecería a Agatha Christie»
USA Today.
Los huéspedes que van llegando al encantador y remoto hotelito Mitchell's Inn se observan mutuamente con interés pero desde una prudente distancia. Todos ellos han recalado allí en busca de un relajante (quizá hasta romántico) fin de semana en medio del bosque y lejos de sus vidas. El hotel presume de contar con acogedoras habitaciones, elegantes chimeneas de leña y una bodega bien surtida. La oportunidad perfecta para practicar el esquí o acurrucarse en la cama con una buena novela de misterio.
Pero cuando una violenta tormenta azota las montañas y corta la electricidad, el grupo se ve completamente aislado del resto del mundo. Nadie puede entrar... ni salir. Entonces descubren el primer cadáver, y la horrible verdad sale a la luz. Tienen a un asesino entre ellos. Y no hay escapatoria.
Una brillante y devastadora novela sobre las múltiples realidades que habitamos mientras las guerras se extienden a nuestro alrededor
August Brill tiene setenta y dos años y se está recuperando en la casa de su hija, en Vermont, tras sufrir un accidente de coche. No puede dormir y, acostado sobre la cama en la negrura de la noche, inventa historias para rehuir acontecimientos del pasado que preferiría olvidar, como la reciente muerte de su esposa y el horroroso asesinato del novio de su nieta, Titus. En una de esas historias, el jubilado crítico de libros imagina un mundo paralelo en el que Estados Unidos no está en guerra con Irak sino contra ellos mismos. En esta otra América, las torres gemelas no cayeron, los resultados de las elecciones del 2000 llevaron a la secesión y se produjo una sangrienta guerra civil. A medida que avanza la noche, la historia de Brill se vuelve cada vez más intensa, y aquello que no estaba intentando evitar recordar insiste en ser narrado.
Esta historia comienza bajo las aguas turbias de una balsa de riego. Es ahí donde el protagonista, con apeínas catorce años, encuentra el cadáver de un vecino. El fatal hallazgo hace saltar por los aires los felices días de su adolescencia: en el barrio no tardan en correr teorías sobre el ahogamiento y la implicación que el joven pudo tener en esa muerte. Más de dos decadas despues, se propoíne reconstruir lo que realmente sucedió aquella maíñana de verano.á Con un extraordinario ritmo narrativo y la estructura fascinante de una investigación, Un hombre bajo el agua es una novela que ajusta cuentas con nuestra paríte más escurridiza: la memoria. Un viaje de ida y vuelíta en el que la escritura abre una grieta en la muerte por la que la vida acaba abriendose paso.
Tiempo después de publicar la novela Un padre extranjero, Eduardo Berti recibe un correo inesperado: unas fotocopias del legajo que su padre, nacido en Rumania, presentó en el año 1950 para obtener la nacionalidad argentina. Ahí figuran todos o casi todos los datos que su padre ocultó o alteró tras su emigración a Argentina, incluidos algunos secretos que se llevó con él a la tumba: su verdadero apellido, su verdadera fecha de nacimiento, el nombre del barco que lo transportó de Europa a América justo antes de la Segunda Guerra Mundial y la fecha exacta en la que ese barco llegó al puerto de Buenos Aires, el mismo puerto donde el padre comenzó la reinvención de su identidad pública. El grueso legajo, enviado por un amigo y lector, trae además algo aún más sorprendente: la dirección de la casa natal del padre, en la ciudad rumana de Galați, a orillas del Danubio, junto a la frontera moldava, lo que convence a Berti de viajar por fin a ese lugar que siempre había sido para él un «país imaginado».