Tras la muerte de su padre, el prestigioso empresario alemán Eric Zimmerman decide viajar a España para supervisar las delegaciones de la empresa Müller. En la oficina central de Madrid conoce a Judith, una joven ingeniosa y simpática de la que se encapricha de inmediato. Judith sucumbe a la atracción que el alemán ejerce sobre ella y acepta formar parte de sus juegos sexuales, repletos de fantasías y erotismo. Junto a él aprenderá que todos llevamos dentro un voyeur, y que las personas se dividen en sumisas y dominantes... Pero el tiempo pasa, la relación se intensifica y Eric empieza a temer que se descubra su secreto, algo que podría marcar el principio o el fin de la relación.
En los albores del siglo XIX, viajamos de la mano de Jane Austen a Sanditon, una localidad costera decidida a convertirse en el reclamo turístico del momento: un balneario excepcional para recibir a la más alta sociedad, un lugar de recreo y sanatorio gracias a las virtudes del mar. Allí, asistiremos a la pugna de sus personajes por lograr ubicar Sanditon en el mapa.
En pleno cambio social, la autora, sagaz observadora, desenfunda el sable de su afilada ironía y retrata a una comunidad excéntrica, dividida entre personajes pretenciosos y arrogantes. Sanditon es su última e inconclusa novela y un regalo póstumo para sus lectores.
Poppy y Alex. Alex y Poppy. No tienen nada en común: ella lleva vestidos estampados; él, pantalones de pinza. Ella es un espíritu aventurero; él prefiere quedarse en casa leyendo. Y, a pesar de todo, son mejores amigos. Durante la mayor parte del año viven separados ella en Nueva York, él en su pequeño pueblo, pero cada verano, desde hace ya una década, se toman una semana de vacaciones juntos. Hasta hace dos años, cuando todo cambió.
Ahora Poppy tiene todo lo que siempre había soñado, pero está atrapada en la rutina. Cuando alguien le pregunta cuándo fue feliz por última vez, sabe, sin duda alguna, que fue en ese último y fatídico viaje con Alex. Por eso decide convencer a su mejor amigo para viajar juntos una vez más. Tienen una semana para arreglarlo todo, ¿qué puede salir mal?