Ken Follett, con su habitual maestría narrativa, ha conseguido una de sus novelas más impactantes.
Rodeado de montañas salvajes, el Valle de los Leones es un lugar legendario de Afganistán donde las costumbres y las personas apenas han cambiado con el paso de los siglos. Jane marchó allí con el medico frances Jean-Pierre cuando descubrió que su pareja, Ellis, trabajaba para el servicio de espionaje estadounidense.
El pequeño pueblo de Banda, aislado en esta tierra perdida y árida, se convertirá en el escenario de un relato de espionaje e intriga en el que nada ni nadie está libre de sospecha.
Vargas Llosa realiza un valiosísimo análisis de la obra de Juan Carlos Onetti haciendo hincapié en una preocupación que comparte ambos autores: la complicada y al mismo tiempo necesaria relación entre la ficción literaria y la realidad. «El tema de la ficción y la vida es una constante que, desde tiempos remotos, aparece en la literatura. Pero acaso en ningún otro autor moderno aparezca con tanta fuerza y originalidad como en las novelas y los cuentos de Juan Carlos Onetti, una obra que, sin exagerar demasiado, podríamos decir está casi íntegramente concebida para mostrar la sutil y frondosa manera como los seres humanos hemos venido construyendo una vida paralela, de palabras e imágenes tan mentirosas como persuasivas, donde ir a refugiarnos para escapar de los desastres y limitaciones que a nuestra libertad y a nuestros sueños opone la vida tal como es. Básicamente lo que yo hago en este ensayo es investigar la manera en la que Onetti utilizó la ficción como un mundo alternativo. La respuesta a la derrota cotidiana es la imaginación: huir hacia un mundo de fantasía. Es decir, aquella operación de donde nació la literatura, por la que existe la literatura y por eso el título del libro.» Mario Vargas Llosa
El triunfo histórico de Roma está ligado indisolublemente a su dominio militar. Es mediante la guerra como se hace con el Mediterráneo, después conquista Europa hasta el Báltico, el norte de África y los confines de Asia: una empresa increíble tanto en su extensión geográfica como en su continuidad histórica. Y es su ejército, sus legionarios y sus comandantes los que consiguieron esa proeza. Escipión el Africano, Mario, Tito, César o Pompeyo fueron algunos de los hombres que forjaron el imperio.
Adrian Goldsworthy , uno de los especialistas más prestigiosos del mundo antiguo, nos cuenta cómo hacían la guerra los romanos, desde la lucha durísima contra Cartago y el brillantísimo Aníbal, en el siglo III a.C, hasta el último intento desesperado por recuperar el Imperio de Occidente, en el siglo VI d.C. Traza asimismo la evolución del ejército y del sistema político que lo dirigió. No obstante, en todo momento el núcleo más importante de la obra se refiere a los propios comandantes y a su pericia como líderes. Los romanos cuentan con algunos de los generales más versátiles y extraordinarios de la historia. Muchas de las brillantes estrategias utilizadas en su día aún las estudian los generales actuales.
Publicada anteriormente como Grandes generales del imperio romano, esta nueva edición recupera el título de la edición original (En el nombre de Roma) e incorpora imágenes representativas de sus protagonistas y de su época.
Con sus relatos, reunidos en este volumen, escritos en total libertad para la revista underground Open City, Charles Bukowski se convirtió de inmediato en una celebridad «una leyenda viviente» (New York Review of Books), cuya fama fue aumentando vertiginosamente con la publicación de sus otros libros de relatos y poemas: «el sucesor de Miller y Burroughs», comentó Le Nouvel Observateur. Con su brutalidad, su salvaje y tierno sentido del humor, su tremenda sinceridad, Bukowski borracho, enloquecido, atrapado en una sociedad cuyos presuntos valores le asquean consigue, con su estilo descarnado y escueto, conectar inmediatamente con el lector.
Esperando a los bárbaros es una novela de clara intención moral: una parábola de una Sudáfrica desquiciada por el racismo, una denuncia de la brutalidad y de la arrogante ignorancia del poder. Por el Premio Nobel de Literatura J.M. Coetzee.
Un día el Imperio decidió que los bárbaros eran una amenaza para su integridad. Primero llegaron al pueblo fronterizo policías, que detuvieron sobre todo a quienes no eran bárbaros pero sí diferentes. Torturaron y asesinaron. Después llegaron los militares. Muchos. Preparados para realizar heroicas campañas militares.
El viejo magistrado del lugar trató de hacerles ver con sensatez que los bárbaros habían estado desde siempre allí y nunca habían sido un peligro, que eran nómadas y no se les podía vencer en batallas campales, que las opiniones que tenían sobre ellos eran absurdas... Vano intento. El magistrado solo logró la prisión y el pueblo, que había aclamado a los militares cuando llegaron, su ruina.
El libro fundamental de Jorge Luis Borges.
Pense en un laberinto, en un sinuoso laberinto creciente que abarcara el pasado y el porvenir y que implicara de algún modo los astros.
Ficciones es posiblemente la obra más reconocida de Jorge Luis Borges y un hito en la historia de la literatura. Aquí se encuentran lo policiaco ("La muerte y la brújula") y lo fantástico ("La lotería en Babilonia"), lo irreal ("Las ruinas circulares") y lo imaginario ("Tlön, Uqbar, Orbis Tertius"), el que Borges consideró acaso su mejor cuento ("El Sur") y uno de los comienzos más cautivadores de un relato jamás escrito ("Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche"). Cada uno de los dieciseis cuentos reunidos en este libro es, en sí, pieza fundacional y celebración del universo borgeano.
Para algunos críticos como Ricardo Piglia, la influencia de Borges es superior a la del Premio Nobel García Márquez, quien, por otra parte, confesó siempre su rendida admiración. Ficciones cambió el modo de escribir y de leer de las generaciones futuras.