Amisha tiene el don de ver el futuro cada vez que llega al orgasmo, lo que se ha convertido en una jodida maldición. Cuando decide librarse de ella, hace las maletas y viaja a Bali, el lugar donde todo comenzó. Allí se encontrará con prácticas milenarias, con la espiritualidad y con todo aquello que siempre ha rechazado, pero que en esta ocasión la ayudarán a conectar con su placer mostrándole los misterios ocultos de una sexualidad ancestral que va mucho más allá del cuerpo.
Han pasado tres meses desde que mis amigos y yo derrotamos a Cyrus. Tres meses en los que mi mayor temor ha sido lo que vendrá después… Debería haber sabido que esto era demasiado bueno para durar, y ahora todo se está rompiendo en mil pedazos.
No me queda otra opción que volver al Reino de las Sombras y enfrentarme a la terrible reina que casi acaba con todos nosotros. Debo hacer un pacto con ella para salvar a Mekhi, pero esta vez me llevaré a mis poderosos amigos conmigo, y también a Hudson, aunque siento que le pasa algo raro; nos está ocultando un secreto, incluso a mí.
Poesía de tonos ágiles e intensos que hurgan / exploran la temporalidad de la existencia a través de imágenes que turban y descolocan al lector. Versos que construyen y deconstruyen un espacio de extrañamiento, donde toda exploración es posible en la medida en que las grietas de la memoria evoquen un fonema, porque cuando hay lenguaje no hay ausencia. Los textos de Lucía Orellana transitan / recrean parajes cercanos y lejanos, los captura con su voz fosforescente en la urgencia de atrapar lo que fue y lo que será.
La intriga de esta novela está basada en la idea de un crimen sin móviles, un crimen perfecto: dos desconocidos acuerdan asesinar cada uno al enemigo del otro, forjando así una coartada indestructible. Bruno viaja en el mismo tren que Guy. Empiezan a conversar y Bruno, demoníacamente, fuerza a Guy a desvelar su punto débil, la única grieta en su ordenada existencia: Guy quisiera librarse de su mujer, que le traicionó y que puede obstaculizar su prometedor futuro. Bruno le propone un pacto: él matará a la mujer y Guy, a su vez, al padre de Bruno, a quien éste odia. Guy rechaza el plan, pero no así Bruno, quien, una vez cumplida su parte, reclama al horrorizado Guy que cumpla con la suya. Adaptada al cine por Alfred Hitchcock, Extraños en un tren lleva a cabo una indagación escalofriante en la perturbada mente de Bruno, pero lo que más le interesa a Patricia Highsmith es la relación entre éste y Guy. Y es ahí donde la novela prefigura la obsesión de su obra futura: ¿hasta qué punto no está la insania de Bruno agazapada también en Guy? ¿Cuán cercana es la amenaza de la irracionalidad en todos nosotros?
Mientras consideraba su mortalidad, Franz Wright encontró una nueva euforia y claridad en la página, entregando para nuestro examen el “yo” defectuoso pero arrodillado en gratitud en el que se había convertido. Desde "Entries of the Cell", el largo poema central que detalla la soledad del alma soltera, hasta breves poemas narrativos en prosa y letras tradicionales, Wright se deleita en el poder compensatorio del lenguaje, observando los faros diurnos que siguen a un coche fúnebre, o el viento, “bendiciendo uno por uno los capullos sin luz del regreso inadvertido del melocotonero doblado hacia atrás”.
En un futuro sombrío y turbador, Montag forma parte de una extraña brigada de bomberos cuya misión no es sofocar incendios, sino producirlos para quemar libros. Y es que en su mundo está prohibido leer, porque lo que se quiere suprimir es la capacidad de pensar. Una vez que Montag lo comprenda, alertado por una organización secreta dedicada a memorizar volúmenes enteros, sabrá que ha llegado el momento de elegir entre la obediencia y la rebeldía. En esta nueva traducción, que captura mejor que
nunca toda la fuerza del original, la clásica distopía de Ray Bradbury sigue alertándonos sobre las peores facetas del conformismo moderno.