Orlando Mondragón (Ciudad Altamirano, México, 1993) es poeta y médico cirujano. En 2017 debut con el libro Epicedio del padre, con el cual obtuvo el IV Premio de Poesía Joven Alejandro Aura.
«Cuadernos de patología humana es un diario médico preciso y ordenado en el cual el poeta recorre una a una las distintas salas donde lo esperan la enfermedad y la muerte, y, si no fuera melodramático, diría que en el poema la muerte es hermosa, coloreada de rojo y azul siguiendo el transcurso vital de las arterias y las venas que, condensadas, aparecen en pequeñas prosas poéticas que en este poemario se manejan como una especie de estribillo: coronan o resumen los distintos tramos de la muerte y de la vida, pintándolos de rojo y azul a la manera en la que Rothko, el pintor estadounidense, pintaba sus extraordinarios cuadros».
Margo Glantz
Alguien quiere morir. Ya no es joven, y se pregunta para qué otro día más, por muy privilegiada, divertida y amable que aún sea su vida. Alguien quiere amar. No sabe con certeza si le corresponden, si sus sentimientos serán entendidos, si tiene siquiera derecho a expresarlos. Alguien viaja. Visita ciudades, playas, bares, fiestas exóticas, cabañas al borde del agua donde pasar la noche bebiendo y riendo. Alguien ilustra unos libros preciosos y alguien se ocupa de editarlos. Trabajan sin prisas, con admiración mutua, con cierta sensación decadente de existir en un mundo que desaparece. Alguien ha tenido un grave problema de salud, se levanta despacio, se tienta la ropa y decide aprovechar la segunda oportunidad. Alguien gusta, despierta deseo, está siempre de paso en la vida de los demás, sonríe, paga la cena. Alguien es el mejor amigo y la persona favorita de otro. Alguien quiere morir.
Ray Loriga narra los abismos de estos personajes, y compone una sinfonía sobre la amistad, el amor y el final de la juventud.
Si el hombre es una noche, una nada vacía, y se obstina en locutar, en convertirse en correa de transmisión y vocero sin sueldo de una vida sin poesía, ¿cómo se puede responder? Frente a los secretos públicos de la tecnocracia, a la planificación del desastre, al correr sin cuento de las opiniones ajenas, a la carrera de armamentos, Peter Handke levantó con los textos recogidos en Cuando desear todavía era útil una noche distinta, propia y, sin embargo, abierta a todos, que miraba al hombre a los ojos y le devolvía imágenes detenidas: fotografías enemistadas con la fotografía y palabras rescatadas del hábito y del gesto vacío, de la noche del mundo. Hay un poema azul, y una divagación sobre el miedo, y un homenaje a un escritor distinto, y un paseo por el inhóspito París de la Défense, y un discurso que no lo es, y un poema a la irracionalidad y la felicidad.
1 de enero de 1950: la guerra ha quedado atrás dando paso a una creciente prosperidad. Colonia, Hamburgo y San Remo serán los tres escenarios en los que Gerda, Margarethe y Elisabeth, tres familias amigas con destinos distintos, retomarán sus vidas después de la Segunda Guerra Mundial.
Un nuevo tiempo en el que deberán enfrentarse a situaciones muy distintas: Gerda y su marido deberán sacar adelante su galería de arte después del expolio por parte de los nazis. Elisabeth y su esposo, afrontarán el no regreso de la guerra de su yerno. Y Margarethe, que emigró a Italia con su familia en busca de un futuro mejor.
Una cautivadora historia de tres familias durante la difícil década de la posguerra a las que seguiremos en sus celebraciones, nuevos amores, secretos y desafíos buscando que la felicidad no desaparezca para siempre.
¿Conoces esa historia de amor en la que la princesa se queda hecha unos zorros y tiene que irse a otro reino y empezar de cero?
No es bonita. Te lo digo yo, que la he vivido. Pero no te preocupes, siempre caigo de pie. Bueno, igual esta vez el patinazo ha sido un poco más sonoro y público. Tanto que he tenido que montarme en el coche, conducir seiscientos kilómetros, zurrar a una máquina expendedora por el camino y regresar al lugar al que ya no sé si puedo llamar casa. De momento, me está costando llamar a la puerta.
Dame un segundo para hacerme a la idea. Un segundo más.
Un escándalo oculto.
Una familia arruinada.
Un amor que estremeció a la sociedad.
Barcelona, 1968. Silvia Muntaner se presenta en sociedad en el Ritz, su familia tiene puestas todas las esperanzas en su espectacular belleza y en una buena boda para salvar su desastrosa economía doméstica. Pero sus sueños son muy distintos de los de su madre: esa noche conocerá el amor por primera vez y se le abrirá un nuevo mundo de posibilidades. Estudiante de Filosofía y Letras, tendrá un papel activo en la lucha antifranquista, tan alejada de su condición, y conocerá el sabor de lo prohibido en los brazos de Rafael, el hombre que la distanciará de su madre y revolucionará sus vidas para siempre.
Con fina ironía y magnífica ambientación, Pilar Eyre nos traslada durante veinticuatro años a una ciudad en plena expansión, llena de contrastes, luchas políticas y esperanza olímpica a las puertas de 1992.