Soy ateo. Soy anticlerical. Soy un laicista militante, un racionalista contumaz, un impío riguroso. Pero aquí me tienen, volando en dirección a Mongolia con el anciano vicario de Cristo en la Tierra, dispuesto a interrogarle sobre la resurrección de la carne y la vida eterna. Para eso me he embarcado en este avión: para preguntarle al papa Francisco si mi madre verá a mi padre más allá de la muerte, y para llevarle a mi madre su respuesta. He aquí un loco sin Dios persiguiendo al loco de Dios hasta el fin del mundo».
Este es el arranque fulgurante de este libro único, que nadie había tenido la oportunidad de escribir, entre otras razones porque el Vaticano jamás le había abierto de par en par sus puertas a un escritor. Pero, además de único, este es un libro de plenitud, donde su autor logra convertir una propuesta insólita en un relato propio y magistral: un thriller sobre el mayor misterio de la historia de la Humanidad. Con esta novela sin ficción, Javier Cercas vuelve a su línea más personal, en la que logra enlazar sus obsesiones íntimas con una de las preocupaciones fundamentales de la sociedad actual: el papel en la vida humana de lo espiritual y lo transcendente, el lugar en ella de la religión y el ansia de inmortalidad.
Vidal Escabia, el protagonista de esta historia, ha seleccionado setenta y un libros en un cuarto oscuro de su casa con la idea de escribir un canon desplazado, intempestivo e inactual, disidente de los oficiales. Cada mañana, elige al azar uno de ellos, y saca a la luz un fragmento con destino al Canon, pero lo que desentraña su lectura influye en su vida y también en su escritura.
Las sospechas crecen en torno a si el narrador de Canon de cámara oscura es un androide, un Denver-7 infiltrado entre la gente corriente de Barcelona o si, por el contrario, utiliza el Canon para dar sentido a su vida ante el amor desorbitado que siente por su hija ausente.
Un Vila-Matas extremo que va más allá en su indagación sobre el sinsentido, el simulacro y la ficción como extrañas formas de vida, y también en su visión del arte literario como transmisión, colaboración y modificación de ideas ajenas. Una búsqueda, en definitiva, de un sentido último de la escritura, al tiempo que explora temas como el doble o la ausencia infinita que dejan aquellos a los que amamos, «la misma ausencia que Eurídice le dejó a Orfeo y de la que muchos creen que nació la escritura».
Soy plenamente consciente de que al no ser un hombre de letras, ciertas personas presuntuosas puedan pensar que tienen motivos para reprochar mi falta de conocimientos. ¡Necios! Acaso no saben que puedo contestarles con las palabras que Mario dijo a los patricios romanos: “Aquellos que se engalanan con las obras ajenas nunca me permitirán usar las propias”. Dirán que al no haber aprendido en libros no soy capaz de expresar lo que quiero tratar; pero se dan cuenta de que la exposición de mis temas exige experiencia más que palabras ajenas. La experiencia ha sido la maestra de todo buen escritor; por eso será ella la que yo citaré como nuestra». Ciencia, Filosofía, Arte, Literatura... son algunos de los muchos temas que abarca la presente selección del Cuaderno de notas de Leonardo, el hombre más universal del Renacimiento.
LEONARDO DA VINCI nació en 1452 en Vinci (Florencia). Arquitecto, pintor, escultor, ingeniero y sabio italiano heredero de todas las aspiraciones artísticas del Quattrocento florentino, aporta conclusiones geniales a la investigación de su siglo. A partir del siglo xvi, fue considerado como una especie de «mago». A pesar de que muchas de sus obras se han perdido o no están acabadas, la importancia de su obra es inmensa.