Ruth está en caída libre. Acaba de descubrir que la vida, un día cualquiera, puede golpearte tan fuerte que todos los problemas anteriores te resulten insignificantes.
Será entonces cuando Ruth se refugie en un juego muy especial, cuyas normas solo puede marcar ella misma. Es un juego antiguo y peligroso, que casi todos hemos probado o deseado probar alguna vez. El juego de dejar de ser ella y convertirse en otra por las noches.
Electra lleva una peluca roja y sabe atraer todas las miradas. Sus noches se miden por orgasmos y la invitan a las fiestas más salvajes. Electra no tiene miedo de nada, mientras que Ruth vive muy asustada; por eso le cuesta tanto volver a ser ella al quitarse la peluca. Cuanto más profundo es el dolor, mayor es el engaño. ¿O es al revés?
Un recorrido por los orígenes literarios de una de las nuevas promesas de las letras españolas.
Cultivos es la segunda entrega del ciclo «Piezas de Resistencia», que Julián Rodríguez abriera en 2004 con Unas vacaciones baratas en la miseria de los demás. Volumen de memorias, diario y cuaderno de notas, habla de la relación de su autor con el mundo rural del que procede y de su descubrimiento de las palabras. Es un libro sobre el aprendizaje de escribir, sobre la «demolición» de algunos proyectos personales y políticos y sobre la importancia real de la literatura en este tiempo, ahora.
Winslow Covington cree en tres cosas: en la vida, en la libertad y en la ley. Como la nueva jefa de policía de Quincy, en Montana, sabe que debe demostrarle al pueblo lo que vale, y eso significa que tiene que congraciarse con los Eden..., cosa que sería pan comido de no ser por su rollo de una noche con el hijo mayor de la familia, Griffin.
Acostarse con él fue un error monumental. Y, aunque Winslow está decidida a evitarlo a toda cosa, cuando aparece un cadáver en la propiedad de uno de los Eden, Griffin y ella no tienen más remedio que volver a verse.
Todas las pistas del crimen apuntan hacia uno de los habitantes de Quincy, y poco a poco Griffin empieza a descubrir que Winslow, que hasta el momento ha sido solo la horma de su zapato, es en realidad una mujer preciosa, inteligente... e irresistible. Pero no solo para él. También para el asesino.
Mi nombre es Valeria y acabo de romper con mi novio delante de toda su familia cuando se suponía que anunciaríamos nuestro compromiso, y, para colmo, es el día de los enamorados. ¿Se puede caer más bajo? Al parecer, sí, porque mis amigas me sacaron de fiesta para olvidarme del dolor y acabé en la cama de un Cupido francés con cuerpo de dios griego. ¿Qué quién es Cupido? Ojalá lo supiese porque me urge hablar con él sobre el pequeño regalo que me ha dejado y que llegará en menos de nueve meses a mi caótica vida. Por suerte, tengo unas amigas tan maravillosas como locas que me apoyan y no han dudado en ayudarme a localizarlo. ¡Francia, allá vamos!
Su protagonista, Christopher Boone, es uno de los más originales que han surgido en el panorama de la narrativa internacional en los últimos años, y está destinado a convertirse en un héroe literario universal de la talla de Oliver Twist y Holden Caulfield. A sus quince años, Christopher conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507, pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marrón y el contacto físico. Si bien nunca ha ido solo más allá de la tienda de la esquina, la noche que el perro de una vecina aparece atravesado por un horcón, Christopher decide iniciar la búsqueda del culpable.
Mientras la vida en la Argentina se cargaba de oscuros presagios, Borges y María Kodama emprendieron el viaje a los Estados Unidos invitados por el profesor Donald Yates, uno de sus primeros traductores al inglés, quien registró, con su pequeño grabador portátil, el curso completo que Borges dio ante un reducido grupo de estudiantes de habla hispana. Gracias a un meticuloso trabajo de transcripción de esas grabaciones, este volumen recupera el tono espontáneo e intimista que tuvieron esos encuentros, donde reverbera la irónica y sinuosa voz de un Borges que en la década de 1970 ya era una celebridad en el ambiente cultural y académico estadounidense. Por sus páginas desfilan, siempre enmarcados en sus circunstancias históricas, el Facundo y las batallas de Sarmiento, la figura del gaucho en Hilario Ascasubi, las fallidas lecturas del Martín Fierro y la renovación que trajo el modernismo, entre múltiples temas y autores. Borges enriquece cada clase con los recuerdos de su abuela sobre la vida en la frontera en el siglo XIX, con las anécdotas de su madre sobre Almafuerte, con narraciones míticas oídas en la estancia de Adolfo Bioy Casares o con evocaciones personales de Lugones o de Groussac, pero también con incursiones en la mitología griega o escandinava, y con luminosas digresiones sobre Shakespeare, Whitman o la amistad, para él una de las grandes pasiones argentinas.