Un padre. Una hija. Frente a frente. Que juegan a sostener la mirada. Atraviesan el cristal de sus pupilas, caen en el precipicio del pasado, descubren el parpadeo de los fotogramas de una película. La suya.
Cien años de historia contados en un día. Un viaje que empieza, y termina, al amanecer. Cuando las primeras luces del alba iluminan lo que ignoraron. Lo que olvidaron. Lo que escondieron. Y, deslumbrados por aquel hallazgo, encuentran al fin lo único que importa: el amor.
Una novela de enorme calidad literaria, que envuelve al lector en una fascinante historia de familia, amor y lealtad.
Un relato profundo y conmovedor sobre las relaciones entre padres e hijas.
En la vida de Elizabeth Egan todo tiene su sitio, desde las tazas de café hasta los materiales de trabajo. El orden y la precisión la ayudan a tener la vida bajo control y a escapar del dolor que ha sufrido en el pasado. A la par que mantiene su negocio, Elizabeth debe hacer, a regañadientes, de madre de su sobrino, por lo que tiene poco margen para equivocarse y, por su puesto, para divertirse.
Pero un día alguien entra inesperadamente en su vida. El misterioso Ivan es un ser espontáneo, despreocupado y que siempre busca la aventura, todo lo contrario que Elizabeth. Ivan encontrará al amor de su vida incluso antes de que ella lo vea, y le enseñará que la vida sólo vale la pena cuando nos dejamos cegar por su colorido y su ocasionar confusión.
Una historia conmovedora y edificante sobre una familia y sobre el perdón, que apelará a las lectoras de Jojo Moyes y Ruth Hogan.
«Una historia que te romperá el corazón, con un final que pondrá de nuevo todo en su lugar. Me encantó.» Jojo Moyes
«Irresistible y conmovedora, una novela que me hizo llorar.» Marian Keyes
La familia de Audrey se ha desmoronado del todo. Sus dos hijas adultas, Jess y Lily son dos personas completamente desconocidas para ella y nunca tuvo la oportunidad de conocer a sus dos nietas, que ahora son adolescentes. Un secreto que viene de treinta años atrás es lo que dividió a su familia en dos partes, pero es, al mismo tiempo, lo que les mantiene conectadas.
Mientras las tensiones llegan a un punto muy elevado, la irrevocable decisión que una de ellas tomó muchos años atrás está a punto de emerger. Y después de tantos años de secretos y silencios, ¿cómo podrá esta familia completamente rota rencontrarse de nuevo?
Hace un año, Caroline Johnson eligió acabar con su vida de forma brutal: un suicidio planeado para ponerle fin a todo del mismo modo que lo hizo marido meses atrás. Su hija, Anna, ha luchado desde entonces para superar la pérdida, el vacío y el dolor de un desenlace que aún no ha podido comprender.
Ahora, con una hija pequeña a su cargo, Anna echa de menos a su madre más que nunca, y las dudas sobre su muerte y la de su padre no hacen sino crecer con el paso los días. Sin embargo, ¿es posible que indagando en el pasado esté poniendo en peligro su futuro? ¿Es posible que sus padres no se suicidaran? ¿Es posible que, después de todo, sea mejor vivir en la mentira?
Con las primeras gotas de lluvia, un cadáver espera a ser encontrado junto a una vieja cabaña en las afueras de Zarzaleda, un pequeño pueblo de la sierra de Madrid. Sus habitantes se quedan conmocionados al descubrir que entre las rocas y las zarzas reposa el cuerpo de Manuel Villaseñor, el joven más prometedor del lugar.
Con su actitud huraña y su afición a perderse por los infinitos senderos de las montañas, Camino sabe que sospecharán de ella. No la ven con buenos ojos. A la sombra de esos bosques que tan bien conoce, empezará a indagar por su cuenta para hallar al verdadero asesino. Sabe que Manuel no era el chico perfecto que todos creen, pero nadie quiere ver ni escuchar la verdad...
Un pequeño puerto de pescadores en una isla del Mediterráneo. Costa montañosa y escarpada, salvaje. Un malecón, una rada y un varadero, todo de dimensiones discretas, fundidas en el paisaje. En lo alto tres o cuatro laúdes de pesca y más arriba, frente al mar, varias casas en pendiente. Los días de calma es la imagen de un paraíso escondido; los días de tormenta, la furia de la naturaleza».
Así comienza este libro donde el autor rememora los días transcurridos durante treinta y tres veranos de su vida adulta en una casa junto al mar. Aquí hay una poética: frente al Mediterráneo como moda o escenografía publicitaria, el Mediterráneo esencial; frente a la casa como objeto mercantil, la casa como lugar de creación. Entre el mar y la montaña, los días tranquilos de la vida familiar y una filosofía de lo cotidiano que nace del paisaje, late el corazón de la casa de un escritor, el espacio donde imaginó gran parte de sus libros. Memoria íntima, historia y literatura conforman esta obra, una de las más bellas y personales de José Carlos Llop.