Cuando Ray Dalio anunció en 2022 que se retiraba de la empresa que había creado cincuenta años atrás, la noticia acaparó titulares en todo el mundo. Dalio había forjado un aura de admiración y fama gracias al espectacular éxito de su firma y al misticismo que alimentaban sus apariciones en medios, sus relaciones con famosos y su best seller Principios.
Transparencia total, éxito financiero, meritocracia, amenazas, toxicidad, traición, relaciones especiales con políticos y altos cargos del FBI… En este libro, el galardonado periodista Rob Copeland recurre a cientos de entrevistas y fuentes internas para revelar lo que realmente ocurre tras las puertas de Bridgewater, desmantelando el mito que rodea a Dalio y a su círculo más cercano.
La riqueza y el crecimiento personal están al alcance de todas aquellas personas que lo desean; basta simplemente con desvelar un secreto, el secreto del éxito. Napoleon Hill lo descubrió y lo plasmó en este libro, reproducido aquí íntegramente, hace más de ochenta años.
Sus enseñanzas sobre el éxito económico y particular han perdurado hasta nuestros días. Solamente faltaba que alguien las adaptara y actualizara para los lectores del XXI.
Este es un libro de ventas diferente. No se trata de resumir sólo un método de venta o mostrar las experiencias de un vendedor exitoso, sino que es el resultado de una profunda investigación acerca de los vendedores y sus características.
Las conclusiones de esa extensa investigación han sido sorprendentes y en algunos casos contradictorias con la sabiduría convencional. El mejor vendedor no es quien mejor relaciones públicas hace, sino aquél que logra un desafío con el comprador, que conoce el negocio como nadie y que es capaz de controlar el diálogo del proceso de venta.
Érase una vez un tipo corriente que vivía en un sitio aleatorio, en un pisito común, con una hipoteca de por vida. Nada fuera de lo normal. Salvo por una afición de juventud, quizás una obsesión: el estudio del sistema reproductivo de las hormigas de cabeza roja, al que no podía dedicarse por falta de tiempo y que, con el paso de los años, resultaría ser... ¡una bomba de relojería!
«¡Ay, si fuera dueño de mi propio tiempo!», se lamentaba nuestro tipo corriente.
Este es el protagonista de nuestra historia, un ciudadano anónimo que, con una irracional idea de negocio en la que nadie cree, pone en jaque a la sociedad de consumo. Un tipo corriente que demuestra que cualquier sistema económico que no respete los derechos esenciales de los individuos está abocado al fracaso.
Con una ácida e irónica visión de la empresa, del mundo industrial y del advenimiento del marketing de masas, Fernando Trías de Bes nos recuerda que son los ciudadanos quienes sostienen las economías y que puede llegar el día en que los productos de consumo se conviertan en armas para una rebelión silenciosa de la gente contra los excesos y la irracionalidad del sistema.